Revista Nos Disparan desde el Campanario Año V Una noche de insomnio… por Favio Camargo

 


Esto de estudiar el pasado causa muchas veces que uno no pueda apagar el cerebro a la hora de descansar. Esto sucede porque uno relaciona hechos y personajes del pasado con hechos y personajes del presente y en ocasiones las similitudes espantan, aunque siempre es recomendable no descontextualizar. Por caso hoy, 13 de abril de 2024, voy a decirlo con total franqueza, tengo miedo de que mi país entre en una guerra ajena que nos puede traer consecuencias imprevisibles. Esta noticia en desarrollo me llevó a que no pudiera pegar un ojo hasta bien entrada la madrugada hasta finalmente despertarme a las 5.30 de la mañana con deseos imposibles, por mi pos-operatorio, de salir a rodar en bicicleta o ir al gimnasio. 

Escapa a mi conocimiento cuales son los pasos necesarios para que un país le declare la guerra a otros. No recuerdo si es indispensable que el tema pase por el congreso o si solo depende de la decisión y voluntad del poder ejecutivo. Si la situación fuese la última, estamos medio perdidos y bastante jodidos. Cualquier persona medianamente cuerda/racional pensaría: ¿Pero en qué guerra podemos incluirnos si estamos casi fundidos y nos quedamos en el tiempo del mosquete? Y ahí está el error. No estamos en manos de personajes racionales. 

Y ahora viajamos de nuevo al pasado haciendo un paralelo con un personaje y una situación similar. Para no sentirse menos, el Presidente de Ministros italiano Benito Mussolini entra en la guerra como aliado del Eje, esto creo que todos lo sabemos, aunque sea por arriba. Su razonamiento, totalmente errado, fue: “Yo no me puedo quedar afuera de la foto de los ganadores. Esto se resuelve en unos meses y quedo del lado de los ganadores, solo hay que poner un par de muertos…” El Duce tenía algunas personas en su círculo cercano, como el Mariscal del Aire y pionero de la aviación Italo Balbo y el Ministro de Justicia Dino Grandi, que si bien eran fascistas, no eran idiotas ni serviles. Ellos y algunos militares de carrera le advirtieron que el conflicto iba para largo y que no disponía de las provisiones, el equipamiento, ni la cantidad de hombres necesarios como para enfrentar el desarrollo del mismo. Los aviones, los tanques y blindados eran obsoletos, las ametralladoras y cañones eran en la mayoría de los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, con el agravante de poseer muy poca disponibilidad de material rodante mencionado dependiendo mayoritariamente de carros y caballos. 



Los soldados a veces ni eso tenían y debían hacer largas marchas a pié para llegar a los frentes de batalla. La vestimenta de los soldados tampoco era la adecuada. Había mucha ropa pero para el clima mediterráneo o el de las colonias que Italia disponía en la época. No contaban con la vestimenta apropiada para combatir en el clima helado del Frente Oriental y los pobres soldados directamente corrían serios riesgos de congelarse. (Imagen de una soldado fascista en el frente ruso)

En nuestro caso, todo sería bastante parecido. La actitud servil del ejecutivo no dudaría en mandar a la muerte a miles de argentinos con armamento obsoleto con tal de lograr una foto con un “famoso”. Los medios oficialistas, casi todos, como en los tiempos del vocero y arengador oficial José Gómez Fuentes están tratando de generar un clima que avale la participación de nuestro país en una guerra ajena. Un amigo dice que las redes sociales lo que hacen es exponer una idiotez y una maldad que siempre han estado ahí, pero que antes se mantenían en pequeños círculos familiares, de amigos, de café o de compañeros de trabajo. Ahora con presionar unas teclas llegan a la otra punta del mundo en segundos. 

Dado el clima de época, no falta el idiota que propone mandar a la guerra a quienes cobren ayuda social o a quienes fueron despedidos de sus puestos de trabajo en el Estado. Aunque el lamentable personaje a cargo del ejecutivo se esfuerza en criticar al “comunismo internacional” yo lo veo operativamente cada vez más parecido a ciertos delirantes amigotes del “Pacto de Varsovia” pero desde otro prisma ideológico: Usa maquillaje y zapatotes de plataforma para parecer más alto, como lo hacía el giorgiano (URSS) Iósif Stalin, vive perseguido por enemigos imaginarios como el albanés Enver Hoxha, creen sus adulones que tiene un cerebro “especial” digno de ser preservado para la posteridad, como el búlgaro Gueorgui Dimitrov, y algunos conocidos del café de origen balcánico no dudan en decir ya en voz alta que Karina y Javier cada vez se parecen más a los rumanos Elena y Nicolae Ceaușescu.

Muchos puntos concuerdan. Rechazo a la ESI y a los programas de prevención del embarazo adolescente, tener una red de escribas, heraldos y adulones, sobrenombres absurdos…quien hoy dice “león” o “defensor de occidente”…pudo decir en el pasado “Mago de los Cárpatos” o “Danubio del pensamiento”. Tampoco faltan los retratos y las fotografías editadas para construir y reflejar una imagen idealizada que no existe en la realidad. Solo faltarían un par de naranjas de yeso y cartón lleno.

Si mal no recuerdo uno de los primeros párrafos del “Manifiesto Comunista” dice:”hay un fantasma recorriendo Europa”, pero esta vez ese fantasma no es el de una rebelión internacionalista de los obreros contra la guerra y el capitalismo para derrocar la sociedad actual y construir una nueva sociedad pacifista y socialista, el fantasma actual es un viejo conocido de nuestra civilización, que cada dos por tres nos deja al borde de la extinción con el fantasma de la guerra. Estimo que nunca aprendemos… ¿No le parece?

 


*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur

 


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