Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 43 ELADIO DIESTE – ARQUITECTO, URUGUAYO Y CREYENTE por Guillermo F. Sala
En
las próximas entregas haremos una saga sobre profesionales que se desempeñaron
en Latinoamérica los cuales diseñaron y también construyeron obras que quedaron como representativas de la
arquitectura de nuestra región.
Comenzaremos, por una cuestión de proximidad y cercanía iconográfica y
cultural, con un representante de la ex provincia cisplatina.
Eladio
Dieste nació el 10 de diciembre de 1917 en Artigas (R.O.
del Uruguay) y falleció el 20 de julio de 2000 en Montevideo. Tras recibirse de
Ingeniero comenzó a conocer con mayor profundidad las nuevas corrientes modernistas
que se expandían en Europa en aquel entonces. Le Corbusier era el emblema, pero
Dieste encontró mayores puntos de encuentro con el arquitecto catalán Antonio
Bonet, de quien ya comentamos su perfil en otro relato, y las obras de su
compatriota Joaquín Torres García. Este último artista uruguayo en los años ´30
conduce un movimiento artístico apoyado en las ideas del Universalismo
Constructivo, que trasciende los límites de la teoría estética para
constituirse en un modo de entender el arte y la vida.
Dieste
egresó de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la R. O. del Uruguay en 1943. Su obra se
destacó por la utilización del ladrillo, un material básico y accesible, como
él deseaba para poder incluir sus obras en el colectivo social. La gran mayoría
de sus construcciones están pensadas para albergar grandes masas de gente, por
ello se destacan sus iglesias, terminales de autobuses, depósitos y galpones
industriales. Actualmente su obra es estudiada en diferentes universidades alrededor del mundo, lo cual le valió el
título de arquitecto honorario, único uruguayo en poseerlo.
Sus
obras maravillaron principalmente por el manejo plástico y efectivo de la luz.
Esta capacidad que tuvo para darle el lugar adecuado a la luz, demuestra la
importancia le daba a la naturaleza y su fina sensibilidad. Este manejo
propicio de la luz es lo que nos revela los detalles más sencillos de sus
exquisitas obras. Logró desarrollar una nueva poesía basada en el espacio
arquitectónico.
Otro
importante concepto que desarrolló Eladio Dieste fue la economía de medios: se
inspiró en las necesidades de su pueblo,
entre ellas la falta de espacios y la capacidad económica que no era
elevada.
Su
técnica se denominó ‘cerámica armada’ y se caracterizó por las construcciones
en forma de bóveda realizadas con ladrillo,
armaduras de acero y la utilización mínima de hormigón, logrando así la
máxima liviandad posible. La gran aceptación de su obra se debió principalmente
a los costos competitivos que tenía en el mercado.
El
año 2005 fue designado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la
Universidad de Princeton y el MIT de Massachussets, como "El año Eladio
Dieste". En el año 2006 el Día del Patrimonio celebrado en Uruguay los días
7 y 8 de octubre se celebró bajo el lema "Tradición e Innovación. Eladio
Dieste: el señor de los ladrillos".
Eladio
Dieste dejó un importante legado de obras que se pueden visitar en Uruguay,
aunque existen otras dispersas en países como Brasil y España.
Demostrar
que el ladrillo puede ser obra de arte fue la máxima de Dieste, cuya 'Facultad
de arquitectura' fue una rupturista iglesia para una humilde comunidad que, sin
saberlo, le dio 60 años después un boleto en la recta final para ser designado
Patrimonio de la Humanidad.
Entre
amplios espacios verdes, en una zona rodeada de carreteras y apartada del
centro de Atlántida, localidad costera ubicada a unos 50 kilómetros de
Montevideo, emergen sus suaves curvas anaranjadas -que tanto recuerdan al gran
maestro modernista Antoni Gaudí- como salidas de un perfecto dibujo.
No
hace falta estar cerca para vislumbrar una cruz a lo alto del campanario y
saber que es una parroquia, pero la disposición de sus ladrillos en direcciones
tan intricadas como bellas la distingue de cualquier otra.
Así
se despega de su entorno la Iglesia de Cristo Obrero y Nuestra Señora de
Lourdes, obra diseñada a partir de 1952 y construida entre 1958 y 1960, que
resultó incorporada al catálogo del Patrimonio Mundial de Unesco cuando sesionó
en Fuzhou (China).
Debe
destacarse que la estructura de ladrillo y cerámica armada, con una bóveda de
doble curvatura, pone en juego varias técnicas que Dieste trabajó en su obra,
en la que las iglesias son "la punta del iceberg" frente a otras
obras "abstractas", como galpones, silos o mercados.
El
análisis de su obra admite extraer conclusiones como que la cerámica armada es un material creado en el
siglo XX por él. Este modelo de construcción
nace de asociar
la técnica del
hormigón armado y
el molde móvil
(cimbras) para construir cáscaras,
y su puesta
en obra está
caracterizada por las
siguientes ideas básicas:
la utilización de
la forma catenaria
en todas las secciones transversales
de la bóveda;
la utilización ladrillos; la disposición de armaduras entre
las juntas, transversales y longitudinales, de los ladrillos; unos
desencofrados que se ejecutan en cuestión de horas; la utilización de un
molde móvil de
pequeña longitud, desplazable
según el eje longitudinal de la bóveda; y utilización de mano de obra
local. Tal resultado sólo fue posible porque, además de
realizar un replanteo minucioso previo a la puesta en obra, Dieste contó con
unos obreros que amaban su trabajo
Con
la misma metodología y procedimientos constructivos de las cáscaras, Dieste
proyectó y construyó todo un repertorio formal-constructivo-estructural para
realizar un conjunto completo en cerámica armada: paredes de superficies
regladas, láminas plegadas,
conos para tanques de agua, torres, escaleras, etc.
Este
diseño también jugó un papel su convicción religiosa, quien según dicen, se
bautizó "de adulto", ya que su familia no era practicante pero otras
amistades lo impulsaron en ese camino. Era un hombre de una gran sensibilidad
respecto a la gente, cuenta la anécdota que una vez en México reunido con
varios arquitectos y dijo que estaba emocionado y quería recitar unos versos. Los
versos eran de su autoría. Creía dentro de su concepción cristiana mucho en la armonía del universo.
Fue
definido también como un constructor católico, con aplicación de su profesión
en la obra que ejecutaría conceptualmente, basada en el reformismo católico Su familia estuvo compuesta por 11 hijos dentro
de un país donde la laicidad está constitucionalmente establecida desde 1917.
En
el caso de la Iglesia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes tanto quienes
otorgaron el encargo como los propios ingenieros estaban vinculados a la Acción
Católica, una organización que congregaba diversas asociaciones profesionales,
como sindicatos agrícolas cristianos o círculos católicos de obreros. Sus
iniciativas se desarrollaron en un país de tradiciones anticlericales y
temprana secularización. Arquitectos e ingenieros como Dieste contribuyeron con
sus obras al acercamiento del pueblo a la jerarquía de la Iglesia, adelantándose
en su concepción del espacio religioso a las directrices que establecería el
Concilio Vaticano II.
También
la idea que Dieste tenía del ladrillo como material humilde remite a su noción
de una «economía cósmica» que busca estar de acuerdo y sostener el orden
profundo del mundo: sólo quien construye desde el profundo respeto a la esencia
de los materiales se ajusta a este orden profundo y genera así una riqueza
verdadera.
*Guillermo F. Sala. Arquitecto
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