La
vivienda ha sido un problema para el ser humano desde que abandonó África y
comenzó a caminar hacia el frio para “dar la vuelta al mundo”. Mientras se
estaba en una temperatura cálida cualquier cosa servía para protegerse un poco
de los elementos como la lluvia y el viento. Pero a medida que se avanzaba
hacia el frio se precisaba más protección. El hombre aprendió a usar pieles y
con huesos hizo agujas que le sirvieron para coser estas pieles y con un par de
estacas y varas en forma de horquilla protegerse en toldos. Se cree que hasta
que no aprendimos a trabajar las pieles de los animales para construir
viviendas y ropa no pudimos avanzar hasta la zona de Siberia y luego cruzar por
la zona de Bering hacia lo que hoy se llama Alaska y de ahí recorrer este
continente en el que vivimos. La sedentarización de la especie que vino con el
Neolítico hizo que pensáramos en hacer viviendas más resistentes y permanentes
que un toldo de píeles. Y los materiales fueron apareciendo. La madera, la
piedra, el adobe, el ladrillo cocido más tarde…. Cada pueblo fue adaptando sus
técnicas de construcción a los materiales que tenía a su disposición. Hace miles de años las viviendas de uso
personal se construían con lo que se tenía a mano. Recién con la aparición del
ferrocarril y el camión comenzaron a usarse de forma masiva cosas “traídas de
lejos” en las casas….cemento, tejas, diversas maderas y metales. El barro fue
un material importantísimo para las viviendas de la zona en la época que
vinieron nuestros antepasados por acá a asentarse en lo que hoy es el pueblo. Los
pueblos nativos de la zona vivían en casa de tipo toldo, aunque otros que eran
más sedentarios construían en piedra. Ya sea utilizado en la técnica
constructiva conocida como “quincha”, que son paredes de barro reforzadas con
varillas de madera (ver ilustración) o en forma de ladrillos de adobe ( que son
ladrillos de barro secados al sol pero sin cocinar) y también ladrillos cocidos
asentados con barro en lugar de cemento. El uso del cemento es más reciente de
lo que muchos creen en la zona, 100 años más o menos. Lo que un gobierno hace
con las viviendas de los sectores populares es una de las cosas que más lo
pintan frente a los demás. El Peronismo tuvo una arquitectura característica
con sus casitas de Barrios Obreros, que todavía podemos ver en Dorrego. Cuando
trabajaba de gasista fui a una que todavía tenía el calefón original, creo que
Simplex, de esos que tienen una palanca tipo heladera Siam para subir y bajar
la temperatura del agua…imagínense si se usaron buenos materiales…
Como
no recordar esa gilada (¿Puede un docente decir “gilada” se preguntará usted...en
aislamiento social y preventivo obligatorio?… pues la respuesta es SI!!!) de
que “lagente” quemaba el piso parquet; material que es casi imposible de quemar
sin ahogarse, porque son maderas impermeabilizadas con brea de un lado y con
pintura del otro….es como querer hacer un asado con botellas de plástico…pero
si le creen a majul….
Los
gobiernos que podemos encasillar como “neoliberales”, hacen viviendas sociales
(cuando las hacen) que marquen bien que eso es una vivienda social, como para
discriminar y decir…ah...ahí vive un pobre…. En los países que antes llamaban
“comunistas” las viviendas eran en su mayoría torres de mono-bloques. Algunos
dicen que era por un tema ideológico y otros que era por la necesidad de dar
una respuesta rápida a millones de personas que precisaban viviendas. El
paisaje de la RDA que pasaban por los medios eran esas enormes torres grises de
mono-bloques, aunque en los pueblos las casas eran de diseños más lindos,
casitas alpinas con techo a dos aguas. En Coronel Dorrego, el municipio ha
hecho 20 casas en 20 años…más o menos…eso dice mucho también no?
Nota:
Pueden ver si les interesa el tema un documental que se llama “El barro, las
manos, la casa”.
*Favio Camargo. Docente, estudiante
del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur
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