Aclaración inicial: Este interesante análisis de Rouvier me
llegó hace unos días gracias a la gentileza de Antonio El Mayolero. Digamos que
el texto aún estaba en la cocina y necesitaba de un último horneado por parte
del autor. Una vez publicado cumplimos con la tarea de difundirlo sabiendo que contiene riquezas que deben ser atendidas. (N de la R: A mi modo de sentir e interpretar politicamente al kirchnerismo me deja muy preocupado)
En la sociedad política nacional podemos distinguir tres espacios
diferenciados y relacionados. Uno es el núcleo de la república democrática, que
comprende el sistema político; y está dirigido, en el ámbito gubernamental, por
un colectivo de dirigentes, elegidos por voto popular a través del sistema de
partidos. Tiene como principal misión el gobierno, la producción legislativa y
la administración del Estado. El sistema también incluye a la oposición
orgánica. El poder político se
expresa como dominio territorial y la iniciativa de las políticas públicas.
Aquí, predomina el peronismo, controla la mayoría de gobernaciones y de las
intendencias y los cuerpos legislativos, que en gran proporción están
encolumnados detrás del gobierno nacional. En este sector se producen las
variaciones ideológicas según el poder peronista de turno. Atravesaron el
menemismo o el duhaldismo sin hesitar. Hoy están en el kirchnerismo, a través
de un inteligente y notable esfuerzo de Néstor Kirchner, que logró posicionarse
como conducción del peronismo desde el poder central manteniendo un consenso
importante en los poderes provinciales, clave para el acceso y continuidad del
kirchnerismo. Al frente del peronismo provincial, el kirchnerismo se convirtió
en su vanguardia, siendo el principal gestor de las grandes realizaciones de
estos diez años. Muchos ejecutivos locales practicantes de un conservadorismo
popular tuvieron que aceptar cambios de indudable corte progresista. Hoy,
los resultados expresados en las elecciones legislativas, las encuestas, y una
coyuntura difícil inquietan a la dirigencia peronista; y algunos saltan el
cerco. No se registra un éxodo masivo, sino un goteo respondiendo a lo de
siempre: no perder poder. La sucesión de CFK está en marcha y los reflejos de
supervivencia del peronismo están alerta. El kirchnerismo reacciona cerrando
filas. Desde
lo partidario, el peronismo es una federación de partidos provinciales, con una
jefatura nacional que lo unifica y que resume en una sola mano: la dirección
política y la dirección del Estado. En este punto, el kirchnerismo ha mantenido
el congelamiento del PJ y ha generado una alternativa frentista como el FpV,
que tampoco muestra dinamismo. También ha generado nuevas superestructuras de
representación fuera de los partidos, privilegiando el trasvasamiento
generacional, y en disputa, sin debate ideológico, con la vieja guardia
peronista. En el segundo espacio, y por fuera del sistema político estatal,
están los sectores sociales entre los cuales sobresalen una presencia y una
ausencia. La vigencia de los sindicatos, cuya identidad política es casi
totalmente peronista, y que en el primer peronismo les fue asignado el mandato
de “columna vertebral del movimiento”. En la actualidad, con la evolución de la
democracia moderna, habría que redefinir cuál es el rol de dicho sector, dentro
de un movimiento nacional que ya no existe. La fuerte preocupación por la
justicia social sostenida por el kirchnerismo no involucra un papel protagónico
del sindicalismo por encima de la negociación reivindicativa. La fragmentación
actual en cinco estructuras burocráticas muestra que el sector se debilita en
la puja distributiva. ¿Cuál es la gran ausencia?: una burguesía nacional. Por
último, está el espacio social del pueblo o sociedad civil. Allí se despliegan
los modos característicos de pensar y las prácticas sociales de la ciudadanía
estructuradas en diversos estratos sociales complementarios y/o
contradictorios. Este es el lugar de las demandas sociales, económicas y
políticas. También es el espacio en que las acciones del sistema político
encuentran o no sus clivajes. ¿Cuál es la incidencia de las fuerzas políticas
en el pueblo? ¿Cuánta voluntad popular hay debajo de lo nominado como pueblo en
momentos fríos de la historia? Aquí también el
peronismo, históricamente, es el actor más importante, inclusive el único,
sobre todo en los sectores populares, en que la dinámica política es
protagonizada solamente por el internismo peronista. Desde hace mucho tiempo,
la política ha perdido clivaje en el pueblo, pero el peronismo sigue siendo el
menos débil. Como vemos, los distintos espacios están
atravesados por la impronta peronista, que es el termómetro principal de toda
la política. Pero están sus interrogantes abiertos que interpelan su vigencia,
su identidad y su destino. Hoy, lo identitario se asienta sobre lo
conmemorativo basado en sus padres fundadores y las gestas. También hay
controversias latentes, y a veces manifiestas, sobre las interpretaciones y sus
contradicciones. Unos tienen una mirada peronista más ortodoxa y otros se
acercan a lo que en los 70 representaba el peronismo revolucionario. Nominar La
Cámpora a la agrupación juvenil es una toma de posición frente al último Perón,
en el que se apoya Massa. El carácter fuertemente pragmático que tuvo y tiene
el peronismo explica esa afiliación al poder. Los dirigentes permanecen pero
varían sus orientaciones y marcan cada etapa desde la centroderecha menemista
(se recuerda el oxímoron: “Economía Popular de Mercado”) hasta la
centroizquierda como es el kirchnerismo, con el agregado de algunas izquierdas.
Cuando le ha tocado ser oposición, condiciona a los oficialismos, tiene
capacidad de negociación y/o coacción. El peronismo es una
expresión siempre abierta a las bifurcaciones; y eso lo hace desde una cierta
unicidad consensual dada por el persistente apoyo popular. Desde 2003 adoptó al
kirchnerismo como la modalidad peronista de la etapa pos crisis, y lo sacó de
un letargo conservador. Queda abierta, en disputa, la precisión sobre el
futuro. Quedan preguntas por resolver: ¿Adónde vamos? ¿Cuáles son los límites
del reformismo? ¿Hasta dónde el Estado? La Comunidad Organizada no parece una
respuesta; no está en la heráldica del kirchnerismo. El PJ,
que nunca tuvo un rol relevante desde su fundación, tampoco lo tiene ahora que
permanece congelado, sin embargo despierta, cada vez, como actor electoral.
Cada tanto intenta reorganizarse, pero es sólo la disputa por intereses
personales o sectoriales. El engarce inaugural del kirchnerismo -con sus dudas-
con el peronismo institucional y con las organizaciones sindicales fue
fundamental para acumular o mantener el poder en la década. Mantener ese enlace
es crítico para asegurar continuidad ante la fuerza orientada a dar por
finalizado el ciclo, entre la cual se producen algunas fugas. Hay algo
inexorable que el kirchnerismo debe comprender y elaborar, no hay ningún
candidato que pueda homologar a los fundadores. Sí, el protagonismo exclusivo
de CFK establece el principal polo de poder para garantizar formas de
continuidad o aminorar el desvío. Considerando la última
elección, el voto peronista estuvo dividido y esto genera esperanzas al no
peronismo. Las dos alternativas más importantes con votos peronistas son:
Daniel Scioli, que constituye el eje continuidad-diferenciación respecto del
gobierno y que marcha por adentro; y la alternativa Sergio Massa, que es de
clara diferenciación. En la actualidad, el gobernador bonaerense es lo más
competitivo que puede ofrecer el peronismo kirchnerista. Por la otra, Massa
expresa un neoperonismo; y la estrategia del diputado es mantener la doble
afluencia: el voto peronista y no peronista. Pero hay un segmento
peronista/kirchnerista creciente que quiere otro perfil distinto a Scioli, y
promueve otros candidatos. El menemismo fue
finalmente un epifenómeno del peronismo, el kirchnerismo lucha por no serlo y
por convertirse en el peronismo del siglo XXI.
Fuente: Antonio el Mayolero y Revista Debate
¿Eva nos da la espalda? ¿Justamente a nos, que somos quienes mejor interpretamos lo que ella predicó desde la caída en 1955?
ResponderEliminarNo me cierra compañero. Está de este lado, no tengo dudas. El 33% es nuestro y de ella; el tren kirchnerista (con ayudita de China) avanzará a toda máquina a partir del 2015, no se preocupe.
Saludos.
Ironía.. simple ironía. Eva dándole la espalda a ese disfraz de peronismo llamado Massa
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