Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 43 Cositas que surgen cuando los feriados largos… por Eddy W. Hopper

 

MÁS ALLÁ DE QUE NO ESTOY ESCRIBIENDO AL MISMO RITMO DE ANTES, ME HE TOMADO EL FERIADO "LARGO" PARA DESCANSAR, cosa que en sí misma no causa (ni debería causar) el menor interés.

En esos vuelos de abdomen hacia el techo me ha venido a la mente una abstracción que sí me resulta curiosa (a mí, supongo que únicamente), y que podría etiquetarse como "Categorías de Personas que me han Cagado". No "personas", sino "categorías".

No me gusta usar malas palabras (aunque... bueno...); sin embargo, "defraudar" no es el verbo correcto, porque en la defraudación el defraudado participa 99 de cada 100 veces con el mismo reproche que merece el estafador. El que compra un "billete premiado" por menos de lo que vale el premio, sabe que se está aprovechando del "apuro" de quien tiene que "viajar ya mismo a ver a su tío enfermo" en un lugar lejano; el que recibe con indignación una citación a juicio de su empleado sabe que durante meses o años le retribuyó mucho menos de lo que el empleado le produjo; el que depositó dólares y recibió pesos SABE que la moneda argentina es el peso.

El estafado, considerado a trazo grueso, participa de la estafa en carácter de estafador encubierto. Lo cual lo hace más miserable, aunque esa sea otra cuestión.

Así que la palabra es "cagado", término que se utiliza cuando es el Otro quien, en pleno uso de su libertad y de manera voluntaria, genera daño intencional (en cualesquiera de sus formas) teniendo por sustento o ámbito el creado por la confianza franca y buena que uno le ha deparado.

Me refiero al que, en aras de la superioridad autopercibida de sus intereses materiales o de cualquier índole, despliega un curso de acción que tiende a la satisfacción de un deseo permanente u ocasional y que tiene por resultado necesario mi menoscabo material, la puesta en cuestión de mi honor o buen nombre o la generación de un desequilibrio emocional, todo ello sin que uno haya dado más causa que el "estar ahí" y "ser como es".

Y han sido tantos que, aun a riesgo de que me tilden de determinista, puedo agruparlos, como dije, en categorías.

Puede que a ustedes les haya pasado lo mismo. A mí, los colectivos que me han cagado (los pongo a casi todos en masculino) son los compuestos por:

Parientes

Colegas de profesión

Clientes

Compañeros de clase

Comerciantes (desde almaceneros hasta farmacéuticos; desde vendedores de ropa hasta panaderos)

Relaciones sentimentales

Parientes de amigos

Prestadores de servicios (desde profesionales de la salud hasta proveedores de service de electrodomésticos; desde técnicos informáticos hasta jardineros)

Relaciones intermedias entre el compañerismo y la amistad

Relaciones ocasionales

Compañeros de viaje

Vecinos

Administradores de consorcios

Confidentes

Personas a las que presté algún servicio o ayuda.

Locadores

Dueños de viviendas que me vendieron

Dueños de automóviles que me vendieron

Banqueros

Amigos transitorios

Empleadores

Adolescentes

Docentes

Contactos de Facebook

Pretendientes

Empleados públicos

Jueces

Directivos de empresas

Compradores de bienes que vendí

Policías y militares

Contratantes de contratos escritos o verbales

Sacerdotes de distintos credos

Millonarios

Pobres

Integrantes de la clase media

"Pymes"

Ancianos

Músicos

Locutores

Alumnos

Lectores

Socios

Seguramente hay muchos más. Por supuesto, algunas categorías se superponen: en esos casos, hay que considerar que en él o la que me cagó predominaba una de ellas. Por ejemplo, nada impide que un cagador sea "docente" y a la vez "integrante de la clase media": algunos docentes me cagaron en ejercicio de su función docente y otras personas eran docentes, pero me cagaron más por comulgar los antiprincipios de la clase media que por su profesión.

De más está decir que, en uso de la más estricta lógica, el hecho de enunciar "Todos los S son P" no importa necesariamente que "Todos los P son S"; y así, si digo "me cagaron comerciantes", no significa "todos los comerciantes cagan a la gente".

Sé, de todos modos, que muchos no van a poder atender a esto que digo (llevados de la nariz por sus condicionamientos) y van a interpretar mi lista en sentido total, o sea: "todos los parientes son cagadores", lo cual no es así, ya que de "me han cagado parientes" puede deducirse sin ninguna dificultad "hay parientes que no me cagaron". Pero, como dije, soy absolutamente pesimista al respecto.

Otros dirán: "hágase hombre, no ande diciendo estas cosas". Bueno, son cuestiones de la libertad de expresión, la misma que lo ampara a usted al decirme que me haga hombre y no ande diciendo estas cosas. Estamos iguales, aunque su respuesta no tenga nada que ver con mi propuesta.

En fin, cositas que surgen de cuatro días de feriado.

 




*Eddy W. Hopper. Abogado

 


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