Si
espera una nota seria siga de largo, servilletas acartonadas en el dial sobran,
esto es una especie de delirio improvisado disfrazado de reflexión, que capaz deja una enseñanza sobre Historia y
algo muy importante: No mezclar la ciencia y la política.
Visto
está para quien gaste un par de minutos escuchando el éter dorreguense que se
publicitan por radio todo tipo de chantas que pueden lograr que uno salte de su
silla y revolee la portátil por la ventana….parapsicólogo de alto poder cura la
caspa, hipo, diarrea…estamos en el siglo XXI…ya pasaron 3 años desde que la
ciencia ficción soviética anunciara el marxismo multiplanetario y esta gente
sigue en la Edad Media!!!
Con
esto de la pandemia ha crecido otra pandemia, la más vieja y peligrosa, la
pelotudez del ser humano. Ahora
amplificada por el avance tecnológico. Por lo tanto si una idiota en una
transmisión de ping pong olímpico toma desodorante para pisos con jugo de
sandía o recomienda chupar como mentitas las pastillas que le metemos a la
pecera para matarle el arsénico a la inmunda agua dorreguense, lo más probable
es que haya quienes lo repitan. Y después decían que lo peligroso era dejar a
los niños jugar con videojuegos!!!
Los
arqueólogos y antropólogos soviéticos fueron de los mejores, por su libertad
para sacarse de encima el lastre de la pedófila pudieron investigar el origen y
evolución de la humanidad sin limitaciones de tipo religioso.
Pero
acá le erraron y feo. Este personaje delirante, Lisenko, descartaba las
investigaciones de Darwin y Mendel sobre la genética tachándolas de “burguesas”
y volvía un poco al descartado Lamarck, el que decía que los caracteres adquiridos
se heredaban, y a las investigaciones de Michurin, que si fue un científico y
un investigador de verdad, que logró hibridar múltiples cultivos y adaptar
variedad de frutales a un clima más frio.
Explicada
de forma simple la teoría de caracteres adquiridos de Lamarck decía que, un
padre que levantara pesas iba a tener un hijo musculoso. Investiguen más por su
cuenta, esta unidad fue la que menos me gustó cuando cursé Arqueología /
Prehistoria, así que lo que les puedo transmitir de memoria es poco. Tal vez este hombre no tenía maldad y
realmente creía en lo que hacía, que ir corriendo cada vez más hacia el frio a
los cultivos iba a producir que los mismos se adaptaran a él, pero era incapaz
de tolerar que alguien le criticara su idea y eso en un científico no funciona.
El
llamado Lysenkismo prometía que el hombre iba a imponerse totalmente a la
naturaleza logrando adaptar los cultivos a cualquier ambiente. Capaz con un par
de líneas encima, Lysenko le prometió a Stalin que con el poder del marxismo en
unos años iba a hacer crecer café a metros del círculo polar. Stalin que no era
un iluminado le creyó y le dio poder total sobre el área. Una vez que este vago
tuvo poder fueron despachando a todos los científicos disidentes y quedaron los
aplaudidores, esto, sumado a la ya clásica inutilidad del marxismo para
producir terminó en hambrunas espantosas y una dependencia total a importar
alimentos.
Curioso,
Lysenko se murió de viejo y en su casa y no fue deportado a un “campo de
reeducación” como muchos científicos de la época.
*Favio Camargo. Docente, estudiante
del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur
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