Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 50 De la Organización de Cooperación de Shanghái a la Edad de Piedra.. por Alejandro Marcó del Pont
Fuente: Sitio El Tábano Economista
https://eltabanoeconomista.wordpress.com/
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Para hacer cumplir las mentiras del presente
es necesario borrar las verdades del pasado
(G. Orwell)
Occidente tiene mucha práctica en
librar guerras económicas contra los Estados débiles, generalmente en un
intento inútil de derrocar a los líderes que no les gustan, castigando a
poblaciones civiles sin el más mínimo miramiento. A Cuba en 60 años se le
aplicaron 250 sanciones económicas, la Fuerza Aérea de Estados Unidos reveló que en los últimos 20
años sus efectivos habían lanzado 337.055 bombas sobre blancos de todo tipo de
Afganistán, Irak, Siria, Yemen, Líbano, Palestina, Libia, Pakistán y Somalía,
entre otros. Fueron 46 bombas arrojadas cada día en aras de la una supuesta
libertad.
Con las sanciones Washington libra su
propio terrorismo económico contra los pueblos sin reclamo mundial alguno. Por
ejemplo, con el pueblo afgano, las sanciones para castigar a los gobernantes
talibanes, según informaron las Naciones Unidas, habían contribuido al riesgo
de que más de un millón de niños afganos murieran de hambre. Ahora, y con el beneplácito suicida
de la UE, se han puesto siete sanciones a Rusia, sin una opción de salida, sin
camino hacia las negociaciones de una guerra que se puede poner peor. Las
sanciones no pretenden empujar a Putin a la mesa de negociaciones. Como dejó
claro el presidente estadounidense Biden en marzo, Occidente está planeando una
larga guerra y quiere que Putin sea destituido.
Desde la caída del muro de Berlín,
Occidente ha estado buscando desesperadamente un enemigo, ¿les suena la hoy
extinta guerra contra el terrorismo? Talibanes protegiendo a
Al-Qaeda, hasta que supimos que los talibanes se habían ofrecido a
entregar a Bin Laden incluso antes de los ataques del 11 de septiembre.
Aterradora amenaza de los decapitadores del grupo Estado Islámico, hasta que
nos enteramos de que eran aliados independientes de Occidente en Siria y que recibían armas
de Libia después de que ‘el mundo libre’ derrocara a su dictador, Muamar
Gadaffi, o las extraviadas armas químicas del invadido Iraq.
Ahora es Rusia. No importa que
justifique continuar con la redistribución masiva de la riqueza de los
ciudadanos comunes a una élite de los ya ultra ricos. Una supuesta amenaza
a la seguridad de Europa justifica volcar dinero en las fauces de una máquina de guerra en expansión disfrazada de «industrias de
defensa»: ejército, fabricantes de armas y el complejo cada vez mayor de las
industrias de vigilancia, inteligencia y seguridad. ¿Quién gana con esta
destrucción de la industria europea, con la suba de tipos de interés, con la
inflación galopante? Como decía John Stuart Mill, los propietarios simplemente “se hacen
ricos mientras duermen, sin trabajar, arriesgar ni economizar.”
Los recientes informes de ganancias
de las petroleras del segundo trimestre ofrecieron cifras sorprendentes: BP
registró ganancias en el segundo trimestre por $ 8.5 mil millones, su mayor
ganancia inesperada en 14 años. ExxonMobil cuadriplicó las cifras del año pasado, con
17.850 millones de dólares; Shell superó su máximo del trimestral anterior
con 11.500 millones de dólares. Chevron llegó a 11.620 millones de dólares
en ganancias reportadas. Un nuevo análisis calculó $ 2.8 mil millones por
día en ganancias puras para la industria del petróleo y el gas durante los
últimos 50 años.
Y no se trata solo del petróleo y el
gas: el carbón, que los activistas climáticos buscan desesperadamente eliminar,
también está aumentando. Glencore, el transportista de carbón más grande
del mundo, generó
ganancias récord en la primera mitad de 2022 y planea pagar $ 4.5 mil millones adicionales en
dividendos y recompras a los accionistas.
En los últimos 20 años, las empresas
de defensa han gastado más de U$S 2.600 millones en
lobistas y U$S 300 millones en contribuciones para apoyar e influir en sus
campañas políticas. Obtener una parte del presupuesto del Pentágono,
que probablemente supere los U$S 800 mil millones el próximo año, hace que
valga la pena el esfuerzo. Las tres megacorporaciones gastaron millones de
dólares en el sector de la defensa durante 2021, y ocuparon a más de 20
lobistas registrados que presionaron al Pentágono o a la Casa Blanca en nombre
de Lockheed Martin, Raytheon o General Dynamics desde el comienzo de la guerra.
Incluso antes de la invasión rusa de
Ucrania, las agencias de la ONU estimaron que alrededor de 828 millones de
personas, una décima parte de la población mundial, estaban desnutridas en
2021. El nuevo informe de la ONU repasa los efectos de la invasión rusa de
Ucrania en el mundo, desde el sector energético hasta el alimentario. Un
total de 345 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria o estarán en
alto riesgo de inseguridad alimentaria en más de 80 países para fin de año, lo
que implica un aumento de 47 millones de personas con hambre aguda debido a la
guerra.
Con los precios del gas natural, desproporcionadamente más alto
que hace un año, las economías de Europa Occidental se dirigen a la Edad Media,
solo Europa parece no ver el destino de su industria y su sociedad. Se están
talando bosques para obtener leña, mientras Rusia toma represalias con sus propias
sanciones de gas natural hacia Europa. Aquí comienza la letanía de la energía y
solo se explica la estupidez europea por la voracidad empresaria.
La dependencia del desarrollo europeo
del gas barato ruso es una historia muy contada: “Alemania tiene un modelo
económico que se desarrolló en gran medida por el gas ruso barato” (Robert
Habeck, ministro de economía alemán), pero ese modelo económico ha
terminado”. La pregunta es ¿puede Europa, pero sobre todo Alemania, su
locomotora de crecimiento, seguir siendo una de las mayores economías mundiales
y una de las de mayor exportación sin ese gas? Las respuestas son ambivalentes,
pero en los hechos podemos ver hacia donde se dirigen. Aunque se sabe, y es una
pista, que la industria química, siderúrgica y automotriz, están dentro de la
órbita del gas barato.
The Wall Street Jornal se pregunta si
las dificultades europeas actuales son temporales o es el comienzo de una
desindustrialización alarmante de esa región. Las opciones de sustitución de
gas no han resultado ni simples, menos aún amigables en precio, las industrias
no pueden comprar gas a ojos cerrados. Los altos costos laborales, las
estrictas normas ambientales fueron compensados con bajos costos de energía
rusa. Ahora la reestructuración será a la inversa, peores salarios, más
contaminación, y una mayor concentración del ingreso, en pos de desbaratar al
tirano ruso. Un relato de novela. Esta competencia de las empresas europeas era
contra las americanas, los que azuzaron, promovieron la guerra, las sanciones y
llevaron a pérdida de competitividad europea.
El gigante siderúrgico ArcelorMittal
decidió cerrar dos de sus altos hornos en Europa, en Bremen, en Alemania, y en
la región de Asturias, en España, en respuesta a la caída de la demanda y el
aumento de los precios de la energía; despidieron 950 trabajadores. Slovalco,
una de las mayores empresas metalúrgicas de Eslovaquia, que opera desde 1995,
pertenece a la empresa noruega Hydro Aluminium y a Slovalco Invest,es el único
productor de aluminio con 400 empleados, ya despidió a 350 y ha comenzado su
acelerada agonía.
El aluminio se usa para fabricar
latas de bebidas, ollas y sartenes, aviones, techos de viviendas, papel de
dicho metal. En la industria automotriz tenía una utilidad inmejorable, sobre
todo para volver más livianos a los vehículos. Para producir una tonelada de
aluminio se necesitan 15 megawatt hora, cuyo costo es de 9.000 euros, la
tonelada se puede vender a 2.500 euros. Claramente no es más rentable. Si no se
fabrica en Europa, ¿cuánto costará comprarla y en cuánto variarán los precios
de los bienes que lo utilizan como bien intermedio? Algo similar pasa con el
amoníaco, base para los fertilizantes. El gigante noruego de los fertilizantes
Yara redujo su producción en un 65%; la industria química está en problemas.
El sector más golpeado en Alemania
sería el sector químico, que absorbe un 36.9% del consumo total de gas natural
en la industria, y que no solo utiliza el gas para generar energía sino como
materia prima para la fabricación de productos como los fertilizantes. La
producción en el sector en junio cayó casi un 8% (desde diciembre del año
pasado). Las exportaciones del país fuera de la UE, encabezadas por el sector
automotriz y de mecánica industrial, cayeron un 7.6% en julio respecto al mes
anterior.
Forbes cree que las economías de
Europa Occidental se dirigen a la Edad Media. La nueva primera ministra del
Reino Unido, Liz Truss, dejó de escuchar al cabildeo climático y dijo que el
país pondría fin a la restricción de fracking. Por su parte Barclays prevé una
recesión en la eurozona en el cuarto trimestre que se prolongará hasta el
segundo trimestre de 2023, con una contracción del PIB real del 1,7%. Algunos
países estarán peor que otros. Barclays revisó a la baja sus tasas de
crecimiento en Alemania (2023: -2,3%), Italia (-2,1%), Francia (-1,2%) y España
(-1,6%).
Eventualmente, la clase empresarial
europea y la población en general presionarán a los líderes para que cambien de
rumbo. Esa presión puede ir acompañada de más anuncios de despidos y cierres de
fábricas. Imagine
que BMW detenga sus líneas de ensamblaje de vehículos eléctricos porque cargar
un automóvil es demasiado costoso, al igual que los materiales que consumen
mucha energía para fabricarlo, como el acero.
Mientras los miembros de la
Organización de Cooperación de Shanghái lograron firmar la Declaración de
Samarcanda, una serie de documentos y declaraciones no solo para los países de
la región, sino también para la comunidad internacional, también ampliaron su
membresía con la admisión de Bahréin, Maldivas, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait
y Myanmar como nuevos socios de diálogo. Irán se una a la cumbre actual y
Bielorrusia también ha presentado una solicitud para ser miembro de pleno
derecho. Además, hay otros dos estados observadores, Afganistán y
Mongolia, y seis «socios de diálogo»: Azerbaiyán, Armenia, Camboya, Nepal,
Turquía y Sri Lanka. Se aceptó el estatus de socios de diálogo a Egipto, Arabia
Saudita y Qatar.
La 22ª reunión del Consejo de Jefes
de Estado también divulgó una serie de declaraciones y documentos relacionados
con la salvaguarda de la seguridad alimentaria mundial, la seguridad energética
internacional, la gestión del cambio climático y el mantenimiento de una cadena
de suministro segura, estable y diversificada.
Destacan que los principios de
respeto mutuo a la soberanía, la independencia, la integridad territorial, la
igualdad y el beneficio mutuo, la no injerencia en los asuntos internos y el no
uso de la fuerza o la amenaza de la misma forman la base para el desarrollo
sostenible de los lazos internacionales. Por eso, reafirman que las diferencias
y disputas entre los países deben resolverse de forma pacífica a través del
diálogo y la consulta.
Alguien está viviendo tiempos
equivocados. Por primera vez desde que comenzó la pandemia de Covid-19, el
presidente chino, Xi Jinping, salió de China para visitar Kazajstán y
luego Uzbekistán para
la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai. Los BRI también puede
revitalizarse y ver nuevos compromisos, mientras en la Argentina…
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*Alejandro Marcó del Pont, Licenciado en Economía de la UNLP. Autor y editor del sitio especializado en temas económicos El Tábano Economista, columnista radial, analista.
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