Cuando
pienso en la Revolución Industrial y el cambio que produjo en la vida de las
personas, como loco por el cine, lo primero que me viene a la cabeza es esa
imagen de Charlie Chaplin en “Tiempos Modernos”, una caricatura que hace reír y
a la vez pensar en ese pobre hombrecito tratando de trabajar a la velocidad de
las maquinas. También en “La tierra de la gran promesa” (1), donde el “señor” Boroviecki estaba más preocupado por toda la
tela que se había estropeado, más que por el pobre obrero al que la maquina
había reventado.
Con
la Revolución Industrial se transforman varios aspectos de la vida diaria de
las personas, en un primer apartado voy a mencionar el cambio en los
hábitos alimenticios.
Los
consumos alimenticios de las clases altas se vuelven mucho más variados y
aparecen gran cantidad de productos que llegan desde todas partes del mundo:
especias, azúcar, café, chocolate, tabaco, frutas y verduras, carne, leche,
pescado y bebidas alcohólicas entre otros.
Por
el lado de los trabajadores sucede todo lo contrario, su alimentación empeora
de una forma alarmante. Los trabajadores ya no viven en la zona rural donde
tenían la posibilidad de tener un pequeño huerto con frutas y verduras, de
cazar y pescar, tener gallinas para obtener huevos, alguna vaca para la leche o
algún cerdo para facturar en invierno y hacer jamón y chorizos. Ahora que
vivían en la ciudad, todo lo que querían consumir debían comprarlo y con los
sueldos miserables que ganaban, mucho no podían hacer y su dieta se basaba más
que nada en pan negro, té, papas y grasas como manteca. Alimentos que
estimularan y que dieran a la vez sensación de saciedad. Algo a destacar es la
diferencia que había en las calidades de los alimentos a los que podían acceder
las personas según su clase, era muy común la adulteración de los alimentos en
los puestos de venta destinados a las clases bajas. El té o el café de los
pobres podía llegar a contener cualquier cosa, como ese café que está en las máquinas
de los colectivos de larga distancia entre el baño y la videocasetera.
Hay
que tener en cuenta también que los obreros industriales hacían la mayoría de
sus comidas fuera de su casa, muchas veces sin siquiera una pausa para comer,
comían parados al lado de la maquina en la que trabajaban.
La
forma de ver el tiempo también cambia totalmente. Antes de la Revolución
Industrial la vida de las personas marchaba al ritmo del sol y de las
estaciones. Se trabajaba con la luz del día y el trabajo dependía de la estación:
la siembra, la cosecha, la factura de cerdos, la elaboración de cerveza y los
tiempos en los que no había trabajo agrícola que se dedicaban al trabajo rural
domiciliado. La vida del obrero industrial va a marchar al ritmo del reloj y
bajo luz artificial, ya no es el tiempo de la naturaleza, sino el de las
maquinas. Las jornadas laborales podían superar las 14 horas y se paraba no
pensando en el descanso del obrero sino en el de las máquinas. El
disciplinamiento de las masas de trabajadores a esta nueva forma de trabajar y
vivir llevó mucho tiempo. Los obreros se hartaban y desertaban de sus trabajos
por lo que comenzaron a usarse sistema de premios y castigos y apuntando a las
capas más débiles de la sociedad como mujeres y niños ya que al estar en una
situación de miseria absoluta toleraban todos los maltratos. Lo que nos cuenta
Pollard en su obra “La disciplina fabril en la revolución industrial” es
indignante. Se empleaban niños ya desde los seis años y se los hacía trabajar
entre 12 y 14 horas manteniéndolos despiertos a fuerza de rapé (tabaco en polvo
que se inhala). Se les pagaban salarios miserables y los castigos corporales
eran comunes. La gran potencia industrial inglesa tiene como cimientos los
cuerpos de millones de niños, niñas, mujeres y hombres que trabajaron hasta
reventar por salarios de subsistencia.
Nota
1) “La
tierra de la gran promesa” de Andrzej
Wajda – Polonia – (1975). Pelicula.
*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur
Releer a Dickens...
ResponderEliminarla profe de Contemporanea I nos recomendó leerlo, yo hace mucho lei Oliver Twist, pero en formato de historieta
EliminarFavio.