Nos Disparan desde el Campanario El desfalco griego y el negocio bélico ucraniano: dos caras de la utilización financiera global… por Alejandro Marcó del Pont

 



 

Fuente: El Tábano Economista

Link de origen:

https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2025/07/13/el-desfalco-griego-y-el-negocio-belico-ucraniano-dos-caras-de-la-utilizacion-financiera-global/

 

La hipocresía 

debe ser ordenada 

(El Tábano Economista)



En el teatro de la economía internacional, Grecia y Ucrania representan dos tragedias modernas con un guion común: el saqueo sistemático bajo el disfraz del rescate financiero o la ayuda humanitaria. Mientras think tanks y organismos multilaterales celebran supuestas «recuperaciones», la realidad desnuda un patrón de depredación donde los acreedores y el complejo militar-industrial emergen como únicos vencedores.

Grecia: la austeridad como herramienta de sometimiento

El referéndum del 5 de julio de 2015 fue un momento de ilusión efímera. El 61% de los griegos rechazó las condiciones draconianas impuestas por la Troika (Comisión Europea, BCE y FMI), pero su victoria duró menos de una semana. Alexis Tsipras, el líder progresista que prometió desafiar a Bruselas, capituló. El acuerdo final no solo ignoró el mandato popular, sino que profundizó el mecanismo de transferencia de riqueza hacia los bancos europeos.

Los números son obscenos: entre 2010 y 2015, Grecia recibió €230.000millones en rescates, pero el 90% se destinó a pagar deudas a acreedores privados —principalmente alemanes y franceses—. Solo el Deutsche Bank y BNP Paribas concentraban el 34% de la exposición crediticia. Mientras, el PIB griego se contrajo un 30%, el desempleo juvenil superó el 50% y 450.000 profesionales emigraron entre 2008 y 2016, según la Hellenic Statistical Authority.

El memorándum de 2015 exigió privatizaciones por €50.000 millones: el puerto del Pireo (vendido a COSCO, China), los aeropuertos regionales (adquiridos por Fraport alemana), y la joya de la corona, la compañía eléctrica pública DEI, desmantelada para beneficiar a conglomerados como ENEL italiana. La electricidad subió un 58% entre 2010 y 2018, mientras los salarios retrocedieron a niveles de 1970. La Troika justificó el ajuste como un «mal necesario», pero documentos filtrados del FMI en 2016 admitían que la deuda griega era insostenible incluso con las reformas.

Ucrania: la guerra como modelo de negocio

Si Grecia fue el laboratorio de la austeridad y el negocio financiero, Ucrania es el campo de pruebas del capitalismo bélico. Desde el Euromaidán (2014), el país ha recibido U$S162.000 millones en ayuda militar y financiera, según el Kiel Institute. Pero esta generosidad tiene un ADN geopolítico: el 72% del armamento proviene de contratistas estadounidenses (Lockheed Martin, Raytheon) y europeos (BAE Systems, Rheinmetall), cuyas acciones se dispararon un 200-300% tras la invasión rusa de 2022.

El FMI, otrora inflexible con Grecia, relajó todas sus condiciones para Ucrania. Entre 2014 y 2024, Kiev incumplió metas fiscales, postergó reformas anticorrupción y recibió U$S40.000 millones en créditos sin el más mínimo seguimiento. La deuda externa ucraniana alcanzó el 124% del PIB en 2023, pero Occidente aplicó una moratoria hasta 2027. El contraste con el trato griego es revelador:

Grecia fue forzada a recortar pensiones un 45%; Ucrania recibió U$S18.000 millones en 2023 solo para pagar salarios públicos (ejercito).

Mientras Atenas vendió infraestructura crítica, Kiev obtuvo U$S27.000 millones en «ayuda presupuestaria directa» del FMI en 2023, sin privatizaciones.

El negocio tras la destrucción es lucrativo. La reconstrucción de Ucrania se estima en U$S 750.000 millones, según el Banco Mundial, con contratos ya asignados a Bechtel (EEUU) y Vinci (Francia). Mientras, la industria energética europea —desesperada por reemplazar el gas ruso— invirtió U$S30.000 millones en 2022-2023 en infraestructura ucraniana, desde plantas de GNL hasta corredores de exportación de granos.

El doble nivel no es un error, sino una estrategia. Grecia fue castigada por ser pequeña y prescindible; Ucrania es premiada por su valor geopolítico. En ambos casos, los ciudadanos pagan el precio: Grecia perdió soberanía económica y 25% de su población activa mientras Ucrania ha visto destruido el 40% de su PIB y el 30% de su territorio.

La lección es clara: en el capitalismo global, las crisis se convierten en oportunidades de lucro. Ya sea mediante la deuda o las bombas, el resultado final es el mismo unos pocos ganan, y millones pierden. Pero seguir creyendo en recetas de política económica y seguimientos técnicos de organismo internacionales que prestan los fondos, resulta absurdo. Las metas son políticas para beneficio del prestamista. Grecia pago cada centavo y seguirá pagando; Ucrania, dependiendo del remanente territorial, veremos a manos de quién pasa.

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*Alejandro Marcó del Pont, Licenciado en Economía de la UNLP. Autor y editor del sitio especializado en temas económicos El Tábano Economista, columnista radial, analista

 

 

 


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