Revista Nro. 14.. En Coronel. Dorrego urge una ducha de conciencia social. Espero que no se precise de un muerto que nos obligue a abrir el grifo, por Gustavo M. Sala


Como señalamos desde un primer momento. Hasta que no exista una estrategia global y unívoca, con protocolos taxativos, estamos todos expuestos y eso se complejiza doblemente debido a que el portador asintomático del virus es una realidad invisible, acaso la más peligrosa del dilema. Y no solo nos referimos solamente a la región, a la provincia y al país, sino al mundo. En estos días desde la OMS acaban de anunciar dramáticamente que los países comiencen a dejar sus egoísmos coyunturales y se dediquen a diseñar una estrategia preventiva común hasta que aparezca la medicina. Es imposible pretender un Monte o un Dorrego sano y salvo, de manera autárquica, como si fueran satélites, con una Bahía, una La Plata, una CABA, un Conurbano o una Mar del Plata de alta circulación. Por eso afirmo y ante la contingencia que es tan fascista estigmatizar al enfermo no comprendiendo las dificultades y las tensiones del momento como lo es aquel perverso que por un egoísmo personal no cumple con los protocolos asépticos establecidos.

En Coronel Dorrego, debido el COVID-19, urge una ducha de conciencia social. Espero que no se precise de un muerto que nos ayude para abrir el grifo. Por estos Pagos siempre se va tras de los efectos, nunca de las causas. Por eso el municipio y sus voceros pautados emiten comunicados casi castrenses, nunca razones, motivos, ni causales. Incluso dentro de la conferencia de prensa informativa del día domingo por la tarde ninguna de las autoridades profundizaron sobre la temática casuística, optaron por salvar ciertas pertenencias sociales y relaciones interpersonales de vecindad. Pensemos que el propio 9 julio y ante la apatía de nuestro Larreta Mayor una treintena de ciudadanos fueron a la plaza a vivar por la Patria y a favor de los delincuentes de Vicentín, la mayoría de ellos personas en edades de riesgo que rompieron todos los protocolos establecidos por el mismo municipio. Aquí la taba, por ahora, les cayó suerte, aunque uno de los asistentes a dicho jolgorio militante tiene a su hijo varón con señales a confirmar. 

En otro orden de cosas debo aceptar con hidalguía y respeto la decisión de la ex concejala del FdT Ana Lía Canavesi. Es indudable que tuvo mucha razón en renunciar a su banca del HCD local por cuestiones de la Pandemia al encontrarse dentro de una de las franjas de riesgo. Hoy hay concejales con familiares directos infectados o en observación. Fue un acierto de la ex concejala su retiro definitivo del cuerpo. Evidentemente la Sra. Canavesi posee una lectura muy superior a la mía con relación a la imbecilidad que nos rodea. Mil disculpas ante mi incomprensión en aquel momento al entender que estaba defraudando al electorado que la votó, acaso algo de inocencia cortoplacista me perturbó la mirada. 

Continuemos. Alta perversión es la de aquellos que se victimizan mientras ven a los otros, a sus conciudadanos, a sus pares, como un simple daño colateral de sus egoísmos personales. Es lo que por estas horas estamos escuchando y leyendo. Y ya son 12 los contagiados. Hay varias películas para metaforizar lo que el momentáneo Excel de Reyes nos boceta.
  
Pero vayamos a los contradictorios comportamientos sociales, inciso cardinal a la hora de colaborar con los profesionales de la salud y sus planes de contingencia.

Hace algunas semanas, debido a la necesidad de recursos humanos para realizar los controles sanitarios, el municipio, como tantos otros, se vio en la necesidad de absorber uniformados de otros distritos. Visto la urgencia provincial y en ese mismo sentido, el gobierno de Kicillof redistribuyó personal en función de dichas demandas. De inmediato nuestros notables fascistas, disfrazados de burgueses asustados, advirtieron del peligro que corrían poniendo en tela de juicio la medida. El tenor de los argumentos recorrieron todo el amplio del espectro del prejuicio llegando a tratar de imponer la idea que dicha intención arriesgaba que "un par de decenas de negritos nos iban a traer la peste a Coronel Dorrego", dicho y escrito esto públicamente y sin ningún tipo de vergüenza ni intelectual ni humana, por un funcionario oficialista que justamente trabaja en el propio sector implicado. Acaso la concejal Dumrauf fue un tanto más delicada, pero no menos pre-juiciosa al respecto. Qué habrán pensado por estos días los integrantes de nuestro colectivo de notables fascistas, cuando en medio de su sana y civilizada palidez aparecen más de una decena de involucrados blancos, puros y hermosos, activistas del deber ser social, gente "bian" protagonistas de la más perversa e insolidaria actitud inimaginable dentro de la coyuntura. El mismo Director de Salud no tuvo más remedio que admitir  - a regañadientes - la errata burguesa que provocó este conjunto de insensibles, especificando las complejidades adicionales de carácter logístico que esta indeseada coyuntura le ha provocado al sistema de prevención sanitaria local. Nueve enfermeras discontinuadas preventivamente es un golpe muy fuerte para nuestro limitado sistema. Por suerte la mediática y subsidiada esposa del funcionario que se mostró precavido con los "negritos" estará preparando una dura crítica editorial de ciudadano y humanista tenor. Corrijo, mala mía, no va a suceder, porque no eran negritos los que aportaron a la desdicha de la comunidad con sus egoísmos ilegítimos, sino tal cual lo dicho, eran blancos, puros y hermosos, muchos de ellos patrocinantes y aportantes de publicidad... 20 años de gobiernos plutocráticos consecutivos dejan a la sociedad sin anticuerpos revulsivos e intelectuales, y esto va más allá del modelo socio-político al que se adhiere. Quién se queda mucho consigo mismo se envilece, escribió Porchia, pues así las cosas...

En Guisasola un encuentro casual y de buena fe hace que una ciudadana cercana esté padeciendo el dilema de un resultado por venir. No fueron los camioneros los cuales algunos vecinos pretendían que no ingresaran al pueblo, tampoco los proveedores por los cuales llegaron a pensar y proponer que podían dejar sus mercaderías en el cruce de ingreso (3 km del ejido). Hasta que no nos demos cuenta que es así de fácil el contagio, y que hay que estar 7 x 24 haciendo guardia en inflexible estado de alerta, el enemigo seguirá instigando, hiriendo y matando. La lucha directa, mano a mano y con compromiso social de toda la comunidad hace que estas cuestiones no deseadas ni buscadas sean comprensibles, pero que la razón de la circulación sea estimulada perversamente por los psicópatas comportamientos de los impunes de nuestro distrito que se creen inmunes encoleriza doblemente. 

A fines de febrero, y mucho antes de que se estableciera la cuarentena, un muchacho de Guisa, laburante, comisionista, se juntó unos manguitos teniendo la oportunidad de hacer un crucero estival, como tantos otros por entonces, creo que a Brasil. Luego de varios días de su regreso y cuando explotó a nivel mundial la pandemia fue denunciado por las viudas municipales del radicalismo sanitario utilizado el peor de los escraches. El hombre no tenía síntoma alguno, digamos que el dilema lo agarró de sorpresa, sin comerla ni beberla, ausente de todo relato. Hasta ese momento todas las actividades eran normales. Debido a las denuncias fue visitado por los médicos, se vio en la obligación de respetar su cuarentena estoicamente aun soportando humillaciones e insultos de todo tipo por parte de las cámaras de seguridad parlantes que tenemos en la aldea a disposición del chisme y el invento. Es curioso que aquellas voces censoras de entonces hoy no aparezcan con la misma fuerza compulsiva. Y no creo que sea porque aprendieron de su error, sino porque algunos de los contagiados del presente pertenecen al establishment dominante.

El problema es cuando aparecen mensajes banales y nefastos como este que  AQUÍ se adjunta de un justificador clasista mass media de pelo en pecho. En el caso de Dorrego no hubo casualidad, ni destino esquivo, ni azar, ni inocencia, tampoco hubo premeditación eso es cierto, pero si un grado de inconsciencia social alarmante para con estrictas reglas de convivencia que no se puede justificar bajo ningún pretexto literario, amén que la cuestión pase por aligerar la carga CULPOSA de un grupo de irresponsables conocidos. Al igual que en Necochea con el Baby shower aquí hubo desidia, prepotencia e impunidad. Imaginemos por un momento que el contagio en Coronel Dorrego hubiera sido avivado por sectores humildes de la periferia. La pira, mínimo, “Negros del Mierda” a decir del funcionario galerita. Es tan fascista el egoísmo de aquellos que no guardan las normas asépticas establecidas como el que estigmatiza al enfermo. En lo personal espero que los responsables de tamaño acto de indolencia e indiferencia sean sancionados como marca la ley vigente para el tema, me parecería un insulto intelectual hacia la población, tal cual se hizo en la conferencia de empresa a medida, apañar a los que violan los propios protocolos comunitarios poniendo en riesgo a toda la población tomándola como daños colaterales de sus egoísmos y caprichos personales…



*Gustavo Marcelo Sala, Editor








Comentarios

  1. Agréguele a la ducha de conciencia social un jabón que prevenga la imbecilidad, un shampoo contra la ignorancia, y si puede y todavía le quedan unos mangos crema de enjuague en contra de la hijadeputez. Saludos Sala, y espero que sus deseos se cumplan.

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