Quien ante la crisis (económica heredada y
sanitaria coyuntural) esperaba medidas revolucionarias de Alberto Fernández
pecó de optimista y al mismo tiempo no lo escuchó con profundidad y atención
previo a los comicios. Además el mismo Alberto lo especificó en decenas de
entrevistas realizadas, curiosa y mayoritariamente, con interlocutores y medios
que lejos están de nuestro ideario y paladar político. Ergo, lo tuvimos que ir
a buscar a territorios hostiles. Ya era toda una señal de cómo serían sus
recorridos dialécticos. Acaso estaba pidiendo que le den una oportunidad,
estaba jurando que él no era lo mismo, metafóricamente que él no era 678 (cosa remarcada
vilmente y muy dolorosa para muchos de nosotros) pero que a la vez los votos de
Cristina eran imprescindibles para cortar con aquel modelo de saqueo macrista.
Alberto Fernández es un socialdemócrata
reformista que milita dentro del peronismo, cuadro político al cual jamás se le
ocurriría modificar las reglas del capitalismo. En todo caso dosificar sus
egoísmos de mercado para tratar de lograr mayor inclusión y equidad modificando
algunas partidas presupuestarias sobre la base de prioridades. Por lo menos así
lo entendí cuando lo voté ya que aún bajo esos parámetros y asumiendo nuestros
disgustos actuales esto es mucho más humano que el proyecto plutocrático al
cual enfrentó. Acaso por eso uno trata de ser medianamente comprensivo en la
crítica.
Lo que se vive políticamente dentro del campo
nacional y popular es postkirchnerismo, una suerte de luto y desamparo en el
grueso militante. Bueno es comenzar a entender que existió en el medio, desde
el 2003 hasta la fecha, nada menos que 17 años, un quiebre generacional que impactó
directamente en la lectura e interpretación no solo de aquel proceso de 12
años, sino además de la transición alfonsinista, del menemismo, de la
democracia como concepto y del propio período plutocrático encabezado por Macri.
Allá por el 2013 insistíamos desde estos espacios sobre comenzar a pensar el
kirchnerismo en términos históricos. De hecho la propia Cristina en su discurso
de fines del 2018 dentro del Foro Mundial de Pensamiento Crítico de Clacso
reclamó la creación de nuevas cosmogonías debido a que:
1. El
neoliberalismo es una construcción política.
2. Esta
construcción política genera sus propias categorías de pensamiento.
3. Tenemos
que generar las nuestras.
4. Una
de las categorías de pensamiento que debe ser superada es la de izquierda
versus derecha, porque está perimida.
5. Por
lo tanto debemos reformular la categoría “Pueblo”.
Es
probable que bajo estos parámetros Cristina esté mucho más de acuerdo con
Alberto que con sus entusiastas militantes.
Tal vez esta visión huidiza del conflicto y las pulsiones son las que le estén
dando forma a esas nuevas cosmogonías. Lo cierto es que sería muy provechoso
que el kirchnerismo, repasando sus viejas hojas de ruta y a partir de la
comprensión de su historia entienda que al pueblo, hablo de esa categoría
incluyente, híbrida y compleja, no le agrada que le reiteren el pasado que ya
sabe, sino está más interesado en saber lo que le sucederá en el presente y en el futuro
inmediato…
*Gustavo Marcelo Sala – Editor -
Donde hay que firmar
ResponderEliminarExcelente lectura Gustavo, ahora una pregunta: ¿Es posible construir con la base que componemos un frente político que en un futuro mediano gane elecciones en todos los niveles prescindiendo de los "Lista 2"? O los probables líderes futuros de esa base (La Cámpora & asoc.) con su gran falencia federal "estén mucho más de acuerdo con 'la liga de gobernadores' que con sus entusiastas militantes"
ResponderEliminarPD: muchas gracias por Volver Mejor a los alrededores del campanario
Te respondo con una frase del Negro Dolina: "La única manera de que no haya heterodoxias ni herejías es quedándose solo…" Creo que estamos de acuerdo, y me parece que los militantes debemos ser más honestos intelectual y políticamente. Me hubiera gustado algo de mayor revulsión, pero Alberto no me habló de eso, de manera que lo voté sabiendo que como dice Rivera, por el momento, La revolución es un sueño eterno, y no tengo derecho a exigírsela a alguien que nunca me habló de ello. La prioridad era darle batalla al poder real con el poder popular. Por eso hasta me parece muy desleal correrlo por izquierda. Hasta ahora el gobierno no pudo implementar política alguna, solo está tratando de cerrar el tema de la deuda heredada y enfrentar la pandemia.
ResponderEliminarAbrazo y gracias
Gustavo Marcelo Sala
Gustavo, no estoy cuestionando al gobierno, estoy preguntando como ve a "Unidad Ciudadana" a futuro; reconociendo que su visión de los hechos políticos del último lustro me es muy útil.
ResponderEliminarNuevamente gracias por su aporte.
Esta coyuntura mortal nos corrió el arco a todos, de manera que es muy arriesgado y hasta deshonesto hacer presunciones. Hay que salvar vidas y ese debe ser el paradigma. Lo que si creo es que al ser mortal ameritaría un prudencia que gran parte de los actores políticos y sociales opositores no tienen. Abrazo
EliminarGustavo M. Sala