Nos Disparan desde el Campanario Jorge Lanata, alguien que en sus orígenes quiso ser Rodolfo Walsh y ni siquera llegó a ser Natalio F. Botana... por Gustavo Marcelo Sala
Varias veces en este espacio hemos desarrollado teorías sobre el periodismo poniendo su ejemplo, por lo bueno y por lo malo que hizo, siendo esto último, al malversarlo, al transformarlo en operativo del poder real, lo que dio mayor transcendencia, popularidad y fortuna personal, quizás, y nos cabe la duda, fue lo único que persiguió durante toda su vida pues no tuvo reparos en traicionar aquello bueno logrado en sus tiempos de Página 12. Pero no fue un innovador como suelen afirmar sus pollitos.
Natalio Félix Botana,
director y dueño de Diario Crítica entre los veinte y los treinta del siglo
pasado, antes de morir, tuvo la efímera dignidad de admitir y pedir perdón por
la cantidad de editoriales y noticias falsas que desarrollara sobre la figura
de ex presidente Hipolito Yrigoyen, y que contribuyeron de manera decisiva a su
desprestigio público, a su estigmatización personal y a su posterior
destitución, ayudando con su vileza para que la república cayera dentro de uno
de sus peores periodos de su historia: La década Infame. Botana también a los
25 años había fundado el histórico periódico convocando a las más excelsas y
jóvenes plumas: los González Tuñón, Arlt, Borges, De la Púa, Marechal, poeta
que luego, en la obra Adán Buenosaires, lo revelaría, convocándolo al séptimo
círculo del Dante, como un simple y vulgar extorsionador, factor cardinal a la
hora de amasar fortuna.
No obstante Botana
entendiendo que siempre se está a tiempo para admitir erratas y horrores, más
allá que no se puedan subsanar, escogió asumir la finitud con algo más de decoro
que su mala copia, ésta prefirió seguir, desde su lecho moribundo, traficando,
ensuciando a personas inocentes, siendo colaboracionista de las mafias oligárquicas,
transformándose en un vocero de los servicios. Tal vez como alguna vez afirmó Charlie
García, Lanata se pudrió de ser pobre, su egocentrismo percibió que se merecía
algo más, riqueza que lo hundió en la miseria más extrema, aquella que solo es
visibilizada por los cadáveres que dejó en su camino y que hoy es alabada por
los peores engendros de la profesión.
Por aquellos
buenos tiempos de Página 12, Página 30, El Porteño, Veintiuno, por sus participaciones
en Sin Anestesia, por sus libros Polarois, Historia de Teller, Muertos de Amor,
por su investigación en Cortinas de Humo, quisiera creer que el peor castigo
que le deparó el destino fue no haberle dado la oportunidad de redención que si
le dio a Botana, su inspirador, pero como soy agnóstico me baso solo en las evidencias
afiliándome a la idea de Miguel de Unamuno: “quisiera creerte, necesitaría
creerte, pero dame una prueba”. Y
tristemente esa evidencia nunca se pronunció.
Lanata se murió admirado por los abyectos, por los operadores, por los mercaderes de la profesión, por los que lo utilizaron hasta cuando su postración final, por los que hicieron un show con su padecimiento como bien explica AQUÍ Víctor Hugo Morales, hombre que nunca le tuvo rencor ni respondió a sus injurias a pesar de haber tenido que soportar las infamias más desdorosas y arteras. Curiosamente, ambos enfrentaron a Clarín y su poder fáctico, uno se vendió al establishment y dejó de ser periodista, el otro sigue exhibiendo su enorme dignidad humana y profesional.
Editorial recomendada...
LA MUERTE NO EMBELLECE… POR FERNANDO BORRONI
*Gustavo Marcelo Sala. Editor. Escritor
Ser coherente en el error es tan estúpido como modificar los principios éticos por interés. Todo tiene que ver con el ego. Lanata nunca se desprendió su mayor enemigo , el ego.
ResponderEliminarLos departamentos en Miami, las propiedades en Punta del Este, los 5 millones de dólares que están valuadas sus obras de arte, las cuentas offshore, no se ganan con honra como afirma Legrand. Y menos dentro del periodismo. Fracasó como empresario asociándose con Gorriarán y Mata, y como periodista en tanto legado profesional, su éxito fue operar a favor de Macri y el establishment en contra del pueblo argentino.
ResponderEliminarNo es verdad que Lanata fundó Página 12. Fue un grupo de gente a la cual él le sacó ventaja. Aquí el testimonio de uno de esos fundadores Rubén Furman...
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=7NMxAhNhVdo
CREADOR DE LA FANTASMÁTICA GRIETA Y DE LA ENORME MENTIRA DE LA MORSA QUE PRODUJO EL ARRIBO A LA PBA DE LA PRIMERA Y PEOR GOBERNADORA DE TODOS LOS TIEMPOS Y GRACIAS A LO CUAL Y A LAS FALLUTAS COMPUTADORAS CON LAS QUE SE VOTO EN LA CAP. FED. CONTRA MARIANO RECALDE, TMB GANÓ MACRI, O ESO PARECE... A LAS 22:30, FALTANDO MESAS QUE NUNCA SE CONTABILIZARON MACRI SE HIZO CON AL SILLON , EN ESE ENTONCES DE UN PERRO CALLEJERO. QUE NUNCA DESCANSE EN PAZ. QUE ARRIBE AL NEGRO LUGAR DE VIDELA, NEUSTADT Y DEMÁS ENERGÚMENOS ANTI-HUMANOS
ResponderEliminarDeja huella dicen los progretontos. Es cierto, pero deja una huella indigna y nauseabunda que nunca se debería recorrer.
ResponderEliminarDentro del sistema capitalista mafioso Lanata ofició como un simple y vulgar pistolero. Muy eficiente por cierto, pero descartable. No era Luciano, Meyer, Costello, Siegel, Anastasia, Bonanno, Profaci o Genovese, nunca fue "famiglia", era mano de obra muy bien paga por su poder de daño, por su sanguinario proceder y su aura de impunidad, pero no más. Por eso el tratamiento que le siguieron dando durante su padecimiento. Algo parecido a Vincent Coll (uno de los pistoleros por encargo más sanguinarios de la epóca, incluso sus contratos también abarcaban a otros integrantes de la organización indistintamente). Los nombrados seguirán operando y aparecerán otros pistoleros que tal vez sin la eficiencia de Lanata, y muchos más baratos, seguirán haciendo la tarea sucia para que todo perdure como hasta ahora.
ResponderEliminarLa enorme lista de boludos de la semana, así calificados por Lanata, hoy están viendo con piedad y nobleza pasar los restos del boludo del siglo. Un tipo al cual se lo comió el ego, sin percibir que ningún fin justifica los medios, y menos cuando se trata de fines individualistas. Siempre fue egocéntrico, lo demostró con Página, diario sobre el cual se adjudicó su fundación cuando se trató de un grupo de gente encabezados por Alberto Elizalde Leal, Tiffemberg, Furman, Soriano, en donde Lanata ofició como Director Periodístico. De hecho las broncas internas dentro del diario estaban centralizadas en ese deseo individualista de exponerse como fundador individual de algo colectivo. Lo cierto es que en el ejemplar número 2 del diario tuvo que salir a salvar erratas escritas en el número 1 con relación al tema. Es Leal quien logra la financiación para armar el diario a través de los exiliados del PRT que estaban en Nicaragua.
ResponderEliminarEl gordo nunca se traicionó. Siempre fue igual. Su obseción era él y llegar al millón. Nunca contempló al otro. Por eso nadie lo quería en Página 12. Era inescrupuloso a tal punto de utilizar la causa de DD.HH durante sus primeros años, tratar publicamente de putita a Cerutti o dar los teléfonos particulares de familiares de funcionarios con los cuales tenía un entripado. Fuimos muchos los engañados durante un tiempo, allí radica su mayor talento, como buen psicópata tuvo la inteligencia para saberse mimetizar entre los buenos e inocentes laburando como topo. Con la guita le llegó su padecimiento físico, algo que se nota no supo comprender. De nada le sirvió, no nos llevamos nada de este mundo, aunque en su caso se llevó la pesada carga del abrazo final del sector más miserable, cruel y abyecto de la sociedad.
ResponderEliminarNunca hay que olvidar que totalmente sacado y mostrando lo que relamente pensaba dijo al aire: "Me cago en los derechos humanos"
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo Gustavo. Lanata nunca quiso ser Walsh, siempre quiso ser Neustadt. Su habilidad fue ocupar un espacio vacío pues no había periodistas de centroizquierda o izquierda con algo de gracia y ritmo mediático. Si había comunicadores populares de derechas o radicales pero no de izquierdas. Y el tipo sin serlo, solo fingiéndolo, logró captar a la gilada y a muchos colegas. Hoy podemos ver que gente como Sietecase, Tenembaum, O´Donnell, Manguel, Caparros, el fallecido Zloto y tantos otros terminaron como él, siendo la inútil izquierda woke de la demoledora y sanguinaria derecha neoliberal.
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