Nos Disparan desde el Campanario OPINIÓN Descombobulación calendárica… Por Favio Camargo

 



 

Tal vez la misma gente que cree que la Tierra es plana, es la que también cree que la vacuna del COVID traía el chip del marxismo o que en las clases de ESI los docentes enseñamos la mecánica del acto sexual.

Los aires oscurantistas que acompañan el clima de época me hizo acordar a uno de mis primeros “bardos” como docente.

Ante la pregunta sobre la posibilidad de que Belgrano fuera homosexual.

Responderle a una alumna – Si, es posible

Posible. Ni si, ni no. Posible. Solo eso.

Lo mismo hubiese contestado si me preguntaba si era posible que tomara el té todos los días a las 5 y 12 minutos.

En una pataleta cavernaria de los directivos esta respuesta casi termina en sanción, pero me quedaron “mañas” de cuando cursaba Derecho y me defendí con un descargo de tres hojas y se cagaron en las patas.

Luego, esta misma muchacha me preguntó por Tchaikovsky, Wilde, Nuréyev..

Se notaba que había estado investigando por su cuenta pero era como que precisaba que una “figura de autoridad” se lo confirmara. Y esa figura de autoridad, aunque no me gusta mucho esa calificación, era quien les habla.

¿Por qué me eligió a mí entre todos los demás? No sé. Tal vez porque soy el más “extraño”. El que llega en bici, con aros, con tatuajes…

Y toda esa extrañeza junta la llevó a pensar que podía ser el más accesible y el que menos probablemente respondiera tirándole una biblia, un Corán o un libro mormón por la cabeza.

A esto siguieron en unos días otras preguntas.

– Me gusta una compañera ¿Está mal?

Entonces le repregunto:

Tengo ese mismo problema. A mí me gusta aquella profe… ¿Está mal?

- Es un metro más alta que usted, señor….

Estamos en el 2019….esas cosas ya no importan…

A partir de ese día el humor de la alumna cambia totalmente y si bien trabajaba muy bien en clase, empezó a venir más feliz a la escuela digamos.

En las clases de ESI cada docente habla del tema desde su cátedra. Desde las cátedras de Química o Salud y Adolescencia los docentes pueden a llegar a tocar temas como las ETS y la forma de prevenirlas donde se habla de los peligros de consumir alcohol y demás sustancias. Desde Historia, mi caso, una semana al año, dos horas de las ochenta más o menos que tiene el calendario académico nos ocupamos de hablar de lugares como Buchenwald y Sachsenhausen.

Puede que le suenen a fechas extintas del calendario ciclístico internacional….la vuelta a la RDA o la Carrera de la Paz o la Copa de la Amistad Socialista creo que pasaban por Sachsenring…

Pero no. Eran campos de concentración donde eran exterminadas (entre otros grupos) personas que formaban parte de minorías sexuales.

Unos años antes durante el breve experimento democrático de la República de Weimar se había avanzado mucho en el estudio de estos grupos humanos por parte entre otros, del Dr Magnus Hirschfeld, pero a partir de 1933 con el ascenso de Hitler al poder todas estas investigaciones fueron descartadas en base a su pertenencia a la raza judía. (Así se definía en la época) Judío, zurdo y públicamente homosexual era un blanco caminando a partir de 1933 en Berlín. Su instituto es destruido, le dan una tremenda paliza y debe exiliarse. Muere poco tiempo después.

En los campos antes mencionados, no solo se exterminaba a los prisioneros homosexuales, sino que previamente se los sometía a experimentos para tratar de “curarlos”. Estos experimentos incluían desde torturas con electroshocks, castraciones e implantaciones de órganos, inoculación con hormonas o diversas sustancias con el objetivo de “curar” a estos internos. Demás está decir que la tasa de supervivencia de los mismos era escasa.

El título de la nota no tiene sentido, tampoco lo tiene intentar comprender desde una perspectiva racional mucha de las cosas que están pasando estos días.

Merodean personajes que solo son capaces de encontrar placer en el sufrimiento ajeno.

Hoy, 19 de enero de 2025, en un país que parece haber retrocedido 100 años en uno, el fantasma de Carl Peter Vaernet merodea el congreso.-


*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur

 

 

 


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