En primer lugar, aclararemos que el
Rubicón es un río italiano que desemboca en el mar Adriático, y que, a pesar de
ser corto, se caracteriza por ser muy torrencial. El territorio por el que
discurre es arcilloso, y las aguas quedan teñidas con el color de la arcilla,
de lo que viene su nombre, del color rubí. En época de Julio César el río
marcaba la frontera entre las Galias y la República de Roma. Cruzarlo era
ilegal. Después de meditarlo, Julio César decidió infringir la ley sabiendo que
esto podía ser el inicio de un conflicto bélico al arriesgarse a cruzar el río
con sus tropas. Al hacerlo, desató la Segunda Guerra Civil de la
República de Roma. Desde entonces se emplea la expresión “cruzar el Rubicón”
cuando alguien decide lanzarse a hacer alguna cosa, aun sabiendo que le puede
traer graves consecuencias. Se trata de dar un arriesgado paso, sabiendo de
antemano que puede salir muy caro.
No
mejor concepto para definir lo que desde hace tiempo el mayor sector opositor
ha decidido hacer desde la propia tropa o con ayuda de terceros afines, y todo
amalgamado con la tintura mediática la cual lo hace de un mismo color, que es
la decidida afectación al gobierno actual.-
Desde
pronósticos apocalípticos, explosión de
la situación social, declaraciones de suplantar al gobierno en el 2021, un
anuncio retardado de fraude en las PASO del año pasado, como así también un ex
mandatario hablando de golpes de estado y la no realización de elecciones de medio
término. También se debe incluir en toda esta caterva de proclamas, la desembozada actitud de juristas supremos, al avalar jueces
nombrados por decreto sin el más mínimo examen de sus antecedentes, además de toda una claque de estúpidos afectos
a las bocinas, y subidos a sus autos de última generación cual caravana de la mediocridad,
pero con la intrínseca intención de querer emular a un pueblo como el que salió
aquel recordado 17 de Octubre de 1945, y que ellos hoy creen interpretar.
Leyendo
un artículo sobre Walter Benjamín, este hablaba de la cultura de la barbarie.
Que no es nada más ni menos que toda la cultura que se nos ha impuesto desde el
sector opresor a los intereses populares, y que hoy, con una medianía patética,
se nos quiere hacer ver como la “normalidad del buen vivir”. La cultura debe ser absolutamente caracterizada
por la libertad de expresar y sentir sin recetas previamente impuestas.-
La
gran diferencia entre aquel Julio Cesar y estos impresentables de la oposición,
más el sector de la sociedad que los defiende, es que estos últimos no tiene noción
del daño que están causando a la democracia.- Ellos se dicen republicanos,
cuando en realidad anida en ellos el peor sentimiento de tiranía. Quieren una forma de vida absolutamente
alejada del sentimiento del pueblo, quieren mandar despóticamente, quieren
recrear aquel patrón de estancia que era dueño de vida y muerte de sus peones,
y a quienes despreciaban y se lo hacían sentir a diario. Ellos pretenden una
sumisión de la clase trabajadora ante sus fortunas, y ellos desde sus poltrones
teñidos de indecencia, tirar migajas para que apenas se logre la sobrevida.
Hablan de los derechos como aberraciones humanas, y mientras ellos se pueden
permitir cualquier tipo de hecho delictivo o corrupto, la mayoría no puede ni
debe correrse ni un nanómetro de lo socialmente correcto y decente, de acuerdo
a reglas de moralina que ellos imprimieron desde el fondo de la historia de
nuestro país. Son una escoria que no duda en quemar montes ancestrales en
nombre de proyectos rentísticos inmobiliarios, no dudan en contaminar los océanos
como el agua potable. No dudan en la afectación de la vida, su crecimiento y su
multiplicación. Con este sector la diferencia jamás va a ser política o económica, la diferencia es ética. Afectan
la ética de la vida en el afán de maximizar su tasa de ganancia. Sin ningún
tipo de inhibición cruzaron el Rubicón de la política. No tienen ya retorno,
mostraron su abyecta forma de ver la vida. La política admite disensos,
discusiones y puntos de encuentros, pero jamás imposiciones desde el capricho
de una ideología. Estamos ingresando en una etapa en la cual los pueblos han
tomado el camino de recuperar lo que es el verdadero poder. Ese poder que Evo
Morales define como Poder Obediencial, se manda obedeciendo. No va a ser un
minoritario sector el que impida que se cumpla esta voluntad.
“Las tristezas no se hicieron para
las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado,
se vuelven bestias."
Pese
a todo, nadie nos quitará la alegría.-
*Horacio Pili Instructor de Formación Profesional, Sub jefe de área Centro de Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.
La suerte está echada dijo César al cruzar el río
ResponderEliminarOtra interpretación es que dijo: ... que vuelen altos los dados ... . De todas maneras es lo mismo.
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