Edición Especial… Entrevista al Dr. Guillermo Francisco Torremare, Abogado y actual Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
Escritor,
ensayista, docente, abogado, magister en DD.HH, el Dr. Guillermo F. Torremare,
nacido en Tres Arroyos, fue nombrado recientemente Presidente de la APDH
conformando un triunvirato junto a María Elena Naddeo, reelecta en el cargo y a
la politóloga Soledad Astudillo. Tras 25 años de incansable y activa tarea
dentro de la entidad, su nombre es sinónimo de compromiso cuando de asignaturas
humanísticas en defensa de los derechos esenciales se trata. Hasta su
nombramiento estuvo a cargo de la secretaría de asuntos jurídicos, además
integró Amnistía Internacional y fue Jefe de Gabinete de Asuntos Parlamentarios
de la Nación en estrecha colaboración con los diputados socialistas Alfredo Bravo y más
cercano en el tiempo Jorge Rivas. Fue Director del periódico La Vanguardia y
lleva escritos cuatro libros sobre la temática y son incontables los números de
ponencias, conferencias y ensayos relativos a las políticas públicas de
derechos humanos. El último, Luces y Sombras, nos presenta un correlato
histórico sobre cómo los DD.HH fueron objeto de interpretación sociopolítica
desde 1880 hasta nuestros días. Entre sus intervenciones jurídicas más
recientes podemos destacar la causa denominada Monte Pelloni, en el TOF Mar del
Plata, ejerciendo la función de abogado querellante en donde se condenó a cinco
represores por delitos de lesa humanidad, y la denuncia que afecta a la ex
Ministra de Seguridad Patricia Bullrich por persecución al pueblo Mapuche. Fue
dirigente juvenil, miembro del consejo académico, apoderado y candidato a
Diputado Nacional por el Partido Socialista para la Victoria cuyo referente
nacional es el ex Diputado Nacional Jorge Rivas.
1- Como
actual Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos cuáles son
los incisos prioritarios en la materia al día de la fecha, por fuera de los
referidos a la pandemia.
Los
dos déficits históricos más importantes en materia de derechos humanos de la
Argentina son la pobreza extrema, la violencia institucional y la violencia de
género. Antes de que comenzara la pandemia había dieciséis millones de pobres y
entre ellos cuatro millones que viven en la indigencia total. Sin duda este es
el mayor drama y también el más importante desafío para el Estado. Y claro, la
violencia institucional, que es la violencia que ejercen fuera de la ley las
fuerzas de seguridad. Los abusos policiales de todo tipo, que llegan a
convertirse en torturas en muchos casos, son frecuentes e inadmisibles. Otro
tema central es la violencia de género y la discriminación de la mujer. En lo
que va de 2020 se contabiliza casi un femicidio por día.
2- ¿Cuál
es el grado de responsabilidad que le otorga a la administración Cambiemos para
que esos temas se hayan transformado en prioritarios? Dicho de otra manera:
¿Usted considera que el anterior gobierno tuvo injerencia directa para amesetar
y relantizar la problemática de los DD.HH quitándole entidad jurídica e
importancia política?
El
gobierno del ex presidente Macri no tuvo compromiso con los derechos humanos en
general. Los derechos humanos no fueron temas de su interés. Nadie se debe
sentir sorprendido por esto. Cuando era candidato, Macri solo habló de los
derechos humanos para decir que eran “un curro”. Los resultados están a la
vista. La pobreza extrema y la violencia institucional, que son problemas
estructurales y de vieja data, aumentaron considerablemente. Durante el último
año de Cambiemos el Estado mató una persona cada 19 horas. Eso no sale en los
grandes medios de comunicación. La ex ministra de seguridad Patricia Bullrich
tuvo gran responsabilidad en esto. Al mismo tiempo debo decir que algunas expresiones
del actual ministro de seguridad provincial Sergio Berni no ayudan a modificar
esta situación. No existieron políticas
de género. El Estado asumió posiciones xenófobas. El proceso de juzgamiento del
Terrorismo de Estado se ralentizó. De diferentes maneras intentaron negar la
entidad de lo ocurrido durante la dictadura militar. Y ahora, a partir de las
denuncias de la jueza penal Figueroa y del juez laboral Raffahelli está
saliendo a la luz la presión operada sobre el Poder Judicial para conseguir
fallos a tono con los intereses del gobierno. A grandes líneas, este es el
saldo de los cuatro años de Cambiemos en materia de derechos humanos.
3- ¿En
qué estado se encuentra la denuncia que elevó contra la ex Ministra de
Seguridad Patricia Bullrich por la persecución al pueblo Mapuche, en la que
además está al frente de la causa?
Nosotros
hicimos la denuncia en junio de 2019. En octubre el fiscal Franco Picardi
entendió que era una denuncia fundada, abrió la investigación y pidió la
imputación de Patricia Bullrich a la jueza federal Eugenia Capuchetti, que es
quien debe procesarla. La jueza se está tomando su tiempo porque hasta ahora no
dictó ninguna resolución. La denuncia que hicimos explica que la persecución con
violencia al pueblo mapuche tiene como trasfondo el valor económico de las
tierras de estos, nosotros afirmamos que los persiguió con el propósito de que depongan
sus reclamos históricos y que no obstaculicen los negocios de los amigos y
socios del gobierno de Macri.
4- Hace poco afirmó que “Cuando una persona es víctima de un
delito, queremos que ese delito se investigue y se sancione, pero al mismo
tiempo, que la persona que es acusada tenga derecho a defenderse y tenga un
juicio justo, sin ser torturada en una comisaría. Los derechos son de todos, y
es obligación del Estado respetarlos y garantizarlos” Según su análisis ¿Los
medios de comunicación cuánto favorecen o cuánto entorpecen dicha premisa para
que la misma se transforme en postulado cultural?
Creo
que esa afirmación fue una respuesta a una pregunta que siempre se repite:
“¿ustedes solo defienden los derechos humanos de los delincuentes?” La cuestión
es bien sencilla, los derechos humanos son de todas las personas. Si los medios
de comunicación lo señalaran con honestidad y claridad estarían colaborando a
que seamos una sociedad más respetuosa y segura. El tema de la seguridad está
siempre presente. La seguridad también es un derecho humano y nosotros le
reclamamos al Estado que se ocupe de garantizarla, pero tenemos claro que eso
no se puede hacer a expensas de la violación de otros derechos. A veces
parecería que nos quieren hacer creer que si torturamos a un sospechoso en una
comisaría tendremos mejores resultados en la lucha contra la inseguridad, y
eso, además de ser ilegal, es falso. Cuesta mucho hacer entender que las únicas sociedades seguras son
aquellas que garantizan la plena vigencia de los derechos humanos y que por
ello las políticas de seguridad y en especial la formación y la actuación de
las policías debe basarse, precisamente, en la teoría y la práctica de los
derechos humanos. Cuando los medios de comunicación propician políticas de
“mano dura” y “gatillo fácil” y de violación de garantías constitucionales en
general, contribuyen a la inseguridad ciudadana.
5- Por fuera de las lamentables operaciones que fomentaron
algunos actores mediáticos y judiciales. ¿Qué posición tiene la APDH con
relación a los ciudadanos que ante la pandemia se encuentran privados de su
libertad?
Tenemos
la posición que tiene la Constitución Nacional desde hace más de un siglo y
medio: “las cárceles deben ser sanas y limpias, para seguridad y no para
castigo de los reos alojados en ellas”. Sostenemos que las cárceles deben
servir al proceso de resocialización de las personas para que puedan
reinsertarse en la sociedad y no vuelvan a delinquir. Los procedimientos para
que esto sea posible están estudiados y son objeto de protocolos aprobados por
Naciones Unidas y vigentes en Argentina. Sin embargo estamos lejísimo de ello. Los
sistemas penitenciarios, tanto el federal como los provinciales, no sirven. En
la provincia de Buenos Aires la situación es terrible. En enero de este año
había 45.000 presos en las prisiones donde hay lugar para albergar a 21.000. En
las comisarías bonaerenses había más de 4.000 y allí hay lugar para alojar a
1.000. Esa superpoblación, en gran medida, es producto del uso abusivo de la
prisión preventiva que hacen los jueces y que posibilita la ley. Al hacinamiento
se le suman todas las carencias que podamos imaginar. Las denuncias de torturas
son habituales y las muertes violentas dentro de los penales son frecuentes. Y
eso siempre queda impune porque no está visualizado como un problema y no se le
cree a las víctimas. Los gobiernos temen que si se dedican seriamente a esto
serán hostigados por ocuparse de “los malos”, que son los que están presos, en
detrimento de “los buenos”, que somos quienes no lo estamos.
6- En
qué punto están las denuncias que la APDH, en conjunto con otras organizaciones
de DD.HH Latinoamericanas efectuaron en contra del régimen dictatorial
boliviano y la represión hacia el pueblo chileno por parte del gobierno de
Piñera.
Nosotros
denunciamos a los usurpadores del gobierno boliviano por entender que están
cometiendo delitos de lesa humanidad porque utilizaban los medios del Estado
para perseguir, encarcelar, lesionar y matar personas, en general opositores
políticos. Lo hicimos en Argentina pidiendo la aplicación del principio de
jurisdicción universal, que posibilita que cuando un Estado no juzga a los
crímenes que se cometen en su territorio, estos puedan juzgarse en cualquier
otro país. La causa está tramitando ante un juzgado federal de Córdoba porque
ahí se hizo la primera denuncia. El fiscal interviniente se expresó en contra
de nuestra petición y ahora el juez debe resolver qué hacer. Distinto es el
problema en Chile. Allí, junto a la organización más importante de derechos
humanos de ese país, hicimos una presentación ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos denunciando que la extendida y violenta represión estatal
implicaba violación a los derechos humanos. Los testimonios de las víctimas que
recogimos en el lugar son terribles. Pedimos medidas de protección especiales
para los sectores más castigados. A partir de la denuncia la Comisión viajó a
Chile y estamos a la espera de su pronunciamiento.
7.-
¿Usted
cree que esa ola de negacionismo que vivimos durante el macrismo fue la
resultante de una política premeditada del oficialismo, acaso como un globo de
ensayo social, o solo fue parte del deseo y albedrío de algunos de sus
operadores mediáticos?
El
negacionismo fue real. Desde cuestionar el número de desaparecidos hasta intentar
el desprestigio de las organizaciones de derechos humanos; desde desfinanciar
los programas vinculados al juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad hasta
cerrar todas las investigaciones oficiales en marcha sobre la responsabilidad empresarial
en el genocidio argentino. El
negacionismo está en el ADN del Pro y también en el de muchos radicales que lo
acompañaron. Desde el gobierno intentaron inocular esas ideas en las formas que
pudieron. Enfrente hubo un valladar social infranqueable. Creo que la inmensa y
generalizada movilización contra la sentencia de Corte que disponía la eventual
libertad de muchos genocidas por aplicación del llamado “dos por uno” fue
decisiva. Estoy convencido que se ha ganado una batalla cultural en torno a
esto. El juzgamiento del terrorismo de Estado en Argentina no tiene vuelta
atrás. Es cierto que en muchos casos aún no ha llegado y en otros ha llegado
tarde pero así son los tiempos de las sociedades. Por algo Alfredo Zitarrosa
canta “No hay nada más sin apuro que un pueblo haciendo su historia”
Pancho es un orgullo para el Tres Arroyos sensible y humano, esa parte del Pago que nos gusta caminar y disfrutar. Abrazo socialista
ResponderEliminar"El negacionismo fue real. El negacionismo está en el ADN del Pro y también en el de muchos radicales que lo acompañaron" dice Torremare ... Como los Radicales de Coronel Dorrego, mercenarios que intentaron desvirtuar la decisión de Nestor Kirchner al darte entidad política a los DD.HH con aquella sucia y perversa frase "Un cuadro lo baja cualquiera", dicha por un panfleto mojado al cual le mantenemos hasta las pajas que se hace, en un acto militante ante el aplauso de los psicópatas rentados. Cuando se lo invitó a debatir arrugó el panfleto, parece que al secarse se le borró la tinta de coraje..
ResponderEliminarGuillermo "Pancho" Torremare es básicamente una buena persona. Cuando a ello se agregan cualidades como una sólida formación, compromiso, mesura, amabilidad en el trato y firmeza, resulta que en la APDH tenemos un presidente de lujo.
ResponderEliminarRichard Ermili, Secretario General de APDH Regional Mendoza