Fuente: El Viejo Topo
Link de origen:
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-fmi-no-piensa-mucho/
¿CÓMO HACER PENSAR AL FONDO MONETARIO
INTERNACIONAL?
¿Cuándo aprenderá a pensar el Fondo
Monetario Internacional (FMI)? A lo largo de sus ochenta y un años de historia,
el FMI ha publicado más de quince mil informes. Sin embargo, si descarga
cualesquiera de los informes de su sitio web, es probable que sepa lo que dice
antes incluso de leerlo. Los informes son tan genéricos que ni siquiera es
necesario pedirle a ChatGPT que cree una plantilla: cada documento es una
plantilla para el siguiente. Son así de repetitivos.
El 8 de julio de 2025, el FMI publicó
una breve entrada
de blog titulada “Cómo estabilizar la deuda de África”. El blog solo
tiene tres páginas (una menos que el informe en
el que se basa). Pero, incluso en su brevedad, repite axiomas que el FMI
desarrolló ya en la fundación de su Departamento de África, el 10 de abril de
1961. A pesar de las advertencias que afirman que la evaluación del informe se
basa en “datos nuevos”, el informe es, en esencia, vino viejo en botellas
nuevas. Sus axiomas son los siguientes:
Los 54 países del continente africano
pueden estabilizar su deuda siguiendo la misma receta. No es necesario
desagregar los países, a pesar de los grandes conjuntos de datos, ni examinar
las diferencias entre ellos para comprender los diversos factores que influyen
en sus vías de desarrollo. Un Toyota Land Cruiser sirve para todas las
carreteras africanas.
No hay razón para que los tenedores
de bonos ricos y otros acreedores acepten la reestructuración de la deuda.
“Contrariamente a lo que se cree”, argumentan, “los países de la región a
menudo han sido capaces de estabilizar o reducir su deuda sin necesidad de
reestructurarla”. Por lo tanto, no hay razón para defender la condonación de la
deuda (jubileo), reprogramaciones o conversiones (prepagos o recompras). Lo que
se debe, se debe pagar.
La consolidación presupuestaria, o
austeridad por parte del Estado, es mucho mejor para la reducción o
estabilización de la deuda que el aumento del crecimiento económico, aunque lo
ideal es que se den ambos procesos.
La estabilización de la deuda es “más
probable cuando existe un acuerdo respaldado por el FMI”, es decir, si el FMI
impone el ciclo de austeridad y deuda, las tasas de endeudamiento pueden
estabilizarse.
Por último, la estabilización de la
deuda es el objetivo de los Estados africanos, y no el desarrollo. Necesitan
estabilizar su deuda, ni siquiera borrarla.
Estos cinco axiomas se presentan como
hechos cuando son ficción. Por ejemplo, estudiosos cuidadosos del desarrollo
africano, desde Samir Amin hasta Thandika
Mkandawire, han advertido contra el tipo de generalizaciones amplias que
tanto gusta hacer al FMI. En segundo lugar, la afirmación de que es posible
lograr la “estabilización de la deuda” sin reestructuración se basa en el
argumento erróneo de que los países africanos pueden salir de la deuda mediante
el crecimiento, lo cual es casi imposible, dada la abundante
bibliografía sobre el exceso de deuda (es decir, los evidentes efectos
negativos de la deuda sobre el crecimiento).
El tercer axioma, que da prioridad a
la austeridad sobre el crecimiento, no se sostiene ante la lógica y las pruebas
empíricas. El crecimiento, por
definición, requiere lo contrario de la austeridad (es decir, una política
fiscal expansionista), y las
pruebas empíricas demuestran que la austeridad ha provocado tragedias
de crecimiento en África. Esto sin mencionar el importante
coste humano que décadas de austeridad inspirada por el FMI han
infligido a los pueblos de África y del Sur global en general.
En cuanto al cuarto axioma, y como
demostramos en un informe reciente
de Tricontinental: Instituto de Investigación Social, los “acuerdos
respaldados por el FMI” son la fuente de la crisis permanente de la deuda
africana. Por ejemplo, un reciente
estudio sobre Zambia muestra que las condiciones impuestas por el FMI
hace dos décadas sembraron las semillas que condujeron a la actual crisis de la
deuda de Zambia. En otras palabras, “el
FMI no combate los incendios financieros, sino que los apaga con gasolina”.
El quinto y último axioma va en contra
de décadas de planificación del desarrollo en África y de décadas de estudios
sobre el desarrollo que muestran claramente que la
búsqueda del desarrollo sigue siendo una de las principales preocupaciones de
los Estados africanos.
No es de extrañar que el blog del FMI
se equivoque tanto, dados sus autores. El blog está escrito por tres
economistas del FMI, todos ellos formados en Occidente y sin experiencia
significativa en el continente africano: Athene Laws (de Nueva Zelanda, doctora
por la Universidad de Cambridge), Thibault Lemaire (de Francia, doctor por la
Sorbona) y Nikola Spatafora (italiano, doctor por la Universidad de Yale).
Tanto Lemaire como Spatafora trabajan en el Departamento de África del FMI, con
sede en Washington D.C. Una abundante bibliografía demuestra
ahora que la falta de arraigo en los contextos locales explica el carácter
sombrío de las ciencias sociales occidentales sobre África. Lamentablemente,
los autores del blog del FMI demuestran una vez más los peligros de escribir
desde la distancia.
El problema no es solo la ventana del
FMI para el crédito a corto plazo, que por supuesto viene con condiciones;
también lo es la visión del mundo del FMI, que sugiere que no se puede hacer
nada con respecto a la deuda, salvo seguir una estrategia de crecimiento inútil
en un contexto de deuda profunda. La teoría del FMI se limita a la austeridad y
la deuda permanente, nada más. Pero existe otra teoría, algunos de cuyos puntos
deben debatirse seriamente:
Debemos debatir la importancia de la
cancelación de la deuda, es decir, el castigo a los acaudalados tenedores de
bonos que deciden invertir pero se niegan a asumir las consecuencias de un
riesgo a la baja.
Un debate serio requiere discutir la
soberanía sobre las materias primas y la regulación adecuada de las empresas
multinacionales.
Debe darse espacio para debatir la
integración financiera, el uso de monedas regionales o locales para conciliar
los desequilibrios comerciales y la necesidad de crear plataformas regionales
para el comercio y la financiación del desarrollo.
Necesitamos crear bancos de
desarrollo soberanos, anclados en la riqueza de materias primas del continente,
que sean propiedad de instituciones regionales públicas y no estén controlados
por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
El desarrollo de la capacidad
industrial y de infraestructuras de alta calidad debe ser una prioridad para el
continente africano.
Estos son algunos puntos racionales y
tangibles para una nueva teoría del desarrollo que busque el avance genuino del
bienestar de las personas y no solo la estabilización de la deuda. Esto es algo
que la teoría del FMI no reconoce, pero es lo que una teoría del desarrollo
para África debe situar en su centro.
Fuente: Globetrotter
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