Nos Disparan desde el Campanario Argentina: El error voluntario progresista está colaborando en la construcción del horror fascistocapitalista… por Gustavo Marcelo Sala
No resulta llamativo como el liberoprogresismo está arropando desde lo económico y buenamente el presente proyecto fascistocapitalista en gestión. Varias son las estrategias que utilizan, en todos los casos se pueden percibir argumentaciones con un alto contenido de deshonestidad intelectual a la hora del análisis arribando a conclusiones convenientes, en algún caso imaginarias, destacando logros y venturas en donde no las hay, pero que les permite seguir abrevando con provecho de un sistema perverso. Es muy bueno tener en cuenta las bibliografías utilizadas, los referentes entrevistados, las encuestas consultadas y los patrocinadores publicitarios, podemos constatar que todos van en sintonía con el discurso "querer creer". Como en los noventa sus analísis críticos solo pasan por las formas y los modos, no por los fondos abisales del dilema. En un país dividido entre víctimas y victimiarios, en este caso, no optan por el más débil, sino por el equilibrío.
Sin dudas que segmentar y disociar la
economía en macroeconomía y microeconomía forma parte de la base estructural de
su discurso. Si la dialéctica es uno de los cimientos más importantes de la
política aquí los prefijos juegan un rol cardinal. La prioridad de la macro por
sobre la micro está incluida en los términos planteados, lo importante por
sobre lo circunstancial, el poder factico financiero inescrutable por sobre el pueblo y sus urgencias,
esmerándose por obtener los mejores disfraces para omitir los efectos
determinantes que posee una sobre otra so color de una suerte de “necesaridad”,
como si la forma de resolver nuestras insolvencias estructurales poseyeran solamente
un modo de resolución, asumiendo y aceptando que esto solamente se puede y se
debe implementar a través del sacrificio de los que menos tienen porque son
más, en beneficio de calmar los intereses de los que más tienen porque son
infinitamente menos pero con mayor poder de fuego. Viejas recetas: Tranquilizar a los mercados, planchar el consumo, desacelerar la economía le exigían al kirchnerismo. Desde hace bastante tiempo
hemos acuñado en este espacio que no existen mejores indicadores dialecticos que
aquellos surgidos a partir de los “peros”, los “por fuera” y los “más allá”,
incisos predictivos que ubican al disertante no solo ideológicamente sino
además, y aquí lo más importante, los intereses culposos reales o inconfesables
que defiende los cuales tratan de disimular a partir de un discurso supuestamente
equilibrado y progresista.
Las consecuencias trágicas del programa del gobierno vigente quedan arrumbadas para el momento de la trasnoche, segundos antes de la señal de ajuste, para luego ante la controversia afirmar culposa y cínicamente que fueron dichas, reservándose el prime time para militar los “éxitos” macro del modelo. Preguntarse ¿y si le sale bien? resume todo lo dicho. Me pregunto ¿es posible pensar que el sacrificio de millones de compatriotas pueda tener una resultante positiva?... ¿qué lugares les corresponden a la desolación, a la pobreza, a la muerte, en ese balance optimista?
Un dogma que acompaña sus discursos,
y que grácilmente es aceptado, es aquel que señala la responsabilidad de los
gobiernos anteriores por las elecciones colectivas de nuestro presente. Que el
culpable de nuestro hoy es el ayer. Sobre este sofisma ya nos hemos expresado AQUÍ, a lo que se suma sistemáticamente
el sentido común que responde a la necesidad pequeño burguesa de que todas las acciones
humanas tienen un culpable identificable, un ente plausible de ser
estigmatizado, sea individual o colectivo, y que este es el que explica unívocamente
“por qué estamos cómo estamos”. Pero qué sucede con el tiempo al notar que
antes estábamos bastante mejor como sociedad, o cuando menos esas dificultades
expuestas de antaño no eran tan graves pudiéndose haber resuelto de otra manera
sin el sacrificio extremo de la población. Y es ahí cuando huir hacia adelante
en la exageración de las controversias sobre el pasado forman parte del
argumento del presente deslindándose de los fantasmas creados para justificar
sus supuestos errores conceptuales. Pues esto no es un error involuntario, se
trata lisa y llanamente de manipulación hacia un objetivo determinado. Al
sofisma “pero antes había corrupción y nepotismo”, cuestiones reflejadas
escandalosamente durante la administración popular, mi refutación es: ¿Durante
el gobierno de Macri y el actual no las hubieron ni las hay? Sin embargo ambos
detalles esgrimidos por entonces con alta superioridad e indignación moral son
soslayados o minimizados cuando la microeconomía es la dominante. Esa
superioridad e indignación moral cardinal cuando de gobiernos populares se
trata ingresa dentro del plano de “más allá” cuando afecta a gobiernos
plutocráticos, esos pecados antes censurados hoy resultan contingencias
aleatorias asequibles. Lo que pone de relieve que ni la ética ni la moral son argumentos válidos en boca de estos grupos, sino pretextos coyunturales que se destacan o se omiten de forma deliberada.
El debate sobre los subsidios en los
servicios es bastante claro a la hora de analizar conceptos y dividir aguas,
pues a la manipulación se le suma el ocultamiento y la falacia. Hace unos días
escuchaba un diálogo entre los voceros progresistas Reynaldo Sietecase, Ernesto
Tenembaum y Alejandro Bercovich. El argumento central era presentado por uno de
ellos, consensuado por el resto, de este modo: “Yo pagaba de luz lo mismo que
me costaba un café con leche con medialunas”. Desde luego sin consignar cuánto
consumía en cantidad de KW, época del año y a dónde iba a tomar su desayuno.
Pero no entremos en sus omisiones e insolvencias, vamos a darle el beneficio
sofístico, me basaré estrictamente en el argumento aceptando sus términos. Únicamente
que se trate de una metáfora, y como amante de la poseía que soy no la vea de
ese modo habida cuenta que yo, en la actualidad, pago de luz, por los 54 KW de
consumo mensual personal una tarifa de $ 3.410,92, lo que equivalen, pesos más
pesos menos lo que sale un café con leche con medialunas, y no por eso tal
comparativa me puede servir de ejemplo para llegar a conclusión alguna.
1- En su argumento está incluido el sentido sociopolítico y económico que posee el subsidio en todas las latitudes, sucede que el predeterminista y coyuntural negacionismo pequeño burgués y proplutocrático que posee labora como aislante del pensamiento, con mayor efecto dentro del pensamiento crítico. El subsidio labora como distribuidor del gasto fijo mediante su socialización con el objeto de volcar ese ahorro familiar al consumo interno social de modo motorizar la economía y generar, entre muchas otras cosas, valor agregado, ergo trabajo registrado. Vale decir, el subsidio posee un impacto positivo dentro del capitalismo pues sus consecuencias directas e indirectas concluyen en una mayor recaudación por consumo y por aportes. Mantiene sus principios en tanto la propiedad de los medios de producción pero le da al Estado el rol de intervenir impositivamente para equilibrar los ingresos y de esa manera no se disparen las abismales diferencias sociales hoy existentes. Esto ya fue escrito por Adam Smith en las Riquezas de la Naciones, incluso haciendo extensiva su idea sobre la necesaria intervención estatal para evitar todo intento de monopolio.
2- A estas virtudes debemos consignar (cuestión que se omite voluntariamente) que la empresas de “servicios” (concepto ideológico que se intenta nebulizar) jamás cobraron con desajustes pues el resto de la factura era cubierta por la sociedad en su conjunto.
3- Tal vez no es el caso del dicente, el cual jamás renunció al beneficio por el cual hoy se indigna, cosa que pudo hacer fácilmente, lo que sí desea ignorar, y lo hace de ex profeso es lo siguiente: Resulta muy probable que muchos otros ciudadanos pudieron acceder a ese café con leche, en ese mismo bar, debido a que poseían en su contabilidad mensual excedentes subsidiados que le permitían ese detalle de comodidad que al mismo tiempo favorecía a la Pyme gastronómica y en consecuencia a sus trabajadores, con sus correspondientes aportes al fisco. ¿En dónde radicaba el costo fiscal, entonces, si lo que se invertía por un lado en gastos fijos se recuperaba por el otro con ingresos directos por consumo y valor agregado?
4- Indudablemente estas políticas
requieren de una delicada sintonía para evitar desfasajes articulando a todos
los activos involucrados, aun así, y ante el mínimo desajuste, esto no implica
demonizar un sistema que probadamente ha dado muestras de su eficacia en todos
los países desarrollados, para los cuales el término “servicios” están
íntimamente ligados con los derechos colectivos y no con los negocios y
la rentabilidad. El servicio no puede ni debe ser “comodietizado” como pretende nuestro
gobierno y esta clase de operadores tomando como base los precios
internacionales.
Esta gente está tan involucrada con el sistema actual, diría que cooptada, que cuando se refieren a la administración popular su análisis parte de la premisa despilfarro, oficiando como coreutas del economista Rubinstein. Para ellos despilfarrar pasa por darle entidad y montarse a cierta subjetividad distributiva del poder dominante, un minimalismo absoluto, cuando en realidad la idea central del pensamiento humanista radica en acotar al máximo, sin prisas pero sin pausas, la brecha de inequidad, por tanto para un distribucionista, para un socialista, para un progresista, no existe el término despilfarro cuando de repartición de la riqueza se trata y más en una sociedad como la nuestra, la cual posee un coeficiente Gini que exhibe un grado de desigualdad en avance, el distribucionismo es una política diaria de toma de decisiones si es que verdaderamente deseamos una sociedad equitativa y justa. Sucede que para ellos el distribucionismo tiene un límite que nunca está en consonancia con dichos paradigmas consignados. Mientras esto sucedía incipientemente en nuestra Patria esta gente enfatizaba sobre temas que hoy prefieren soslayar en el “más allá” porque la macro de su negro paladar tiene los planetas alineados. Un detalle no menor al respecto, si vemos los cuadros indicadores de la evolución del Gini observaremos que luego de la experiencia neoliberal de la última década del siglo pasado, momento en el cual el índice se dispara negativamente hasta los 0.583 en el año 2002, a partir del 2003 comienza un leve y progresivo descenso que culmina en el año 2013 con 0.409, el mejor en los últimos cuarenta años. Ese año curiosamente, el de menor desigualdad social, es cuando comienza el devastador ataque mediático y judicial contra aquel gobierno, una suerte de Plan Cóndor interno coordinado y financiado por el establishment y las fuerzas de la reacción. Ese año la derecha reaccionaria peronista rompe el FPV a caballo de las ideas neoliberales (recordemos el discurso de Massa en el Hotel Alvear) y a lo santos oficios del Juez Bonadío, ariete judicial del dirigente antes mencionado. Estrategia que le posibilitó al procesado en decenas de causas (luego convenientemente diluias) Mauricio Macri ganar los comicios 2015. Vemos aquí, de nuevo, a la ética y a la moral como pretexto y no como texto. Luego de ese año observamos que, abandonadas de plano aquellas políticas distribucionistas, los valores, con sus vaivenes, fueron en notorio aumento llegando en la actualidad a Junio del 2024 al 0.467 exhibiendo un aumento en la desigualdad notable. El Gini es acaso el índice que mejor mide la distribución de la riqueza de una Nación y su grado de concentración.
Y uno se queda meditando en las preguntas de siempre. Irrumpen virulentamente los por qué, los para qué, los para quién, los cuándo, los cómo, en todos los incisos sociopolíticos, y es ahí en donde los “más allá”, los “por fuera de” y los “pero” nos revelan en donde se hallan situadas las ideas, los deciles humanistas, las solvencias e insolvencias intelectuales y los rangos alteros de aquellos que bajo un supuesto progresismo dialéctico no hacen más que, con su sentido común y banalidad conceptual, justificar bajo el prisma de su "necesaridad" pequeño burguesa la ignominia que nos gobierna. Para estos tipos, seguramente y luego de que metiera dos miembros en la CSJ, Clarín sigue siendo el más débil y el consumo de pornografía infantil no deja de ser un evento individual.
Como radical intransigente que soy, como forjista, considero que existen dos elementos cardinales que corrompen nuestros debates urgentes y necesarios: El fanatismo, tanto el peronista como el antiperonista, y en este espacio periodístico al cual me refiero observo mucho de el último a tal punto que todos ellos tienen una encarnizada necesidad de compensar sus criticas actuales con las administraciones peronistas, sobre todo con la figura de Cristina Fernández, hasta el límite de ser negacionista con relación a la deliberada persecusión a la que es sometida por el poder real a través de un Poder Judicial cooptado, en sus más altas instancias, por el inimputable Macri. La causa Vialidad por la cual sin dudas la cámara macrista volverá el día 13 a ratificar la sentencia es una verguenza jurídica, dicho esto por los más destacados juristas del país, entre ellos el actual ministro Cúneo Libarona quien sostuvo publicamente que solo tiene fines políticos limitantes. Sin embargo la mayoría de los comunicadores de Radio con Vos observan dicho proceso como legítimo, con más o menos prevenciones, pero que se encuadra dentro del marco legal. Vale decir, su antiperonismo está por encima del sentido de justicia y verdad, y esto, para ellos, es susceptible de exoneración porque se trata del peronismo y Cristina, su mayor referente.
La obsesión en pos de mantener el equilibrio, me refiero al político, en tanto dialéctica y praxis, en ocasiones conspira en contra de la verdad. Hemos sido testigos en estos años que todos mentores del equilibrio, sin excepción, y forzados por sus debilidades conceptuales, se han subido en algún momento a una fake news para justificar sus posicionamientos supuestamente moderados, y no me refiero a subjetividades, sino a la información. Todos han mentido en algún momento, algunos a favor de intereses puntuales y otros tantos lo hicieron a favor de mantenerse supuestamente equilbrados. Ergo, han mentido para continuar transitando con tranquilidad por ese campo neutral. El suicidio de Nisman es el más claro ejemplo del caso. El esfuerzo por intentar exhibir la tragedia del malogrado fiscal como un homicidio en pos de fines inconfesables rompe a los ojos, a tal punto que los equilibrados prefieren deslindar sus opiniones cuando no existe ninguna pericia ni prueba que acredite, no solo que alguien hubiera apretado el gatillo, sino que les fue imposible colocar a una persona dentro del edificio, en el piso, menos dentro del departamento y va de suyo dentro del baño. Pero ese silencio moderado permitió que se mantuviera la duda predictiva, objetivo electoral deseado tanto por los desequilibrados operadores de la DAIA y Arroyo Salgado, por caso Manguel, como por los equilibrados, supuestamente independientes. ¿Cuántas horas aire estuvieron operando y especulando con una lista de compras que había sido escrita el día anterior por la señora del aseo? argumentando falazmente que un tipo que se suicida no haría una lista de insumos. Por supuesto, porque no fue él que la hizo. Sin embargo el interior predictivo y prejucioso de los operadores y los equilibrados les impidió pensar que no fue Nisman el autor de la lista de insumos.
Así las cosas. De todas maneras y a pesar de las contraindicaciones, no hay mucho más ni mejor en el éter mediático de manera que, en mi caso, seguiré, criticamente, optando por la menciomada triada de la FM 89.9, puesto que de vez en cuando, en pos de exponer sus falsos equilibros burgueses pueden aparecer artistas de la talla de Liliana Herrero o Norman Briski, o entrevistas a caballeros como Martín Kohan o Adrián Paenza aunque esto se constituya como una vulgar lavativa culposa de sus desequilibrados equilibrios cotidianos. Admiradores del corrupto Lanata o del tardío Caparros, hombre que recién, cuando tuvo la obligación de enfrentar una enfermedad terminal (relaidad que lamento profundamente), se dio cuenta que la vida era otra cosa, y no la carga superada de bosta macrista que nos regalo durante años. Cuestión que omitió cuando esa vida era la de otros, los que perdimos todo, los que fuimos empobrecidos, excluidos, enfermados y matados, lo que ni siquera pudimos tener paleativos para nuestras dolencias, los que fuimos abandonados. Última cosa. Que alguien crecano a Berco le explique que la presentación escandalosa que hace de su programa linda con una soberana idiotez, desagradable y soez, muy propia del tinellismo novenstista, algo que desde su supuesta construcción político-dialéctica debería aborrecer.
*Gustavo Marcelo Sala. Editor
Para colaborar con Nos Disparan desde el Campanario:
Gustavo Marcelo Sala
Banco La Pampa
Caja de ahorros común en Pesos
CBU: 0930335320100076462989
La Radio de Vichy, auspiciada por Pétain y Laval.
ResponderEliminarEscuche a Víctor Hugo, y no se envenene
ResponderEliminarVa de suyo, a VHM lo escucho siempre, tanto en La Mañana como en la señal cooperativa Relatores. Pasa que como pienso exactamente como él, en todos los incisos de la vida, me resulta una simple ratificación, en este caso, dos o tres veces por semana, escojo la diversidad para tratar de entender por donde pasa el discurso progresista, aunque dentro de esa emisora hay gente que mata por un ramilletes de bananas. Sietecase suele finalizar su programa con la siguiente frase: La radio más sincera. Como si tal cosa fuera un valor cuando en realidad es solo una característica. El asesino o el psicópata que dicen serlo no redimen sus pecados. Son personas que le dan mayor valor a la credibilidad egocéntrica que a la veracidad. Ello aspiran solo a ser creíbles, la verdad resulta un tema menor.
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