Nos Disparan desde el Campanario Relato de viaje en fuga de Milena Jesenská… por Cynthia Eva Szewach
Fuente: El Lobo Suelto!
Link de Origen:
https://lobosuelto.com/relato-de-viaje-en-fuga-de-milena-jesenska-cynthia-eva-szewach/
Mi corazón latía en su jaula
M. J.
“Esa mirada a través de la ventana,
una mirada directa, resuelta, que no ve ni los techos ni los árboles, ni el
cielo ni los caminos abajo, esa mirada que se lanza como una primera flecha,
como un respiro de la angustia, ¿qué es sino el deseo de huir hacia el vasto
mundo?”
Así comienza un artículo poético de
Milena “Un coeur en rodage”[1]. Un corazón en marcha, que busca lo
desconocido, un recomenzar, un estado de soledad, a través del viaje, que
narrará al modo de diario. Intenta partir a nuevos caminos, encontrar otro
lado. Partir, partir, partir, escribe.
Aproximadamente en 1920 Kafka justamente
escribe “La partida”, un cuento breve. El personaje monta su caballo. Su
sirviente le pregunta a dónde va. El patrón responde: -“No lo sé,
simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más,
es la única manera en que puedo alcanzar mi meta. – ¿Así que usted conoce su
meta? -preguntó. Sí -repliqué-te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi
meta». Al preguntarle al patrón por las provisiones, responde que no lleva,
porque es un viaje largo, por lo tanto, no habrá opción tendrá que conseguir en
el camino para no morir de hambre. “No hay provisión que pueda salvarme. Por
suerte es un viaje realmente interminable.”
Milena realiza su búsqueda
para retirarse de un tiempo de desasosiego de asfixia. Ensaya en el texto
un diálogo con su corazón, que personificado, lo imagina cerrar la puerta a
todo lo que hay aquí y empezar de nuevo allá. Es una manera de
salir de sí. Aquí todo se derrumba, dice, allá existe una
oportunidad de salvación. Tiene que haber algo más, en otro lado.
Irse a lo nuevo y lo lejano.
Sin embargo, finalmente se trata del
“regreso a casa”, aquello que creía una esperanza de salida, en hermosos
lugares, no parecía funcionar. No le interesarán más los monumentos, aclara.
Sentía el corazón terriblemente oprimido… “Nunca me sentí tan abandonada
como al imaginar que estaría obligada a permanecer en esa ciudad (aunque fuera
maravillosa como París, Padua, Pisa)” No encontraba lo que creía, incluso
olvidó qué buscaba. No fue un vagabundear en una errancia desértica, ni una
forma de ahuyentar el tedio. El corazón tenía miedo. Se sentía
entre el hogar y lo extranjero y con lo extranjero se llenaba de
temor. Contaba las leguas de distancia con su ciudad. El mundo más vasto
de lo que imaginaba, pero también fragmentado en jornadas, plagado de
velocidades (…) “en toda esa inmensidad, no hay ni el mínimo pequeño refugio
para no sé qué nuevo comienzo, para vidas nuevas¨”. Kafka, sin embargo, sabía
de antemano que el viaje era interminable y, “que a partir de cierto punto no
hay retorno, y ese es el punto a alcanzar”
Milena continúa afectada por una
sublevación que no ve: el ser humano, “no grita, no llora, no desespera
porque siente vergüenza: así que come, duerme, se viste, se lava, hojea
periódicos, como si nada pasara…” La vergüenza, un sentimiento que
tantas veces Kafka padece en las cartas que le escribe, miedos, con un corazón
estrujado, entre llegar y no llegar, soñarla, amar sus palabras. Del
viaje ella retorna a su casa llena de angustia aún así le sorprende que las
cosas siguen ahí. Escribe que tiembla luego de soportar lo que llama una
“prueba”. Vuelve al primer gesto: mirar por la ventana. Allí, más allá de los
tejados, más allá del cielo y de la calle, se extiende el amplio mundo. “Hoy
es tan desconocido, tan tentador y atractivo como el día en que partí. Pero yo,
aquí, de pie junto a la ventana, empobrecida por la experiencia, como engañada
por mi descubrimiento: ese mundo ahí afuera, aunque fuera diez veces más
grande, no encierra nuevos comienzos”.
Se pregunta qué vale la pena como
experiencia y si acaso valió la prisa. ¿Cómo suponer una experiencia que
empobrezca? Ella nació en Praga, también vivió un tiempo en Viena, volvió a
Praga…
Concluye; la cuestión es que no se
trata de una fuga: “La vía hacia un nuevo mundo interior pasa por una sola
cosa: el coraje de mirar de frente el colapso del antiguo. Para empezar, sería
necesario que este colapso fuera total: es ese colapso total, ese trastorno y
esa ruina es lo que habría que soportar”
Soportar la ruina… los escombros de
los propios derrumbes, aunque hay otras ruinas que advendrán, in progress.
Referencia
1] El título en francés es:
“Un coeur en rodage” no se pudo en principio ubicar en otros idiomas. La fuente
es la versión francesa “Vivre” Bibliotheques 10/18 París. El artículo
no lo encontramos aún tampoco en checo, su original. Puede traducirse, como un
corazón en ablande, en rodaje, en camino, en circulación, en tránsito.
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