Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 45 ¿Qué es enseñar y qué es aprender? Entrevista a Paulo Freire… invita Juan Rodríguez
Fuente:
Bloghemia
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Ilustración
de Edgar Vasques, parte de la colección de Tarjetas Pedagógicas producidas
en colaboración con Grafar y Freireando Porto Alegre para conmemorar el
centenario de Paulo Freire
“Lo que pasa en educación es que
casi siempre engullimos contenidos.
Pero hay que hacer más que eso. Hay
que conocer"
El
siguiente texto, forma parte de una entrevista realizada a Paulo
Freire por Rosa María Torres, y que posteriormente se publicaría
en el libro: (Educación Popular: Un encuentro con Paulo Freire,
CECCA-CEDECO/Fundación Fernando Velasco, Quito, 1986)
Rosa
María Torres: Me parece importante volver sobre el tema sobre el papel del
educador. Tanto a nivel de los teóricos como de los grupos de base viene
dándose una tendencia muy fuerte y generalizada a concebir la relación educativa
entre educadores y educandos como una relación horizontal, “entre iguales“, en
la que, finalmente, nadie enseña a nadie. A tal punto ha llegado a extenderse
esta visión que varios autores proponen la eliminación del rol del maestro. Y
es este punto, justamente, el que suele encontrar mayor rechazo y mayores
resistencias entre los educandos.
Paulo
Freire: El educador que dice que es igual a sus educandos, o es demagógico
o miente o es incompetente. El educador es obviamente diferente, de otra manera
no reconocería al educando. Si fueran los dos la misma cosa, no habría manera
de identificarlos. Creo que éste es un punto fundamental.
En
segundo lugar, toda educación es directiva. Por tanto, no existe una educación
no-directiva, y esto ya está dicho en la Pedagogía del Oprimido.
Toda
educación tiene un momento que yo llamo inductivo, que implica la toma de
responsabilidad del educador. La gran diferencia que hay entre un educador
autoritario y un educador radicalmente democrático está en que este momento inductivo,
para el educador autoritario, jamás acaba. El empieza y termina inductivamente.
El toma las decisiones completamente, constantemente. En cambio, un educador
democrático ciertamente incide, pero intenta, durante la práctica, transformar
la inducción en compañerismo.
Compañerismo
no significa ser iguales. El hecho de que el educador se haga compañero de sus
educandos no significa que renuncie a la responsabilidad que tiene, incluso de
comandar, en muchos momentos, la práctica. El educador tiene que enseñar. No es
posible dejar la práctica de la enseñanza librada al azar.
En
Estados Unidos, donde acabo de estar en un seminario, hay una preocupación muy
grande con lo que ellos llaman el facilitador. Yo siempre digo, y lo acabo de
decir allá: “Yo no soy facilitador de ninguna cosa. Yo soy profesor. Yo
enseño”.
Pero
entonces, ¿qué es enseñar? ¿Será que enseñar es transmitir conocimientos? Yo
digo que no. El conocimiento no se transmite; el conocimiento se hace, se
rehace a través de la acción transformadora de lo real y a través de la
comprensión crítica de la transformación que se ha dado antes o que se puede
dar mañana. Este es el momento de la abstracción en el acto de conocimiento. El
equívoco de los educadores autoritarios es pensar que los contenidos de la
educación pueden ser transformados en montones de sabiduría apaciguada,
inutilizada, que es transferida como ladrillos a los educandos.
Para
mí, enseñar es desafiar a los educandos a que piensen su práctica desde la
práctica social, y con ellos, en búsqueda de esta comprensión, estudiar
rigurosamente la teoría de la práctica.
En
nombre de la necesidad de transferir los contenidos que consideramos
indispensables, lo que hacemos es olvidar la unidad entre la práctica y la
teoría, la cual podría ser desarrollada a través de la propia comprensión
teórica de la práctica que tienen los educandos. Este proceso de búsqueda de
esta unidad exigiría del educador competente, a cada paso, la iluminación
teórica de los contenidos.
Estos
comentarios son solamente para decir que si bien podemos reconocer que las
condiciones de partida son éstas, es preciso por eso mismo luchar contra ellas.
Y para eso los educadores deben ser o hacerse competentes. La competencia
científica, la competencia técnica y filosófica es absolutamente indispensable
en la lucha por la transformación de la educación.
A
los jóvenes profesores les digo siempre: Mira, cuando un muchacho te dice que
eres un incompetente, que estás tergiversando el rol del maestro pues tú estás
para enseñar y él para aprender, tu podrías reconocer efectivamente que estás
para enseñar y él para aprender, pero agregar: Está bien. Tú me dices que yo
soy incompetente, pero yo te haría dos preguntas: ¿qué es enseñar y qué es
aprender?. y ¿qué es competencia?. Y ahí vas a tener la oportunidad de discutir
incluso la naturaleza ideológica que está detrás del concepto de competencia.
Porque esa naturaleza ideológica de la competencia tiene mucho que ver con los
intereses de las clases dominantes. Para éstas, competentes son las clases
dominantes e incompetentes son las clases dominadas. Y dado que esta ideología
autoritaria se reproduce también a nivel de los educandos, tú como educador
tienes que plantear a los educandos desafíos de esta naturaleza y encauzarlos.
Lo
que pasa en educación es que casi siempre engullimos contenidos. Pero hay que
hacer más que eso. Hay que conocer. Si yo fuera responsable de un Ministerio,
entregaría mi vida, sin ninguna dimensión idealista sino profundamente
dialéctica a trabajar todos los fines de semana con los educadores, desde los
niveles más bajos hasta los mas altos, sobre la cuestión de qué es conocer, qué
es crear, qué es la producción del conocimiento, cómo se puede invitar a
conocer sin ser paternalista, pero, al mismo tiempo, sin ser autoritario. El
problema no es transferir paquetes de conocimientos a ser memorizados.
Para
mí, solo hay conocimiento cuando se aprende el objeto. Cuando tú aprendes el
objeto, necesariamente memorizas el objeto aprendido. Lo que no puedes hacer es
memorizar en vez de aprender. Y es esto precisamente lo que hace la escuela
tradicional. Los niños son obligados a repetir. Hay una extraña epistemología
según la cual es la repetición del concepto lo que da conocimiento, cuando en
verdad lo que da conocimiento es la aprehensión de lo real.
*Juan Rodríguez, Ex cuadro de la Armada. Maquinista y buzo de profundidad. Baja a mi propia solicitud en agosto de 1975, efectiva en diciembre del mismo año. Luego ingreso, exámenes de aptitud mediante a la Marina Mercante Nacional como oficial de máquinas hasta mi jubilación como jefe de máquinas.
Muy bueno Juan , un tema esencial , la educacion verdadera.
ResponderEliminarSegún Krishnamurti “cuando se despierta el verdadero interes en algo profundamente y vitalmente, se mira el fenómeno como algo nuevo.
El interés ahuyenta prejuicios previos, solo nos interesa observar lo que es y permitir que lo que es cuente su historia” .
La educación enciclopédica transmitida, el conocimiento repetitivo no nos permite alcanzar el descubrimiento de lo que es, en la comprensión del hecho de instante en instante esta la sabiduría.
Cuando se escucha el disco rayado , derruido , oxidado por el que se transita en la mayoría de las interrelaciones y discusiones hoy en día se destaca asfixiantemente la falta de este ejercicio de análisis critico libre de prejuicios o contaminación previa . Es tarea vital del educador orientar al educando hacia ese camino y fomentar el interes en el descubrimiento por ellos mismos de los hechos , siendo este el mecanismo revelador que conduce a la sabiduría.