Revista Nro. 23 Coronavirus en Coronel Dorrego… La previsible hoja de ruta de un distrito muy poco pensado, por Gustavo Marcelo Sala
Gráfica: Son parte del problema...
Hace
algunos meses advertíamos AQUÍ y AQUÍ
debido
al tremendo poder de contagio del virus, sobre la necesidad que existía en el
distrito de pegarse una ducha de humildad con relación al COVID-19. Afirmábamos
que la centralidad del problema no estaba dada en su índice de mortandad efectiva
por millones de habitantes sino en la capacidad de circulación del virus y la
demora en su curación con el consecuente colapso del sistema sanitario, lo que
iba a traer aparejado fallecimientos evitables, y no solo por Coronavirus, por
ausencia de atención. Tristemente ya estamos llegando al centenar de casos, por
suerte ningún fallecido, aunque observo que de manera casi deportiva y hasta
azarosa se va camino a ello con entusiasmo militante. Según las redes sociales
de los medios de comunicación de la localidad, los mismos que critican a las
redes sociales, - ergo, el problema no es la herramienta sino cómo se utiliza y
quién lo hace - el razonamiento de la mayoría de nuestra población adhiere a la
idea superior que es necesario aprender a convivir con el virus, sin embargo
uno al mismo tiempo observa que esa misma población presenta un alto grado de
incomprensión y en consecuencia de analfabetismo a la hora entender ese
aprendizaje. Y eso no es solo por responsabilidad del alumnado, también lo es
del emisor, es decir, escribo sobre el que transmite dichos conocimientos,
la claridad con la cual lo hace, sin eufemismos ni contradicciones y con los
límites que proponen dichas normativas de conducta.
La
progresión geométrica de los afectados se fue dando en la misma medida que comenzó
a observarse una llamativa laxitud en las decisiones y notables incoherencias en
los mensajes del gobierno municipal, sus contradicciones dialécticas
menoscabando las políticas preventivas nacionales y provinciales, y como consecuencia
de ello, una marcada irresponsabilidad en los comportamientos sociales de la
comunidad que como correlato se fue desarrollando en sintonía, cuestión que se reveló no solo en el
vecino del común sino en funcionarios y concejales. ¿Por qué no asumir como
propio, razonarán, lo que no está penado por aquellos que votamos para que nos
administren, cuiden y organicen? Todo está relacionado, nada es casual por más que ahora
desde las más altas esferas del palacio de la calle Fuertes, con marcado rictus
de preocupación y cólera (impostada a mi criterio), se pretenda responsabilizar
de manera excluyente al pueblo por los desmadres, escindiéndose de toda
incumbencia política por esas incoherencias antes señaladas. Ante el actual
panorama viral y en tanto cómo se está desarrollando la situación sanitaria en
Bahía Blanca, las cuatro salas de terapia intensiva y el único respirador
existente en el distrito son las tres empanadas de Brandoni en el film Esperando la
Carroza, aunque mucho no se entiende cómo haría ese respirador para estar en
cuatro lados al unísono en tanto más de un paciente requiera de sus
prestaciones. Acaso una “Te” de media y un par de empalmes sería la solución
como bien me marcó un amigo experto en plomería. Ni para mentir son hábiles,
aunque se esmeran a diario desde hace más de veinte años delante de un
auditorio de medios pautados y obedientes, auspiciantes, negacionistas,
terraplanistas y creyentes fanatizados del sagrado bulto plutocrático local. Una sala de
terapia intensiva eficientemente equipada debe tener su respirador de manera
exclusiva, sino no lo es. Hoy el distrito encuentra una ciudad cabecera en pleno descontrol viral, sin ideas y temo que sin voluntad para contenerlo, y con una mínima
prestación médica, sin estrategias visibles; solo nos queda la esperanza de un informe
diario en donde la fortuna nos mime con pocos casos y que Bahía Blanca no se
vea en la necesidad de no poder importar más pacientes. Sobre este panorama
escribimos en las notas consignadas hace poco, y lo hicimos con deseos de
equivocarnos. Evidentemente nada se ha invertido en la materia en todo este
tiempo de cuarenta, lapso que naturalmente se debió haber utilizado para ello,
por fuera de los acostumbrados negocios privados anunciados de manera pomposa dentro
de la corporación médica local, relación promiscua y pornográfica entre las
esferas públicas y privadas. A la problemática ya señalada de la ciudad
cabecera se suma la circulación viral en la localidad de Oriente en donde para
resaltar la grilla de imbecilidades oficiales fue el propio poder político el
que protagonizó, con sus inconductas sociales, una circulación impensada para
una aldea plana y de muy sencilla prevención. Incluso sin el menor pudor se han
fotografiado Concejales de la localidad, posando a las risas, con total la
impunidad (creídos en su inmunidad y en la de su prole) en reuniones sociales
ausentes de toda previsión y distanciamiento. Sus por el momento once casos,
sus cuadros sospechosos y sus aislados la ponen proporcionalmente en una
situación muy delicada debido a la ausencia de prestaciones médicas en caso de
agravamiento de los casos, sumado a la distancia geográfica que posee con los
centros de mediana y alta complejidad. No
es una cuestión de empatía, término mutilado hasta los tuétanos por la necia burguesía
medio-pelo, el asunto es tener algo de conciencia social y alteridad, pensar
que a este enemigo invisible no se lo corre con el vértigo del poder y menos
con el voluntarismo, porque el tipo tiene la paciencia de los que se saben
invencibles, se ríe de tus cervezas y tus asados, y tus reuniones, y tus
cumpleaños, y goza cuando detrás de cada una de ellas hay un entierro, mientras
te ve llorar por lo imbécil que fuiste…
*Gustavo Marcelo Sala, Escritor y Editor
"Ni para mentir son hábiles, aunque se esmeran a diario desde hace más de veinte años delante de un auditorio de medios pautados y obedientes, auspiciantes, negacionistas, terraplanistas y creyentes fanatizados del sagrado bulto plutocrático local". Jaja.. Barrilete cósmico
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