Nos Disparan desde el Campanario Los líderes de extrema derecha están forjando una alianza global… por Somdeep Sen

 

 


Fuente: Jacobin

Link de Origen:

https://jacobinlat.com/2025/01/los-lideres-de-extrema-derecha-estan-forjando-una-alianza-global/

 

Gráfica: Viento Sur

Traducción: Pedro Perucca

El regreso al poder de Donald Trump es un estímulo moral para políticos de extrema derecha como Viktor Orbán, Javier Milei y Giorgia Meloni. Tras ser pioneros en muchas de las ideas destructivas y reaccionarias asociadas al trumpismo, ahora aspiran a la hegemonía global.

 

Era de esperarse que el ambiente fuera alegre en el Scruton Café de Budapest tras la noticia de la elección de Donald Trump para un segundo mandato. El café lleva el nombre del filósofo inglés Roger Scruton, venerado por los derechistas estadounidenses y europeos.

También apareció de forma destacada en el documental de Vice «América y Hungría, una historia de amor de extrema derecha» como un lugar popular donde convergen pensadores de derecha de todo el mundo y repiten como loros los temas de conversación conservadores. Hungría, bajo el liderazgo de extrema derecha de Viktor Orbán, a menudo es puesta en un pedestal por la derecha, como prueba de que un futuro iliberal es realmente posible.

Pero Budapest no es la única capital donde los políticos populistas de derecha se sienten esperanzados tras las elecciones estadounidenses. De Roma a Buenos Aires, y de San Salvador a Nueva Delhi, los líderes de derecha son igualmente optimistas respecto de las posibilidades de que una reconstrucción iliberal de la política global está al alcance de la mano, con un amigo como Donald Trump al mando en Washington.

Culto a la personalidad

Por un lado, el regreso de Trump confirma que el culto a la personalidad tiene un inmenso atractivo en las democracias electorales. Trump se presentó a sí mismo como el «outsider» franco y duro, con poca paciencia para las vacilaciones de los políticos de carrera. Más bien, se presenta como un líder decidido, dispuesto a transgredir todas las normas políticas y los controles y equilibrios democráticos por la causa nacional. Este modelo es inspirador para políticos como Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador.

El fogoso economista y autodenominado presidente anarcocapitalista de Argentina llegó al poder promocionando sus políticas de «motosierra» que recortarían un Estado supuestamente sobredimensionado y rescatarían al país de una grave crisis financiera. Adquirió fama mundial gracias a un vídeo de TikTok de 2023 en el que se le ve arrancando de una pizarra los nombres de varios organismos gubernamentales, como el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Medioambiente y el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y gritando afuera.

Sus payasadas en campaña electoral, en las que a menudo llevaba una motosierra, funcionaron. Desde que llegó al poder, Milei cumplió con su promesa de llevar la motosierra al sector público. Sin embargo, las víctimas fueron los más pobres de Argentina. Más de la mitad del país cayó por debajo del umbral de la pobreza, mientras que el 18 % de la población vive ahora en la indigencia.

Bukele también llegó al poder en El Salvador como un outsider político, con aires de estrella del rock, prometiendo un enfoque sensato de la violencia de las pandillas en el país. Sus políticas de mano dura llevaron a que el 1 % de la población total esté recluida en megacárceles que parecen fortalezas. Esto incluye a tres mil niños.

Según Amnistía Internacional, la cruzada de Bukele contra las pandillas dio lugar a «violaciones masivas de los derechos humanos, incluidas miles de detenciones arbitrarias y violaciones del debido proceso, así como torturas y malos tratos». A pesar de esto, la tasa de aprobación de Bukele ronda el 90 por ciento, y sus seguidores lo apodaron como el «dictador más genial del mundo».

Guerra contra lo woke

La derecha mundial encuentra la agenda anti-woke de Trump tan atractiva como su estilo de liderazgo. El presidente de los Estados Unidos dice que las universidades están dominadas por «marxistas, maníacos y lunáticos» y promete hacer retroceder las políticas de equidad, diversidad e inclusión y las protecciones contra la discriminación para las personas trans.

Viktor Orbán se considera pionero en estos asuntos. En la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de 2023 en Budapest, presumió:

Hungría es en realidad una incubadora donde se experimenta con el futuro de las políticas conservadoras. Hungría es el lugar donde no solo hablamos de derrotar a los progresistas y liberales y provocar un giro político cristiano conservador, sino que realmente lo hicimos.

El letrero sobre la entrada a la conferencia decía «No Woke Zone» (Zona sin woke). A los presuntos «periodistas woke» se les prohibió asistir a la conferencia. En 2021, el gobierno de Orbán prohibió la «representación de la homosexualidad o la reasignación de sexo» en los programas mediáticos dirigidos a menores de dieciocho años. Las referencias a la homosexualidad están prohibidas en la educación sexual en las escuelas.

Las autoridades húngaras también aplicaron una nueva ley dirigida a las universidades extranjeras y obligaron a la Universidad Centroeuropea (CEU), financiada por George Soros, a abandonar el país. La CEU fue el principal objetivo de la ley, porque se la consideraba un centro liberal de pensamiento anti-Orbán.

Chivos expiatorios musulmanes

Por último, los líderes de la derecha ven reflejadas sus propias visiones del mundo en la xenofobia e islamofobia de Trump. En su país, prometió detener y deportar en masa a los inmigrantes indocumentados. Anteriormente, Trump afirmó sin fundamento haber visto a musulmanes en Nueva Jersey celebrando los atentados del 11-S. También pidió más vigilancia de los estadounidenses musulmanes e introdujo la infame prohibición de viajar para los musulmanes.

Todo esto resuena en personas como Orbán y la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Ambos estuvieron a la vanguardia del movimiento antimigratorio europeo. Meloni defendió el «derecho a no migrar» y trabajó para detener lo que considera como inmigración ilegal, subcontratando el control de las fronteras europeas a países no pertenecientes a la Unión Europea. Presentó sus políticas como un modelo que otros líderes europeos deberían seguir, aunque sus críticos las calificaron como «deshumanizadoras e ilegales».

Por su parte, Orbán se erigió en salvador de la civilización europea y cristiana. Arremetió contra la llegada de migrantes musulmanes presuntamente terroristas y culturalmente ajenos a las costas europeas, presentando sus draconianas políticas antimigratorias como una forma de mantener a Europa segura y cristiana.

A miles de kilómetros de distancia, en Nueva Delhi, el primer ministro nacionalista hindú Narendra Modi, estaría de acuerdo con los puntos de discusión de Meloni, Orbán y Trump. Bajo su liderazgo, que ya lleva una década, la retórica antimusulmana y la violencia alcanzaron su punto más alto en la India.

Los líderes del partido de Modi demolieron las casas de algunos activistas musulmanes y pidieron el boicot a los negocios que fueran propiedad de musulmanes. El gobierno de Modi impulsó la Ley de Enmienda de la Ciudadanía de 2019, que solo concede a los inmigrantes indocumentados no musulmanes de Afganistán, Bangladesh y Pakistán el derecho a la ciudadanía por la vía rápida. Periodistas críticos se enfrentaron a falsos cargos de terrorismo, mientras que organizaciones de la sociedad civil fueron acusadas de recibir ilegalmente financiación extranjera.

Fraternidad global

Por supuesto, todas estas medidas antiliberales no se producen en el vacío de los contextos nacionales individuales. Los Trump, Modi, Orbán, Meloni y Bukele del mundo son muy conscientes de la existencia de los demás y están en proceso de forjar una alianza global.

Elon Musk, al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) bajo la segunda presidencia de Trump, se proclama como un gran admirador de las políticas de motosierra de Milei. Trump y Milei también comparten un vínculo especial. Después de que Milei ganara las elecciones, Trump lo felicitó en la red Truth Social: «Estoy muy orgulloso de ti. Transformarás a tu país. ¡Haz que Argentina vuelva a ser grande!». Milei fue el primer líder extranjero en reunirse con Trump tras las elecciones estadounidenses de noviembre y fue invitado a su toma de posesión.

El líder salvadoreño, Bukele, también tuvo una reunión muy publicitada con Musk en septiembre. Bajo el mandato de Orbán, Hungría hospedó tres reuniones internacionales de la CPAC, en las que participaron oradores como el político holandés de extrema derecha Geert Wilders, la comentarista de derecha Candace Owens, el congresista republicano Andy Harris y Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro. Orbán pronunció el discurso de apertura de la cumbre del CPAC de 2022 en Dallas.

Desde que ganó las elecciones presidenciales, se dice que Trump ya tuvo varias llamadas con el líder húngaro, buscando su consejo sobre la guerra de Ucrania. Orbán fue un crítico abierto de la ayuda militar a Ucrania y mantuvo lazos amistosos con Vladimir Putin.

Modi es igualmente popular entre los líderes de derecha de todo el mundo. Trump y Modi celebraron dos mega-conciertos conjuntos: «Howdy Modi» en Houston en 2019 y «Namaste Trump» en Ahmedabad en 2020. Ambos destinados a festejar públicamente los logros políticos del otro. Trump definió cariñosamente a Modi como un amigo que «se parece a tu padre» pero que también es un «asesino total».

Meloni y Modi también se embarcaron en esfuerzos para fortalecer los lazos entre India e Italia en temas de «defensa, seguridad, comercio y tecnología». Por supuesto, en el contexto europeo, Meloni y Orbán son almas gemelas en su postura antiinmigración. 2025 podría perfilarse como el mejor año hasta la fecha para esta fraternidad global de líderes conservadores iliberales.

 

 

Somdeep Sen es profesor asociado de Estudios de Desarrollo Internacional en la Universidad de Roskilde, Dinamarca. Sus investigaciones se centran en la política espacial, la raza y el racismo en las relaciones internacionales, los movimientos de liberación, el colonialismo de asentamiento, los estudios poscoloniales y la migración. Es autor de  Decolonizing Palestine: Hamas between the Anticolonial and the Postcolonial  (Cornell University Press, 2020) y coeditor de  Globalizing Collateral Language: From 9/11 to Endless Wars  (University of Georgia Press, 2021). Su trabajo también ha aparecido en  Foreign Policy, The Huffington Post, Open Democracy, Jacobin, The London Review of Books, The Palestine Chronicle  y  The Disorder of Things .

 

 

 

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