Lo voy a hacer sin
ningún ejemplo en sentido inverso, para no agitar susceptibilidades
descontextuadas y radicales al divino botón, ni para dar espacio a la violencia
inútil. Pregunto, "porque no sé" (diría la clase media macrista,
necesitada siempre de refuerzos para entender desde la primera enunciación):
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Cuando María Salomea Skłodowska
manipulaba sustancias radiactivas, concentrada en sus estudios y atenta a la
evolución de las partículas y etcétera, ¿venía Pierre Curie a sacarla de su
concentración y de su entrega al trabajo, para pedirle que lo ayude a bajar
seis sillas recién llegadas del tapicero, y que después por favor le leyera la
receta del farmacéutico, porque no se entiende la letra?
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Cuando Simone de Beauvoir estaba
frente a la Remington desarrollando El Segundo Sexo o haciendo nacer a La
Invitada, ¿golpeaba su puerta Jean Paul Sartre a la voz de "Castor”, para
decirle. te estaba buscando porque necesito que veas URGENTE esto que acabo de
escribir, un Manifiesto que van a leer en el acto que comienza dentro de QUINCE
MINUTOS"?
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Cuando Rita Hayworth estaba
estudiando en su cuarto el guion de La Dama de Shanghai, ¿venía Orson Welles a
pedirle que lo ayudara a sacar las bolsas de basura y a barrer la entrada de la
casa?
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Cuando Hannah Arendt estaba en
Jerusalén escribiendo sus impresiones en torno al juicio a Adolf Eichmann,
¿venía el conserje del hotel a pedirle autógrafos, o a darle instrucciones
sobre dónde dejar la ropa para la lavandería, o a conminarla a que dejara todo
lo que estaba haciendo y bajara al lobby para una encuesta de calidad interna?
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Cuando Antígona meditaba lo que le
diría a Creonte y trataba de memorizarlo, ¿alguien la requería para pedirle
"sosteneme acá que solo no puedo poner la cortina"?
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Cuando Alejandra Pizarnik desplegaba
el Periplo de Pericles a Papuasia, ¿alguien la llamaba por teléfono cada 10
minutos para preguntarle, "vos que sos traductora" qué quiere decir
en francés "Pierrot le Fou", "allons enfants de la Patrie",
o "le cul du monde"?
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Cuando Lola Mora hacía sus maravillas
con las manos enchastradas y en pleno pico de concentración, ¿alguien le tocaba
la espalda para pedirle que fuera a atender el pedido del almacenero?
Pregunto, porque no
sé.
*Eddie W. Hooper, Abogado
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