Ella se fue
y en su partida
se llevó algo mío.
Me dejó un hueco
¿Y ahora?
Trato de llenarlo,
tratan de llenarlo,
pero sigue ahí,
sin importar lo que yo haga.
Incluso hay días
en los que se adueña de mí
y también de otros.
Un hueco puede parecer
un lugar desolador,
y sin embargo
cada día me doy
una vuelta por ahí,
porque es un sitio cálido,
inspirador,
un sitio reparador,
y sobre todo, seguro.
Un sitio diferente a todos,
a dónde puedo regresar
cada vez que quiera.
Es que hay huecos
y huecos,
y creo que el mío
me acompañará siempre,
porque sin ese hueco
ya no soy yo.
¿Quién no ha sentido alguna vez
un hueco en el pecho?
Hueco que duele...y a su vez se llena con hermosos recuerdos.
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