Gráfica:
Cultura Colectiva
https://culturacolectiva.com/arte/fotografia/fotografias-de-los-fetiches-sexuales-mas-extranos/
Si este gobierno anarconeoliberal logra
consolidar con el tiempo una alianza de intereses económicos con los sectores medios
pequeño burgueses a partir de fetiches que el propio sistema crea y estimula cual
derrame sospecho que tenemos extrema derecha para rato, y no habrá memoria ni conciencia
que la pueda limitar. Aquel homo consumidor del deme dos, el mismo de la
tablita o la convertibilidad dolardependiente y especulativa, protagonista de
la dictadura y el menemato, florecerá como antaño sin que se pregunte si tal
lógica socioeconómica nos corresponde como país, como Nación, y menos si dicho
formato nos asocia o nos disocia como pueblo. Tanto la problemática previsional
como el dilema universitario, como la precarización sanitaria, como la concentración
económica, la desigualdad, la corrupción y los DD.HH serán temas que deambularán por los linderos sin que
resulten determinantes, y hasta las progresías opinantes hablarán, ya lo estamos percibiendo, bajo el
embrujo de esos fetiches especulativos, de “logros” porque los índices
inflacionarios bajan, el FMI mima y el sector financiero no provoca corridas.
No son pocos los países en el mundo en los
cuales este modelo político ha tenido mucho éxito, siempre en términos de
perdurabilidad, perviviendo más allá de sus dirigentes, incluso dentro de
sistemas bipartidistas con simples diferencias retóricas pero que para nada
ponen en discusión la praxis política y menos el sistema distributivo de sus
sociedades. Invisibilizar al 40 % de la población no es una teoría original ni
mucho menos, estos porcentajes nacen con el capitalismo y los escenarios que va
edificando para su cimentación, y cuando digo invisibilizar no me refiero
solamente a excluirla, sino hablo del tener bolsones disponibles a
requerimiento del sistema sobre los cuales caen tanto los ajustes despiadados
como esas breves primaveras que provocan esperanzas, indicios que “deben
seguir” existiendo para que el propio sistema no implosione como en el año
2001.
Por eso creo que no van a cometer esos mismos
errores y horrores depredatorios. Lo que si va a seguir existiendo es ese
ocultamiento sobre las necesidades de esos bolsones para eliminar de plano
cualquier tipo de concientización sobre el dilema. Aquí los medios juegan un
rol fundacional y fundamental. Tranquilamente se puede gobernar un país con un
40 % de excluidos, incluso proponer paradigmas filosóficos y políticos en donde
se exhiba ese ordenamiento como el más viable y no considero que exagero cuando
me atrevo a sentenciar que hasta buena parte de ese 40 % está de acuerdo.
En la actualidad los 40 millones de habitantes
estadounidenses excluidos de la mayor economía mundial ni siquiera son tema de
debate sociológico, ni hablar político. La sociedad más avanzada del planeta
acepta, asume y considera lógico tal ordenamiento, la figura se reitera en
varias naciones del norte desarrollado, países en donde preservar el sistema
económico está por encima de los resultados que ese propio sistema le ofrece a
la totalidad de la sociedad.
Nunca como ahora hemos visto con marcada
encarnadura electoral y su correlato ejecutivo, luego del éxito, la alianza del
poder real con el poder político. Esta extrema profundización que hace el nuevo
gobierno de las políticas neoliberales ya está despuntando sus primeros
resultados excluyentes, esquema que curiosamente los sectores medios aprueban a
pesar de sus contraindicaciones: Devaluación intempestiva, espiral
inflacionaria, quita de subsidios, despidos, techo paritario, sensación de
inseguridad laboral, horizonte recesivo, transferencia de recursos a favor de
los sectores concentrados de la economía, una batería de medidas que implican
establecer un supuesto orden económico, inciso muy discutible, a favor de que
los número cierren.
Por lo visto una muy buena parte de nuestra
sociedad, mientras aclama y reclama por la empatía, no está interesada, en el marco de la coyuntura, que dicho concepto
contenga e incluya. Estos amplios sectores se han subsumido a la tecnocracia
financiera que proponen los Ceos gobernantes entendiendo que ésta merece
sacrificios humanos, siempre de otros. Si luego de este exitoso y potente shock
paradigmático e ideológico las clases medias logran estabilizar sus intereses prácticos,
la alianza antes mencionada se solidificará y durará mínimamente hasta la
próxima crisis, coyuntura que existirá en tanto y en cuanto el propio sistema
no piense en su superviviencia. Ergo, no llegar a un diciembre del 2001. En el
presente observamos a dirigentes políticos, sindicalistas, empresarios, antes
oficialistas, hoy también, analizando las recetas del presente como las únicas
posibles.
Dicho esto la alianza ideológica está en
marcha y acomoda a los que se condieran melones libres, y lo hace a medida que el carro avanza,
teniendo en cuenta que ese carro tiene un conductor, una ruta, una velocidad, y
que jamás se detendrá si alguno de ellos cae a la banquina.
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