Revista Nro. 20 Mirar desde Arriba - Política Satelital - El SAOCOM 1B - por Guillermo F. Sala

 

El objetivo de esta entrega es complementar la narrativa sobre la política satelital que lleva a cabo la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), puesta en valor en la actualidad con motivo del despegue del SAOCOM 1B.

La CONAE es la agencia espacial argentina, un organismo descentralizado que depende hoy del Ministerio de Ciencia y Tecnología y tiene el objetivo de proponer y ejecutar un Plan Espacial Nacional. Se trata de un Régimen Estratégico, una política de Estado de altísima prioridad, cuyos ejes fundamentales son la observación de la Tierra, la exploración y la utilización pacífica del espacio ultraterrestre, así como también los desarrollos tecnológicos para uso espacial. El propósito, en este sentido, es generar información oportuna sobre el territorio continental y marítimo, para beneficio del país y la región.

Los gobiernos asumidos desde 2003 le imprimieron al sistema científico tecnológico un gran empuje, pero no comprendieron cabalmente la relevancia de la parte satelital, excepto para el tipo llamado SAC-D Aquarius cuya cualidad es el rastreo oceanográfico y su avance estaba auspiciado por la NASA quien proveyó componentes e infraestructura.  Los SAOCOM registran imágenes del territorio continental.


Tras el lanzamiento exitoso del 1B, se completó la misión Saocom. A éstos, deben sumarse los ARSAT I y II (lanzados en 2014 y 2015), geoestacionarios y dedicados a las telecomunicaciones, el Sabia-Mar (que se dedicará a la prospección oceánica) y el Satélite Latinoamericano de Meteorología. Hace unos días fue anunciado el lanzamiento del Plan Conectar 2020/2023 donde se incluye la construcción, mediante un nuevo convenio con INVAP, del ARSAT III el cual fue paralizado su desarrollo durante el macrismo.

La diferencia entre los geoestacionarios ARSAT y los SAOCOM  es que los primeros son «fijos» sobre una ubicación definida sobre en la Tierra y se sitúan a una órbita mucho más alta que los segundos, resultando útiles para las telecomunicaciones. Los SAOCOM recorren de Norte a Sur y registran hasta 350 km de Este a Oeste mediante un radar de apertura sintética (SAR) y captan imágenes tan buenas como las de aerofotogrametría.

Además de las misiones satelitales, el plan incluye el desarrollo de la capacidad de lanzamiento. La referencia es para la producción de lanzadores autóctonos como el denominado Tronador.  Hoy en día se depende de lanzadores extranjeros como los de Space-X de Elon Musk, o bien, del acuerdo con algún socio europeo. Como en toda su política satelital el macrismo congeló el proyecto Tronador.

Anteriormente en 2018 se lanzó el SAOCOM 1A, cuya construcción debería haberse completado en 5 años, sin embargo demoró 20 años en terminarse. Su complejidad tecnológica y la falta de financiamiento de los programas impidió para que se pusiera en órbita en 2003, lo que hubiese colaborado a mitigar o a predecir por ejemplo la inundación de la ciudad de Santa Fé de ese mismo año.

Estos satélites se solidarizarán espacialmente con otros de la Agencia Espacial Italiana (ASI).  Los desarrollos locales operan en una banda denominada “L” y necesitan además de energía eléctrica una antena de magnitud importante, a diferencia de los italianos que operan en banda llamada “X”.

Particularmente los satélites SAOCOM contribuyen al objetivo de Desarrollo Sostenible de Acción por el Clima al generar información para mejorar la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con las condiciones climáticas y los desastres naturales.

Generan mapas de humedad de suelo, con resolución espacial y área de cobertura disponibles por primera vez en Argentina y en el mundo, para identificar zonas en riesgo de inundación y dar las correspondientes alertas tempranas; detectan suelos muy secos con riesgo de incendios; producen mapas de riesgo de enfermedades de cultivos; podrán evaluar escenarios para la toma de decisiones de siembra y fertilización; así como conocer la cantidad de agua disponible en nieve húmeda para riego; obtener mapas del desplazamiento de glaciares; elaborar mapas de deslizamientos del terreno y mapas de pendientes y alturas; detección de cambios en infraestructura; seguimiento de barcos; entre otras.

 


 

Cada órbita del SAOCOM 1B dura una hora y media en las cuales pasa sobre ambos polos de la Tierra lo que le permite ir “barriendo” sistemáticamente toda la superficie terrestre en su rango de cobertura.

Aunque inicialmente se pensaron los SAOCOM para prevención y monitoreo de catástrofes, sus imágenes, las cuales se comercializarán, serán de valor en toda región agropecuaria que cubra su rastreo. Es decir que además de nuestro país, Brasil, EE. UU., Canadá, Ucrania, Rusia, China son un mercado potencial para la venta de imágenes.

Para su armado la misión liderada por la CONAE designó a INVAP como contratista principal para el diseño, fabricación, integración y ensayos de la plataforma principal y la electrónica principal del radar, siendo el organismo líder el responsable del diseño, fabricación, integración de la antena radar y test del instrumento principal, el Radar de Apertura Sintética (SAR por sus siglas en inglés), como así también de la operación y distribución de las imágenes que se generen.

Más allá de los entes mencionados, han participado de la fabricación  del satélite más de 100 empresas tanto de base tecnológica como convencionales, que junto a numerosas instituciones del sistema de ciencia y tecnología del país aunaron conocimiento, experiencia y esfuerzos para hacer exitosa esta misión.

Por ejemplo el desarrollo de los paneles solares del satélite, necesarios para convertir la luz del sol en energía, fue un trabajo conjunto entre INVAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que realizó el diseño e integración de las celdas solares y el sistema de interconexión de los tres paneles.

Este escenario sería propicio para que el “campo argentino”, tecnológicamente tan avanzado en genética o en gestión de agroquímicos, tomara nota de estos avances. Si Argentina intenta desarrollar este tipo de instalaciones sería deseable como sector beneficiado que se asocien económicamente mediante aportes a PYMES y así como usan su considerable lobby para discutir retenciones, o exigir puertos eficientes o buenos caminos rurales, que se ocupen también de estas temáticas.

Predecir rindes de cosecha, inundaciones y sequías, detección de napas, carga real de humedad en el suelo, puede generar acciones de siembra oportuna, es decir pueden mejorar la rentabilidad de un campo.

Como hecho político y en este marco de desarrollos científicos y tecnológicos autóctonos, el rol estatal resulta fundamental. Las políticas de Estado deben prolongarse más allá de los gobiernos y los poderes de turno. Debido a que el área de Ciencia y Tecnología requiere de planificación y presupuesto sostenido para poder rendir sus frutos.

 




 

Parafraseando a Cerati se puede decir: “Tarda en llegar pero al final hay recompensa”.

Esto es un triunfo de la voluntad y la obstinación de nuestros científicos y tecnólogos.

 

 



*Guillermo F. Sala, Arquitecto

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