"Es común encontrar en el sector
empresarial esa aversión hacia la participación política de sus empleados,
hacia lo ideológico, aún hacia la toma de conciencia de los trabajadores cuando
deciden agruparse y sindicalizarse. El sueño de un mundo sin sindicatos que
velen por los derechos de los trabajadores se hace explícito en la permanente
intención de mantener el trabajo precarizado. Y no conformes con esto, como en
este caso, pretenden la asepsia de pensamiento de los actores, ávidos de seguir
manteniéndonos dentro de la “ficción”; esa que intencionalmente intenta
trocar nuestro trabajo y nuestro arte por farándula, fuera de la
realidad.
Suar pretende que defendamos exclusivamente intereses particulares. Que no nos
importe el compañero. Que no nos importe nadie más que nosotros mismos.
Pretende que no tengamos pensamiento político, participación ciudadana y lo más
grave, opinión. La situación de debilidad de cualquier trabajador actor, famoso
o no, frente a nuestros patrones hace que las palabras de Suar suenen a
amedrentamiento. Pues son ellos en cada oportunidad y por un tiempo limitado
los que determinan quienes trabajan y quiénes no.
Como sabemos, hay varias maneras de limitar la libertad de expresión. Por
supuesto que los actores conocemos la censura, las listas negras de épocas
nefastas por la que atravesó nuestro país. Triple A y Dictadura, ejercieron
sobre nosotros la represión en toda sus formas. Desgraciadamente, 28 compañeros
detenidos desaparecidos así lo certifican. Tal vez estas expresiones
bravuconas, quizá guionadas para provocar, no tienen la dimensión de lo
sucedido en aquellos tiempos, pero igualmente, en plena democracia, tenemos la
obligación de alertar sobre este escenario en donde desde el poder real se
quiere imponer el mismo silencio, el mismo orden, el mismo temor, que nada se
mueva, que los actores seamos meros decidores de textos ajenos, aún en la vida
real.
Nos ha costado, todavía nos cuesta, y seguimos luchando para que los
empresarios del sector, Suar entre ellos, reconozcan plenamente nuestra
condición de trabajadores y respeten íntegramente nuestros derechos laborales.
Lo único que falta es que sea un exponente de ese sector el que pretenda darnos
el certificado de buenos ciudadanos y nos diga qué debemos decir y qué no".
Fuente. Diario Registrado
N de la R: Es
interesante observar que mientras muchos actores, según Suar, se deprecian
debido a que manifiestan sus posicionamientos políticos o ideológicos, él sí, como
vemos en la gráfica, se permite hacerlo, avalando incluso a otros actores que piensan en su misma sintonía. Me parece que
esto pone blanco sobre negro con relación al tema de la democracia, la
libertad, el alcance de la ley de medios y la ausencia de ella en cuanto a contenidos se refiere.
Esta bestia fascista maneja contenidos y eso es lo más grave de todo. Temo que
la Asociación Argentina de Actores es bastante benevolente con tan miserable y
ruin empresario. Un lockout actoral a
sus producciones sería una buena manera de llamar su atención. Aunque ya se
sabe, uno trata...
Cuadrazo del menemismo, él y su vieja.
ResponderEliminarAguante Suar! Paladín de la libertad de expresión en nuestro país, empresario exitoso, y gran actor. Una deliciosa mezcla entre Dustin Hoffmann y Ben Stiller, con ligeros toques del entrañable Minguito y de Juan Carlos Calabró. Y radical.
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