Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 43 BYUNG CHUL HAN : EL SUJETO SOMETIDO NO ES CONSCIENTE DE SU SOMETIMIENTO por Byung Chul Han .. Invita Juan Rodriguez
Fuente:
Bloghemia
El
poder tiene formas muy diferentes de manifestación. La más indirecta e
inmediata se exterioriza como negación de la libertad. Esta capacita a los
poderosos a imponer su voluntad también por medio de la violencia contra la voluntad
de los sometidos al poder. El poder no se limita, no obstante, a quebrar la
resistencia y a forzar a la obediencia: no tiene que adquirir necesariamente la
forma de una coacción. El poder que depende de la violencia no representa el
poder supremo. El solo hecho de que una voluntad surja y se oponga al poderoso
da testimonio de la debilidad de su poder. El poder está precisamente allí
donde no es tematizado. Cuanto mayor es el poder, más silenciosamente actúa. El
poder sucede sin que remita a sí mismo de forma ruidosa.
El
poder, sin duda, puede exteriorizarse como violencia o represión. Pero no
descansa en ella. No es necesariamente excluyente, prohibitorio o censurador. Y
no se opone a la libertad. Incluso puede hacer uso de ella. Solo en su forma negativa,
el poder se manifiesta como violencia negadora que quiebra la voluntad y niega
la libertad. Hoy el poder adquiere cada vez más una forma permisiva. En su
permisividad, incluso en su amabilidad, depone su negatividad y se ofrece como
libertad.
El
poder disciplinario no está dominado del todo por la negatividad. Se articula
de forma inhibitoria y no permisiva. A causa de su negatividad, el poder
disciplinario no puede describir el régimen neoliberal, que brilla en su
positividad. La técnica de poder propia del neoliberalismo adquiere una forma
sutil, flexible, inteligente, y escapa a toda visibilidad. El sujeto sometido
no es siquiera consciente de su sometimiento. El entramado de dominación le
queda totalmente oculto. De ahí que se presuma libre.
Ineficiente
es el poder disciplinario que con gran esfuerzo encorseta a los hombres de
forma violenta con preceptos y prohibiciones. Radicalmente más eficiente es la
técnica de poder que cuida de que los hombres se sometan por sí mismos al
entramado de dominación. Quiere activar, motivar, optimizar y no obstaculizar o
someter. Su particular eficiencia se debe a que no actúa a través de la
prohibición y la sustracción sino de complacer y colmar. En lugar de hacer a
los hombres sumisos, intenta hacerlos dependientes.
El
poder inteligente, amable, no opera de frente contra la voluntad de los sujetos
sometidos, sino que dirige esa voluntad a su favor. Es más afirmativo que
negador, más seductor que represor. Se esfuerza en generar emociones positivas
y en explotarlas. Seduce en lugar de prohibir. No se enfrenta al sujeto, le da
facilidades.
El
poder inteligente se ajusta a la psique en lugar de disciplinarla y someterla a
coacciones y prohibiciones. No nos impone ningún silencio. Al contrario: nos
exige compartir, participar, comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos
y preferencias; esto es, contar nuestra vida. Este poder amable es más poderoso
que el poder represivo. Escapa a toda visibilidad. La presente crisis de
libertad consiste en que estamos ante una técnica de poder que no niega o
somete la libertad, sino que la explota. Se elimina la decisión libre en favor
de la libre elección entre distintas ofertas.
El
poder inteligente, de apariencia libre y amable, que estimula y seduce, es más
efectivo que el poder que clasifica, amenaza y prescribe. El botón de me gusta
es su signo. Uno se somete al entramado de poder consumiendo y comunicándose,
incluso haciendo clic en el botón de me gusta. El neoliberalismo es el
capitalismo del me gusta. Se diferencia sustancialmente del capitalismo del
siglo XIX, que operaba con coacciones y prohibiciones disciplinarias.
El
poder inteligente lee y evalúa nuestros pensamientos conscientes e
inconscientes. Apuesta por la organización y optimización propias realizadas de
forma voluntaria. Así no ha de superar ninguna resistencia. Esta dominación no
requiere de gran esfuerzo, de violencia, ya que simplemente sucede. Quiere
dominar intentando agradar y generando dependencias. La siguiente advertencia
es inherente al capitalismo del me gusta: protégeme de lo que quiero.
*Juan Rodríguez, Ex cuadro de la Armada. Maquinista y buzo de profundidad. Baja a mi propia solicitud en agosto de 1975, efectiva en diciembre del mismo año. Luego ingreso, exámenes de aptitud mediante a la Marina Mercante Nacional como oficial de máquinas hasta mi jubilación como jefe de máquinas.
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