Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Anuario… El deporte, la política, el poder, la calor y una preocupante escasez de chipá… por Favio Camargo
Si hay alguna que otra patinada sepa
disculpar, mis conocimientos de fútbol son bastante limitados, el deporte que
se lleva mi atención desde niño es el ciclismo. Y en parte fue una bici la que me
llevó a esta nota.
Por estos días me encontraba de
compras y vagando por el pueblo circulando en una bici a medio restaurar, cuando
decidí como opción curiosear en el almacén “chino” de la Avenida. Al arribar
freno y la “estaciono” contra un poste
de alumbrado segurándola con la cadena/candado. No tarde más de quince minutos
cuando al salir de hacer la compra había una persona de más o menos unos 70 años
parada al lado del rodado.
-
Monark Brasiliana 1964 - me dice -
-
¡Muchas gracias! - le respondía - Hace rato estaba buscando la marca y el
origen. La estoy terminando de armar, me faltan conseguir muchas cosas pero ahí
vamos.
-
¿Cómo habrá llegado hasta aquí? – preguntó el hombre –
-
La encontré en una de esas casas que comercializan artículos
de segunda mano y me llamó la atención. Es un diseño muy lindo.
-
¿Tiene padres o abuelos brasileños? – me consultó el anciano
luego de presentarnos y haberle mencionado mi apellido -
-
Puedo rastrear más o menos cien años para atrás, más no, de
manera que probablemente sí – le aseguré –
-
Llamarse en Brasil como usted es como llamarse Pérez aquí –
aclara el hombre, cuestión que desconocía y que me causó sorpresa y gracia al
mismo tiempo – Que un santo misionero lo acompahe
companheiro - subrayó al estrechar
mi mano a modo de despedida, para de inmediato subirse a la casa rodante y
encarar por la ruinosa avenida en dirección a la Ruta Nacional 3.
Días después me puse a investigar y
en parte es cierto. Hay “parientes” de todo tipo, desde músicos y
personalidades históricas de la radio como Doarcey, hasta telepastores muy
turbios con pinta de transas y empresarios. Hay hasta un pueblito con mi
apellido en Rio Grande do Sul, de modo que ya tengo donde pedir asilo si la
situación por aquí sigue un camino horrendo como el que está pintando y la
mayoría sigue avalando a la patota de empastillados del “gobierno nacional”.
Hace unos meses empecé a garabatear
esta nota y aunque no lo quieran creer por miedo al bardo lo dejé a medio
terminar, pero la impunidad que me da haber estado cerca de tocar el arpa me lleva a publicarlo ahora ya terminado. Como
aquí no tenemos cines, ni teatros, ni librerías, ni museos funcionando con
regularidad, uno de los grandes divertimentos dorreguenses, cuando el día está
feo para salir en bicicleta, es ir a pasear a la cooperativa obrera. En la fila
de la caja surge un debate entre varios de los aburridos compradores que con
canastito en mano formábamos una hilera de más o menos una docena de
socios/clientes.
-
La selección no hace política
por eso no se sacó una foto en la casa de gobierno…ay cómo le duele a los
peronistas…. Además dicen que usted nació en un país que ya ni existe así que
no debería meterse y opinar tanto de política... - dijo exaltado un tristemente
célebre alcahuete de intendencia -
-
No podían sacarse una foto
con un presidente que fue cobarde, inútil y traidor…¿Pero al menos lo eligió el pueblo,
No? ¿Con eso supuestamente habrían
dejado un mensaje político aunque dicen que no hacen política? – le pregunto y
repregunto. – El alcahuete escapa de la conversación al avanzar la fila, paga sus
giladas (a crédito) y se va.
Algunos jugadores hacen siempre
política colocándose del lado de los que simplificando demasiado (como si esto
fuera una película norteamericana pedorra de acción de los 80, de esas en las
que vencían a comunistas asiáticos o centroamericanos de un país imaginario) podríamos
definir como los “malos”. Nada de esto lo hacen por necesidades económicas pues
ya disponen de suficiente dinero como para que vivan cómodas cinco generaciones
de descendientes, pero así y todo se los puede ver generalmente en posiciones
que dan tristeza o vergüenza, por caso auspiciando productos que sabe que son
nocivos para la salud, siendo embajadores de países como Catar y Arabia que
aplican pena de muerte hasta a los niños y a mujeres que osan ir al almacén sin
permiso del marido. Catar, por más futurista que parezca, vive en la edad media
ejecutando a diversas minorías como a los homosexuales y que usó esclavos para
construir los estadios contándose más o menos en 6000 muertos según la Deutsche
Welle y BBC, que precisamente no guardan ninguna relación con el Granma o el
Prensa Obrera que venden en la fotocopiadora de la universidad. Si varios
jugadores “importantes” del mundo se hubiesen negado a jugar ahí, como amagó la
selección alemana, pero después quedó en la nada porque su propio gobierno los
apretó porque dependen de energía importada de los emiratos… ¿Qué habría
pasado?
A esta altura no creo que con el arte
o el deporte o la música se pueda cambiar el mundo, ni si quiera que se lo
pueda hacer un poquito más justo…pero tal vez me está agarrando la ancianidad.
En este momento y aquí impostaría una voz de abuelo y diría: “En mis tiempos los héroes de los niños eran
medallistas olímpicos de ciclismo que cuando se retiraban del deporte ponían un
taller de bicis, una panadería o un café y seguían yendo al almacén del chino en
bici…”
Pero si solo tuviéramos que limitarnos al fútbol como deporte para la búsqueda de algún tipo de referente político social ¿Existe alguien? Parecería ser que todos son una manga de desclasados como Tevez y Agüero, que por fuera se parecen al silente y modesto dolor de esos chicos que limpian vidrios en los semáforos linderos a la UNS pero que por dentro exponen lo más turbio de las financieras del microcentro. Como les dije con anterioridad, de futbol nada sé, pero creo saber algo de Historia, pongámosle. De casualidad el otro día, por uno de esos canales de TV del Estado que está en riesgo de desaparecer vi un documental llamado “Rebeldes del futbol” y esto me llevó a conocer a una figura muy interesante, “Socrates”.
Un ejemplo del futbolista con compromiso social, político e intelectualmente formado. Era realmente doctor, no era solo un apodo. Sus padres, de clase media alta le pusieron como condición para dejarlo jugar a la pelota que primero se recibiera de médico. Alguien que podría haberse hecho olímpicamente el pelotudo, pero que desde su lugar en el fútbol ayudó en la transición hacia la democracia en Brasil después de 20 años de dictadura. Si un obrero dice algo nadie lo escucha, si yo digo lo mismo, salgo en la tele. Le dijo una vez a la televisión pública inglesa. En medio de una dictadura, su equipo el Corinthians hablaba de democracia, “democracia corinthiana”. Un equipo de futbol de primera división funcionaba como una cooperativa donde los jugadores y el resto del personal (desde el médico del equipo hasta el sereno o el jardinero) decidían en asamblea todo lo importante y a veces hasta se repartían el dinero en partes iguales. Los jugadores se juntaban a hablar de arte, de Historia, de política y hasta se animaban a salir a la cancha con vinchas o directamente con mensajes impresos, en el lugar de su nombre en la camiseta.
“Directas ya” en alusión a que el presidente ya no se
eligiera por medio de una especie de colegio electoral, o “el día tal vote”.
Por supuesto que un experimento como este, a cargo de un sociólogo no podía
durar mucho, pero duró lo suficiente como para dejar un mensaje y un ejemplo de
que se pueden hacer las cosas de otra manera. Pensar en eso en el fútbol argentino actual, cuando desde el mismo
gobierno se está fomentando que los clubes se transformen en sociedades
anónimas es como querer viajar en un “cuete” a la estratosfera y en dos horas
estar en Japón en el Congo o en cualquier parte.
En el caso argentino podríamos
recordar a Jorge Carrascosa, quien era capitán de la selección nacional de fútbol y renunció a jugar unos meses antes de que comenzara a disputarse el
mundial de 1978. Nunca quedó en claro si fue porque él tenía conocimiento de lo
que estaba pasando en el país y no quería ser utilizado políticamente por la
dictadura o si realmente se hartó de cómo se manejaban algunas cosas en el
ambiente del fútbol y por ello dio un paso al costado como le dijo a algunas
revistas en su momento.
Esta nota fue auspiciada por
cigarrillos Kent, los recomendados por los doctores, porque con filtro de
amianto protegen la salud de la garganta y órganos accesorios.
*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur
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