Nos Disparan desde el Campanario El colapso emocional en la era digital según Franco Berardi

 

 

Fuente: Bloghemia

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https://www.bloghemia.com/2025/02/el-colapso-emocional-en-la-era-digital.html

 



El capitalismo cognitivo no solo explota el cuerpo, sino también la mente, generando ansiedad y destruyendo el tiempo para la reflexión, según Franco Berardi

Por: José Daniel Figuera

El filósofo italiano Franco "Bifo" Berardi ha dedicado gran parte de su obra a analizar las mutaciones del capitalismo en la era digital. En libros como Fenomenología del fin y La fábrica de la infelicidad, Berardi expone una transformación profunda: el trabajo ya no se limita a la explotación física, sino que invade el terreno mental y emocional. La digitalización y la hiperconectividad han generado un sistema en el que el individuo es constantemente bombardeado por información, expectativas y exigencias productivas que minan su capacidad de reflexión, provocando ansiedad, depresión y fatiga crónica. 

En este contexto, el autor plantea una pregunta inquietante: ¿es posible aún la creatividad en una sociedad donde el tiempo libre ha sido absorbido por el trabajo? El capitalismo cognitivo ha redefinido las dinámicas laborales, trasladando la producción del cuerpo a la mente. En este nuevo modelo, el individuo ya no solo vende su fuerza de trabajo, sino también su atención, emociones y energía mental. Las largas jornadas laborales han sido reemplazadas por una disponibilidad permanente, donde la frontera entre tiempo de trabajo y ocio se ha disuelto. Berardi argumenta que esta mutación ha llevado a una sobreproducción de estímulos que impide la concentración y el pensamiento crítico, generando una sensación de agotamiento constante.

La hiperconectividad impone una velocidad de interacción que anula la pausa y la reflexión. Berardi sostiene que el ser humano moderno está atrapado en un flujo ininterrumpido de información y tareas, donde cada momento de inactividad es visto como una pérdida de productividad. Esto ha llevado a un deterioro progresivo de la capacidad de imaginar, crear y cuestionar. La inmediatez digital ha sustituido el proceso de maduración del pensamiento por respuestas rápidas y mecánicas, eliminando la posibilidad de una comprensión profunda del mundo. 

En La fábrica de la infelicidad, Berardi desarrolla la idea de que el capitalismo ya no necesita solo fuerza de trabajo, sino también afectos y subjetividad. Las emociones han sido mercantilizadas, y el trabajo se ha convertido en un espacio donde se exige motivación, empatía y pasión, generando un fenómeno paradójico: la autoexplotación. A diferencia de la disciplina impuesta por el capitalismo industrial, el modelo actual incentiva la competencia interna, donde el trabajador se exige cada vez más, sin necesidad de un jefe que lo presione. Esta dinámica ha llevado a un aumento alarmante de trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.

El impacto de este modelo va más allá del individuo y afecta el tejido social. Berardi señala que la sociedad contemporánea está caracterizada por una sensación de insuficiencia permanente: nadie se siente lo suficientemente productivo, lo suficientemente informado o lo suficientemente exitoso. Este estado de insatisfacción perpetua es el resultado de un sistema que se alimenta de la comparación constante y la imposibilidad de desconectar. En este sentido, el filósofo italiano advierte que la hiperproductividad ha generado un malestar estructural que se traduce en un aumento de la precariedad laboral, el colapso emocional y la incapacidad de disfrutar del tiempo libre sin culpa. 

Uno de los aspectos más perturbadores de la tesis de Berardi es su análisis sobre el impacto del capitalismo cognitivo en la creatividad. Para él, la innovación no es posible en un contexto donde el pensamiento está sometido a una presión constante. La creatividad requiere tiempo, error y experimentación, elementos que han sido expulsados de la vida cotidiana por la lógica de la eficiencia. El resultado es una sociedad saturada de información pero vacía de ideas, donde la originalidad ha sido reemplazada por la repetición acelerada de contenidos.

Berardi sugiere que el camino para contrarrestar estos efectos devastadores pasa por una reapropiación del tiempo y la desaceleración de la vida. Rescatar la capacidad de desconectarse, recuperar espacios de ocio no productivo y fomentar el pensamiento crítico son estrategias fundamentales para resistir la lógica del rendimiento absoluto. Sin embargo, el desafío es enorme, ya que el capitalismo ha logrado naturalizar la hiperactividad como sinónimo de éxito y la pasividad como un fracaso. Frente a esto, Berardi nos plantea una pregunta clave: ¿puede existir una alternativa al actual estado de hiperexigencia sin que el sistema colapse? 

La obra de Franco Berardi es un llamado de atención sobre las consecuencias psicológicas y sociales del capitalismo contemporáneo. Su análisis demuestra que la crisis no es solo económica, sino también existencial: nos enfrentamos a un modelo que ha vaciado el tiempo de sentido y ha convertido la vida en una carrera sin meta. 

 

 

 


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