Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 52 ¿Cuál es el origen y la matriz de la violencia política?... por el Dr. Eduardo Schiel
El trabajo implacable, sistemático y permanente de las usinas mediáticas de falsear y encubrir la realidad, inventar y fabular sobre hechos y personajes que afectan los intereses corporativos del poder concentrado, buscan no sólo demonizar a los adversarios políticos transmutándolos en “enemigos” sino hacer muy intrincado el ejercicio para despejar la verdad de las mentiras. Las burdas operaciones de la prensa de papel prensa y de “NOjusticia” de fiscales, jueces y cortesanos, siembran el campo orégano para disfrazar la historia, después de promover la violencia antidemocrática.
Estos
zafarranchos de combate de peligrosos
operadores periodísticos, de individuos que hacen de jueces con el facón debajo
del poncho, les da pié a señoras cínicamente asombradas o a panzudos patrones
horrorizarse por reacciones violentas individuales u organizaciones armadas
populares, cuando ya no quedan otros recursos
o caminos habilitados. ¿De qué se sorprenden entonces si en distintos roles y
responsabilidades son parte de los infinitos intentos de abolir la libertad de
expresión, arrasar la vida democrática y hasta la vida personal de los
adversarios? ESTO YA PASÓ
Así ocurrió en múltiples actos contra
el peronismo, la fuerza política mayoritaria y determinante de la Argentina.
Cuando no se le podía ganar en elecciones libres se lo proscribió salvajemente
durante más de 18 años. Se prohibió
pronunciar el nombre de su líder y conductor o de Evita la Abanderada de los
Humilde- o de cualesquiera de sus símbolos. Se lo desalojó de la Casa Rosada
bombardeándola, para matar a Perón, y en cambio haciéndolo con centenares de
inocentes civiles indefensos.
Se robó el cadáver mutilado de la
Jefa Espiritual enterrándolo clandestinamente en el extranjero por otros 18
años. Se recurrió al fraude electoral, al golpe de estado, a las dictaduras
castrenses, a los crímenes de lesa humanidad, a la tortura y las desapariciones
forzadas de personas, al robo de bebes, a tirar al mar desde aviones militares a
personas vivas, jóvenes, niños y ancianos, hombres y mujeres. Todo ello para
luego tener que escuchar la hipocresía de “sorprenderse” y “la denuncia
republicana” sobre la respuesta de la violencia popular o revolucionaria.
Tomen apuntes los sicarios
mediáticos, judiciales y empresariales sobre cómo surge entonces la violencia política, adonde
nos están llevando. Luego más tarde que temprano siempre finalmente los responsables
deberán pagar sus crímenes.
Resulta cierto que después, con el
mismo mecanismo de ocultamiento, falsedad y tergiversación de la realidad se hace más
difícil y complicado descubrir el huevo de la serpiente. Claramente está donde
se rompen las reglas de la convivencia democrática, se pulverizan todos los
principios e instituciones, se violan los procedimientos y códigos de forma, se pisotea la Constitución,
se someten a las grandes mayorías al
desapoderamiento y saqueo de sus bienes, a la anulación de sus derechos,
la condena al hambre y a la
miserabilidad de millones mientras los verdaderos ladrones y criminales se pasean con sus botines libres
por el mundo, a la estigmatización e injuria permanente, a la negación de justicia… Y cuando todo ello
no les alcanza, al asesinato político,
al magnicidio impune. Tomen notas bufoneros del poder porque una vez desatada la
tremenda ola criminal es muy difícil pararla o controlarla.
Dr. EDUARDO SCHIEL. Abogado, ex integrante de la CONADEP, letrado especialista en DD.HH y autor del ensayo NUNCA MÁS ni NUNCA MENOS
Estupendo. El nido de la serpiente y sus huevos, son fáciles de identificar y muy difícilles de destruír. Son pocos, no más de 150 o 200 mil. Están en los paraísos fiscales. O en industrias nacidas en la Argentina, que ahora producen, a mayor costo en USA (Caso Techint y Paolo Roca). Están en las maestras y los maestros que siguen cantando "gloria y loor", al asesino de gauchos. Pero en lo sustancial, y aquí radica la dificultad, están en las mentes del "medio pelo", en ese afán indescriptible de pertenecer a las clases dominantes, que los han convencido de su inútil individualismo. No es tarea fácil. Hoy la marea cambiante de la humanidad,nos trae los desesperantes recuerdos de las primeras tres décadas del siglo XX. Cuando algunos intelectuales de la tibieza se ·den cuenta", será ya muy tarde.
ResponderEliminar