Ajuste,
achicamiento del Estado, despidos, y el fantasma de La Cámpora.. Opera Fernando
González para el Cronista Comercial…
“Una de las herencias más
asfixiantes que tendrá el próximo presidente de la Argentina serán los
nombramientos compulsivos de última hora que el kirchnerismo impulsa en el
Estado para asegurarse la presencia de militancia rentada que compense un
eventual alejamiento del poder. Los burócratas de las plantas transitorias
pasan a la planta permanente. Y les dejan sus lugares a otros aspirantes con
conocimientos rudimentarios y salarios de privilegio. Todo mientras aturde el
fragor del fin de ciclo. El grupo más favorecido por esta tendencia es La
Cámpora, que concibe al Estado mucho más como un refugio laboral que como una
herramienta indispensable para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El
presupuesto de este año indica que 13.000 personas se sumaron a los agentes
públicos nacionales y un informe de la Fundación FIEL dice que el Estado es el
principal empleador del país”. (Opera: El Cronista Comercial)
Es
verdad que la plantilla estatal ha crecido, porque ahora el Estado tiene mayor
capacidad operativa que antes y esto tiene que ver con su protagonismo dentro
de la economía; a eso hay que añadirle la estatización de varios servicios que
estaban en las ineficientes manos de los privados. Llámese, Aguas Argentinas, Iberia,
Repsol, Ferrocarriles, entre otros, y todos aquellos estamentos, preexistentes
o nuevos, que han evolucionado de la misma forma que ha crecido nuestra
actividad económica. Han crecido las plantillas policiales, tanto nacionales
como las provinciales, han crecido las plantillan de la AFIP y del ANSES
producto del natural aumento de recursos a propósito de la administración de los
beneficios que reciben millones de argentinos que fueron incluidos dentro del
sistema, han aumentado los recursos para cultura, educación, ciencia y
tecnología, industria y salud. El perverso argumento resulta un sofisma si no
tenemos en cuenta el crecimiento de la carga operativa estatal, al mismo tiempo
adolece de fundamento si no colocamos sobre la mesa el incremento que tuvo de
la mano de obra privada en estos doce años. En cuánto aumentó una y en cuánto
aumentó la otra, evaluando sus proporciones, no ya para comparar absurdos no
tabulables, sino para analizar con mayores certezas el crecimiento de la
economía real.
El
fantasma de La Cámpora resulta un argumento muy conveniente para que el
mediopelo concluya que esos puestos no son necesarios y que tienen relación con
cierto clientelismo político. El mediopelo, gracias a González, no se va a
detener a pensar sobre la posible necesaridad que tiene dicha plantilla para
que el Estado desarrolle sus tareas de manera eficiente. Únicamente que
pensemos que González insista sobre la idea de un Estado ineficiente de manera
volver a rematarlo como hicieron durante la segunda década infame. Les recuerdo
que los recursos que ingresan al Municipio de Coronel Dorrego, Pago en donde
vivo, no son precisamente de La Cámpora y a ningún oficialista se le ocurre
observar a sus adherentes como futuros fantasmas sedimentarios. Tal cuestión se
puede calcar en CABA, Santa Fe, Córdoba y cada uno de los distritos,
oficialistas y opositores, a lo largo y a lo ancho del país.
El
dilema es simple. Para aquellos que desean un estado que no intervenga, pequeño
y sin peso político ni económico, lo ideal es adelgazarlo hasta su más tísica
expresión, excluyendo todos los cuadros políticos que puedan poner en duda un
sistema gestionalista que aseguré simplemente los negocios corporativos,
internos y externos…
¿Existe
relación entre la cantidad de empleados públicos y la eficiencia? Veamos este
informe sobre países que tienen igual o mayor número de recursos públicos…
Empleo público en Europa (http://elordenmundial.com/)
Una de las características básicas en las
estructuras públicas de los países desarrollados y de bienestar actuales se personifica
en la figura del funcionario. Personal corriente administrativo de todos los
niveles del Estado, profesores, médicos, policías, militares, investigadores o
jueces son los ejemplos más manidos. Realizan servicios públicos de importancia
vital para el correcto funcionamiento de un país, y el propio funcionamiento
del Estado no se entiende sin ellos. Además, el añadido habitual de un puesto
de trabajo fijo y medianamente bien remunerado de por vida es aliciente
suficiente como para que sean plazas bastante apreciadas y demandadas en muchos
países.
Con motivo de la última crisis, los argumentos que
siempre se han esgrimido en ciertos sectores liberales de cara a reducir la
plantilla del estado han vuelto a ser objeto de debate. Para el caso español,
la congelación y reducción de los sueldos públicos, además de los recortes en
las plantillas de trabajadores públicos ha sido una consecuencia directa del
mal estado de las arcas públicas. ¿Qué cantidad de funcionarios es la adecuada?
¿Es malo que haya muchos? ¿Es malo que haya pocos? ¿Están demasiado bien
pagados o deberían estar mejor remunerados? En los países nórdicos parecen
tenerlo claro desde hace mucho. Según datos de la OIT de 2012, Dinamarca,
Suecia y Finlandia son los países de la UE en los que existe mayor proporción
de funcionarios dentro de la población activa. En Dinamarca, por cada 5,7
ciudadanos, existe un funcionario (17,54% de la población activa); en Suecia,
un trabajador público por cada 7,1 suecos activos (14,08%); cada 7,9 fineses,
uno trabaja para el estado (12,65%) y en 2005, según datos de la OCDE, uno de
cada cinco noruegos (20%) tenía su puesto de trabajo en el sector público.
EL número de servidores púbicos por habitantes quizás no es un gran índice para evaluar la necesidad de agrandar o achicar
ResponderEliminarEste número en razón al dinero disponible del tesoro o del presupuesto puede ser más correcto
Habría que hacer cuantos servidores públicos se encuentran en posiciones productivas no burocráticas(Policias,médicos,enfermeras,maestros de escuelas públicas, empleados de ferrocarril etc)comparado con el número de empleados que no pueden explicar un servicio al público y comparar ese coeficiente con el de aquellos países
Por ultimo saber cuánto cuesta ese empleado con respecto al de aquellos países en porcentaje a la plata disponible por el estado
Es muy común que agencias del estado en esos países (lo digo por conocimiento de causa porque yo trabajo en una) funcionan bajo el sistema “cost efective” o sea se cobra una tarifa por los servicios y se maneja su propio presupuesto y solo puede tener el número de empleados que puede pagar con ese presupuesto si pierde plata perderá luego personal de planta , si se expande podrá agrandarse. La administración de recursos en estas agencias puede llegar a ser bien restringido y eficiente