Gráfica: Diego, consolando a un ocasional adversario derrotado.. ya era el mejor de todos los tiempos...
Dos
cosas, quizá se relacionen: Para mí, que quede claro, y tal vez a los que nos
"formamos" en el arte de la pelota en la "canchita, el potrero,
durante un tiempo no estipulado, con una cantidad de jugadores no reglada, sin
lugares muy definidos en la cancha, Maradona es uno más de nosotros. Y uno de esos
pibes que eran los genios de la pelota en la cancha. También, y no es fácil
decirlo, porque el fútbol está en el alma de cada uno de los pibes pobres del
barrio, barato, a veces con pelotas de trapo como única opción para jugar, este
arte, como todas las otras artes, música, pintura, escultura, se transformó en botín
de guerra del capitalismo. Y Maradona, el pibe de barrio, también, como tantos
hermosos jugadores. Y los estragos que el capitalismo dejó en él son tan
evidentes como patéticos. Es dudoso que tenga una vejez tranquila, si llega. Pero,
sostengo que el Maradona humano, el hombre, cuyo cuerpo está destrozado por los
excesos que el capitalismo alienta para dominarnos, quebrarnos, a los que
tenemos nada más que nuestra corporalidad para sobrevivir, trasciende
enormemente el futbolista. Dos Maradonas: El esclavo del capitalismo, el burgués
fallido, y el rebelde, el negro del barrio, el peroncho. Tremenda división
interna, y por lo tanto, tremenda humanidad.
*Carlos Baffoni, Psicoanalista
Cuando
Pompeya era París
(Relato)
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