El león de Nemea era un
monstruo atroz de la mitología griega que vivía en Nemea. Fue finalmente matado
por Hércules. Las armas
mortales no podían hacerle daño ya que su pelaje dorado era inmune a los
ataques. Sus garras eran más afiladas que las espadas mortales y podía cortar
cualquier armadura.
Los leones actuales no son parte de
la fauna griega, o europea, actual. Sin embargo, según Herodoto, existían las
poblaciones de leones en antigua Grecia, hasta que se extinguieron en el 100
a.C.
Normalmente se considera al león como
descendencia de Tifón y Equidna; también se dice que cayó de la
Luna como la descendencia de Zeus y Selene, o alternativamente, que nació
de Quimera. El león de Nemea fue mandado a
Nemea en el Peloponeso para aterrorizar a la ciudad.
La
primera de las doce labores de Heracles, propuestas por el rey Euristeo, su primo, era matar al
león de Nemea.
Según una
versión del mito, el león de Nemea secuestraba a mujeres en su madriguera, en
una cueva cerca de Nemea, atrayendo a guerreros de ciudades cercanas que
buscaban salvar a la mujer que simulando heridas, y correría a su lado. Una vez
que estaba cerca, la mujer se transformaba en un león y mataba al guerrero,
devorando sus restos y entregando los huesos a Hades.
Heracles vagó
por la zona hasta que llegó a la ciudad de Cleonas. Allí conoció a un chico que
le dijo que si Heracles mataba al león de Nemea y volvía vivo en 30 días o él
mismo se sacrificaría a Zeus[3]. Otra
versión afirma que conoció a Molorco,
un pastor a quien el león le mató un hijo, diciendo que si volvía en 30 días,
sacrificaría un cordero a Zeus. Si no volvía en 30 días, lo sacrificaría al
fallecido Heracles como ofrenda de luto.
Mientras
buscaba al león, Heracles hizo unas flechas para usarlas contra él, sin saber
que el pelaje dorado era impenetrable; cuando descubrió al león, le disparó con
el arco y descubrió las propiedades protectoras del pelaje cuando la flecha
rebotó en el muslo de la bestia. Tras cierto tiempo, Heracles hizo que el león
volviera a su cueva. La cueva tenía dos entradas, una que Heracles bloqueó; él
entró por la otra. En la oscuridad, aturdió a la criatura con su garrote y,
usando su inmersa fuerza, lo estranguló hasta matarlo. Durante la lucha, el
león le mordió uno de sus dedos. Otros dicen que le disparó flechas hasta que
le dio en la boca, que no tenía protegida.
Tras matar al
león, intentó despellejarlo con una cuchillo de su cinturón, pero falló.
Entonces intentó afilar el cuchillo con una piedra e incluso intentó usar la
propia piedra. Finalmente, Atenea, percatándose de la
situación del héroe, le dijo a Heracles que usara las propias garras del león
para cortar la piel.
Cuando
volvió el 30º día llevando la piel del león en sus hombros, el rey Euristeo
estaba sorprendido y aterrado. Euristeo le prohibió volver a la ciudad; en el
futuro tendría que mostrar los resultados de sus labores fuera de las puertas
de la ciudad. Euristeo le advirtió que las tareas que le había encargado serían
cada vez más difíciles. Entonces mandó a Heracles a su siguiente trabajo, que
era destruir a la hidra de Lerna.
La
piel del león de Nemea era inmune a todos los elementos, y solo podían dañarle
las armas más poderosas. Otros dicen que la armadura de Heracles era, de hecho,
la piel del león de Citerón.
Fuente: https://mitologia.fandom.com/es/wiki/Le%C3%B3n_de_Nemea
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