Revista Nro. 12 LA VUELTA A LA NORMALIDAD ¿Qué NORMALIDAD??? ES NECESARIO VOLVER A DISCUTIR TODO por Eduardo Schiel


En ningún momento de la historia universal  los profundos cambios, las revoluciones  los avances de la humanidad provinieron solamente de valientes decisiones y acciones de personas o grupos concientizados o empoderados, siempre fue necesario el acompañamiento de los entornos, los contextos, las condiciones objetivas.
Las justas revueltas y levantamientos armados de los distintos Espartacos a lo largo de la historia no les permitieron sin embargo abolir ni derrotar la esclavitud en medio de sociedades imperiales, de ciudadanías minúsculas privilegiadas que mantenían su capacidad de conquista, dominación y crecimiento justamente gracias a la mano de obra esclava. Tampoco fue propicia la época de las férreas monarquías eclesiales para la difusión de las Utopías de sociedades igualitarias, libres y justas, y en cambio el autor de ese proyecto ideal de sociedad, Tomás Moro, teólogo, político, humanista y escritor  perdió su cabeza en la torre de Londres acusado de hereje y de alta traición. 
En estos instantes globales de pandemia  devastadora  como nunca después del fin de la Segunda Guerra y tal vez como muy pocas veces en la historia el mundo ha perdido lo que se ha dado en llamar “la normalidad”. Nunca como ahora han quedado tan brutalmente expuestas las profundas inequidades sociales y económicas, con países devastados por su falta de recursos o bien por la desidia de sus políticas y elencos gobernantes.
La principal potencia global con sus bases misilísticas intercontinentales y sus incontables presupuestos  militares se ha visto sorprendida sin disponer de insumos tan  básicos e imprescindibles como barbijos y respiradores, que los producían -como gran parte de sus bienes- en China y/o mercados emergentes de bajos costos laborales. La  híper-potencia  ha desnudado como nunca la ineficiencia  de su sistema de salud público –casi inexistente- al que se agrega el desamparo por la pérdida de toda cobertura de más de cincuenta millones de nuevos desempleados, con una criminalidad y violencia social y policial que ha superado los catastróficos índices racistas y xenófobos de “su normalidad”. Todo ello conducido por un personaje patético, mitómano y brutal, que lleva inmolado en la campaña proselitista para su reelección a más de “dos Vietnam” con más de 120.000 muertos “in crescendo”. Acusado en estos días por uno de los máximos politólogos y filósofos norteamericanos Noam Chomsky de ser “el mayor criminal de la historia de USA, un dictador de hojalata” “nunca ha habido una figura en la historia política que se haya dedicado tan apasionadamente a destruir proyectos para la vida humana organizada en la tierra en el futuro cercano” peor que el asesino de Kennedy,  Al Capone, Jack el destripador y otros criminales caros a la idiosincrasia norteamericana. En lugar de ejercer su rol imperial en esta  coyuntura le ha quitado su apoyo económico a la OMS y está preocupado en planificar invasiones militares a Venezuela, país pobre cercado militarmente en sus fronteras y atacado con invasiones internas, que pese a todo ha reaccionado muy bien a la peste pandémica. USA ha perdido el liderazgo aún con sus pares europeos y su economía se ha visto puesta en grave riesgo frente al avance de China que le ha disputado su hegemonía mundial.
Obviamente esta nueva posibilidad concreta de las condiciones objetivas como es la mayor crisis histórica del capitalismo no garantizan per sé las necesarias transformaciones que la humanidad requiere.
Resulta imprescindible diagramar una nueva relación de producción entre capital y trabajo. Una nueva síntesis histórica con un nuevo bloque de poder frente al esquema neoliberal de la escasez y la miseria planificada de bienes y servicios para pocos Promover en su lugar una economía de la abundancia con una economía social humanista de bienes comunes. Argentina como el resto de la Patria Grande es un territorio en disputa contra una clase dominante rendida a las reglas de la globalización neoliberal poniendo en riesgo la condición humana en el planeta.
La Democracia es incompatible con el neoliberalismo. Debemos promover una sociedad con mayores niveles de igualdad, de libertad, solidaridad, relaciones armónicas entre la naturaleza, el hombre y sus comunidades. El neoliberalismo ha obturado todo proyecto social humanitario alternativo al del mercado y la meritocracia individualista.
“Mientras algunos sectores mantienen un altísimo nivel de consumo material que supera ampliamente sus necesidades, otros sectores no pueden acceder a los bienes y servicios más básicos e indispensables. Es necesario fijar políticas que desalienten el consumo de bienes y servicios superfluos y cuya producción (o sus desechos) sea perjudicial para la salud de las personas y los otros seres vivos” (Investigadores del CONICET de la prov. de Córdoba)
Necesitamos crear un Nuevo Estado.  Diferente y con distinto protagonismo, mayores niveles de participación, con  capacidad en el cuidado y preservación de la vida y la naturaleza. Ésta no sólo es una crisis sanitaria, ambiental,  sino más profunda,  civilizatoria.
Todo ello debemos ponerlo en acción, debemos discutirlo para comprenderlo y para encontrar las mejores iniciativas posibles, en forma horizontal, democrática, por encima de las diferencias políticas partidarias reuniendo la mayor cantidad de miradas y voluntades posibles.
Hace un par de días en un debate público entre Alberto Fernández y Lula da Silva conjuntamente con intelectuales, el Premio Nobel de la Paz, ministros y diputados de ambos países tomaron la importante iniciativa, dando pié a una construcción que debe ser masiva, profunda y expeditiva para comenzar a resolver los traumáticos problemas de esta nueva etapa de la humanidad.
”El capitalismo deja al margen de la sociedad a millones de compatriotas “. “Nunca fue tan necesario soñar y seguir luchando para construir un mundo mejor que éste en el que vivimos “( A.F.)
“Lo que a va a salvar a América Latina es una palabra llamada “democracia” Esta pandemia nos demuestra que el mercado no resuelve nada, el que cuida al Pueblo es el Estado” ( Lula)
Paralelamente ya se ha conformado –entre otras-  una fenomenal convocatoria de intelectuales, politólogos, dirigentes, activistas y militantes reunidos en la “COMUNA ARGENTINA” copiando otras propuestas  similares de Bolivia, España, etc. y lanzaron  un “Manifiesto Liminar” promoviendo estas  ideas,  suscripto en el primer momento por más de 700 personalidades  reconocidas de un heterogéneo universo del pensamiento de las ciencias, de la actividad social, cultural, artística  y política, interpretando todas estas caracterizaciones y promoviendo “una democracia radicalizada“, ”un nuevo humanismo crítico”, ”un proyecto latinoamericanista” frente a la feroz decadencia del sistema de producción, de consumo y de distribución de la riqueza  establecido por el neoliberalismo que ha provocado una crisis financiera, energética, cultural , económica , ecológica y profundamente política y humana …
No hay mayor desafío para una generación que participar en una nueva diagramación total del mundo en que vivimos.  Esa construcción  necesita ser una tarea que incluya a la mayor cantidad de personas  que crean en mayores niveles de libertad, de igualdad, solidaridad, inclusión, humanismo y compromiso crítico para un mundo más justo e  igualitario y más feliz.




*Eduardo Schiel, abogado, escritor, ensayista, integrante de la Conadep autor del libro Nunca Más Ni Nunca Menos


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