Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 46 Mi Esperanza, es no tenerla... Editorial Final de Ciclo 2021....

 

    




En política leer y recordar es esencial, pero leer, recordar y además saber relacionar lo leído y lo recordado lo es doblemente, es el único camino posible para ingresar al terreno formativo…

 

Nos imaginamos, de aquí a un par de años, reproches cruzados ante el nuevo imperio neoliberal, proceso (nunca mejor utilizado el término) el cual se presentará recargado y potenciado en su máxima y psicópata expresión. Habrán pasado cuatro años en donde querer tener la razón peronometrizada por el peronómetro peronista estuvo por encima de la comprensión sobre la compleja coyuntura y su merecido debate sin la necesidad de menoscabar ninguna de las ideas que conformaron la alianza que se bocetó para poder vencer a la plutocracia fascista en el año 2019, malformación política tristemente afianzada social-mente y confirmada en las urnas hace pocos días. Alguna vez mencionamos como ejercicio formativo pasar revista a la República del Weimar, a la Segunda República Española, y a las disputas internas de la alianza socialdemócrata italiana que condujeron a su quiebre en 1922 y el posterior advenimiento del fascismo. 

Perón, si hablamos de repasar la historia, era un entusiasta lector del ordenamiento político de las ciudades estado griegas, poniendo su atención no tanto en los recurrentes modelos atenienses o espartanos, sino en la Tebas de Epaminondas, político considerado por Cicerón como "el primer hombre de Grecia", el más notable y notorio de sus estadistas, por encima de Pericles, Alcibíades, Temistocles o el mismo Alejandro de Macedonia. Una picardía que aquellos que se nos presentan como supuestos principistas del peronismo no leyeran los escritos y opiniones del General al respecto, y lo contraproducente que significan los dogmatismos pétreos en política y más cuando la situación es muy delicada, trágica, si se me permite la expresión. Algo de esto desarrollamos AQUÍ hace algunos años en el artículo titulado: Entre Espartanos, Atenienses, Tebanos y Peronistas

Y se verán deambular por los medios y las redes aquellos sabios tardíos aseverando que no se supo entender el momento porque en el fervor de la batalla se hace muy difícil, pero que la culpa cardinal fue del gobierno de Alberto Fernández que no representó la esencia y las urgencias del pueblo, no hizo peronismo, (como tampoco lo hizo Menem, dicen algunos, a pesar de haber ganado varias elecciones en continuidad con el voto de la masa peronista, inclusive con el voto de los Kirchner) frase muy usual para aquellos que siempre llegan tarde donde nada queda por hacer.

Se puede ser crítico, de hecho lo soy en puntuales medidas, por caso con el modelo socio-económico extractivista y agroexportador de Kulfas, programa que conspira directamente contra la mesa de los argentinos, pero ser crítico es ser analítico, no opositor y menos difamador, ergo, lo que no se puede ni se debe es ser obtuso y menos soberbio montado en dicha tozudez - solo por el hecho de desear como objetivo de máxima tener razón a los codazos -, y a la vez oficiar, sobre las heridas ocasionadas, como un recurso utilitario a favor de los intereses del poder real. 

No votamos a este gobierno para que Kulfas haga lo que hace, eso está claro, y menos para que Alberto Fernández avale lo que hace Kulfas, Cristina en sus cartas lo deja bien en claro, por caso en estos días conspirando contra Feletti (y los nunca nombrados Giorgi y Rovelli) titular de la secretaria de comercio o, mediante sendos decretos, privilegiando a los sectores agro-exportadores y extractivos energéticos asegurándoles no aumentar las retenciones por cinco años, pero también debemos coincidir que este equipo económico no propicia empréstitos y fugas de divisas, saqueo y vaciamiento como el anterior, en todo caso considera que para salir de la crisis es necesario primero reforzar las exportaciones de commodities de manera ingresen dólares frescos, dejando para más adelante la cuestión del valor agregado local y el mercado interno, ergo la inclusión y la equidad. Entonces ahí debe estar el debate, no si el tipo es socialdemócrata, peronista, fue alfonsinista, marxista, liberal o socialista, muchos han utilizado sus disfraces a favor del karaoke y el cotillón, tal estupidez no hace otra cosa que minimizar la importancia del dilema, la ideología no está ni en el color de los mamelucos ni en las herramientas, está en los paradigmas, en el proyecto político y sus prioridades. 

En lo personal no veo demasiadas diferencias ideológicas, en tanto praxis, entre los dos comienzos, me refiero a los dos primeros años del gobierno de Néstor Kirchner y los correspondientes a la presidencia Alberto Fernández. Aquel, para mejor, tuvo la ventura de una oposición atomizada, un neoliberalismo agazapado y siempre conspirativo (recordemos la carta en La Nación de Escribano) pero sabedor de sus erratas epocales, la sangre del pavimento 2001, potenciada por los duhaldistas asesinatos de Kosteki y Santillán aún no había coagulado y existía por entonces, me refiero al período 2003/2005, la necesidad ciudadana de que el Estado se haga cargo del desastre heredado, porque estaba claro que habíamos tocado fondo, situación muy similar a la de hoy, pero puesta en duda por la mayoría de la población gracias a las falacias y la desinformación de los medios de comunicación hegemónicos, y además, como dato no menor, no tuvo que afrontar la crisis económica global y por ende la interna que provoca una pandemia que parece nunca acabará.. 

Durante esos dos años no hubo enfrentamientos con las corporaciones ni con los poderes fácticos, hasta en algún caso existió cierto idilio y se prepararon tableros para negocios post pesificación asimétrica (compensación a los bancos), curiosas omisiones legales (no se reabrió la causa del contrabando de autopartes que motivó la renuncia de varios cortesanos obviando el merecido juicio político a cada uno, además se colaboró en la destitución de Ibarra para darle institucionalidad al desembarco de Macri, luego del risible interinato del fusible afrancesado Telerman y no se volvió a tratar la ley de subversión económica) y oligopólicas fusiones (Multicanal-Cablevisión), tampoco se abrieron frentes de conflicto siendo el principal gestor económico un socialdemócrata bien definido con el cual armonizaba en dueto el actual presidente, además se aceptó alegremente la ley de bienes culturales para beneficiar a Clarín y la pesificación asimétrica con la posterior licuación de la deuda que las grandes corporaciones tenían en dólares.  

Recién en el segundo período kirchnerista, año 2007, comenzaron las pulsiones, primero con la 125 y luego con  una avanzada de medidas reformistas, pero jamás se puso en tela de juicio, en esos dos años, los niveles de rentabilidad de la canasta alimentaria (luego tampoco), y menos la propiedad de los medios de producción. Lo que si hubo fue socialización de los costos a través de los subsidios a los servicios cuestión que significó un impacto positivo a modo ingreso indirecto en toda la población, incluso a la industria y sobre todo a las Pymes, cuestión determinante para bajar los índices de desocupación a niveles históricos, aumentando notablemente el consumo de los sectores populares. Hay que enfriar la economía y bajar el consumo reclamaba el establishment. 

Refutar lo antedicho resulta complejo, muchos vivimos aquel tiempo desocupados o entre changas con nuestros títulos bajo el brazo, en lo personal lo estaba desde septiembre del 2001, fui testimonio de la crisis, una piedra más entre miles arrojada al vacío de la bronca, que al decir de Bayer y por falta de representatividad, piedra que se pulverizaba en al aire antes de impactar contra la vidriera, incluso emigré desde CABA, para luego regresar y buscar empleo nuevamente en CABA, proyecto que me venció en el año 2005.

Hay personas que guardan en su imaginario épicas inexistentes y pretextos convenientes, los cuales una vez sedimentados se transforman en verdades absolutas que más tarde sirven como falaz plataforma comparativa.

Durante aquel comienzo en default se priorizó la situación financiera de la nación y de las provincias, recordemos la pesificación de sus deudas y la eliminación de las cuasi-monedas, además nunca debemos olvidar las políticas implementadas para detener los embargos del sector agrícola-ganadero, esfera productiva burguesa que jamás bien agradeció los esfuerzos colectivos. El pueblo profundo tuvo que esperar, no fuimos prioridad en esos dos primeros años de Néstor, pero asumimos que ese era nuestro único y último camino, y creo que no nos equivocamos. 

Acaso hoy deberíamos entenderlo del mismo modo, estoy verdaderamente cansado de leer comentarios sobradores de personas incapaces de enfrentar a un concejal o a su intendente pueblerino porque no tienen agua potable, o ni siquiera a su Gerente o a su Supervisor laboral por sus destratos y malevolencias, pero que a la vez les exigen a los dirigentes nacionales del campo popular heroicidades ante los máximos exponentes del poder mundial en donde la suerte de una Nación está en juego, odiseas que además, por supervivencia individual, bien callaron exigir durante los cuatro años plutocráticos.

Seguramente nos volveremos a encontrar, no sabemos cuándo ni dónde ni bajo qué formato. Nuestro musculoso y apolíneo pesimismo mantiene vivo y sano a nuestro frágil y poco vital optimismo, es su lazarillo, acaso su alter ego imprescindible. Tal vez sea la casualidad nuestra única esperanza, aunque como bien afirmó Voltaire, quiero tener la esperanza de no tenerla… es decir que se declare obsoleta por fútil…

                en el mientras tanto....





*Editorial Final Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 46. Gustavo Marcelo Sala

 

Comentarios

  1. Abrazo Gustavo.. y gracias por todo... en privado la sigo

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  2. Nos rasgamos las vestiduras por la deuda ilegalmente contraida por el macrismo y enarbolamos la bandera del no pago como al final de los 80's y en los 90's.
    Como entonces perdemos la oportunidad de ponernos firmes para que no vuelva a pasar.
    Cada 10 años pasa lo mismo . Tenemos que conseguir que en el futuro para prestamos de semejantes montos y envergadura se presenten en el congreso con un plan y compromiso de el destino y el beneficio para el pais de tomar semejante compromiso.

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