“Fragmentar a la sociedad en pequeños grupos imposibilitando toda posibilidad de pensamiento comunitario o colectivo, para saquearla más fácilmente…”… de los inventores de “la grieta”
Tiempos (Políticos)
Posmodernos – Por Carlos Caramello, para la Tecl@ Eñe
Fuente:
Carlos Caramello afirma en esta nota que si la dirigencia política no
trabaja a favor del sujeto político por excelencia que es el Pueblo, acabará en
una suerte de soliloquio existencial que la relegará al destino de clase
muerta.
Por Carlos Caramello,
Licenciado en Letras, escritor y
autor junto a Aníbal Fernández de los libros “Zonceras
argentinas al sol” y “Zonceras argentinas y otras yerbas”, y “Los
profetas del odio”. Conductor del programa radial Tuit-Eros, RadioHache.
Nunca más la imagen de ese Charles Chaplin alienado y sonámbulo,
repitiendo mecánicamente los movimientos de su oficio diurno en una línea de
ensamblado del modelo taylorista-fordiano.
Ese cuadro de la película “Tiempos Modernos”, funde a negro y aparece, con todo
su esplendor, el joven ejecutivo de la financiera, estimulado e insomne,
adquiriendo yuans baratos
al cierre del mercado chino para comprar bonos argentinos en la apertura de los
bancos y venderlos al cierre de Wall Street a un fondo buitre y, finalmente,
depositar la ganancia del día en alguna cuenta off shore de cualquier paraíso
fiscal.
O lo que es peor: la cámara en travelling (homenaje a Alfred
Joseph Hitchcock ) capta, una por una, las caras con “la ñata contra el vidrio”
de decenas de obreros industriales, desencajados y rotos, mirando con rabia y
con tristeza al robot que ajusta y ordena lo que, hasta hace pocos días,
ajustaban y ordenaban ellos… antes del despido.
La dinámica de la sociedad no tiene freno. Pero la Política (o
mejor dicho, parte importante de los dirigentes políticos) parecen ignorarlo.
Lo que no deja de ofrecerles cierta comodidad: viejos modelos para pretéritas
mañas.
Es hora que se enteren que el ideal de subordinación de lo
individual a las reglas racionales colectivas, ese que se construyó junto con
la Modernidad, está hecho trizas. El valor fundamental de estos días es el de
la realización personal. El individuo libre, desatado, suelto, independiente,
desobediente, desasido.
Moviéndose sólo por su derecho inalienable a ser íntegramente él mismo, a disfrutar
al máximo de la vida. Y, aviso, ese individuo es una construcción social.. y
política.
Evidencia de esta particularización de grupos e individuos son: la
liberación de costumbres y sexualidades, las reivindicaciones de las minorías
regionales y lingüísticas, las tecnologías psicológicas, el deseo de expresión
y de expansión del yo, los movimientos alternativos, la aplicación de
algoritmos en las redes para determinar gustos y expectativas políticas, etc.
etc. etc. El YO es más importante que el NOSOTROS. No hay masa. Hay individuos.
La nuestra es, entonces, una sociedad individuada.
Peter Drucker, en su libro “Las Nuevas Realidades” explica que “Los movimientos de masa del siglo
XXI serán numéricamente pequeños pero con una idea fuerza muy potente”.
Escuché esa idea a fines de los ´80s pero recién la entendí unos 15 años
después, cuando el movimiento de travestis de la ciudad de Buenos Aires le
torció el brazo al entonces intendente Fernando de la Rúa y logró que les otorgara
un espacio para ejercer libremente la prostitución… La sentada de chicas trans frente
al Teatro Colón fue memorable.
Fragmentación y
Despotismo
La Comunidad - esa época en la que se vivía de acuerdo a los
designios divinos - se desbarranca durante la Edad Media por imperio de la
aparición del Comercio.
Desde entonces, el Mercado, en cualquiera de sus formas, siempre
le llevó un
tranco de ventaja al Estado. Ese tranco parece
haberse vuelto una distancia prácticamente insuperable en lo que va del primer
cuarto del Siglo XXI. De acuerdo con un informe de la ONG Oxfam, “El 82% de la riqueza planetaria
creada el año pasado (2017) en
el mundo terminó en manos del 1% de los más ricos”. El mismo
informe aclara que el 50% más pobre no recibió nada del crecimiento económico
que se produjo en el planeta durante ese período. Y uno se pregunta: ¿cómo
tantas personas pueden admitir esta suerte de atraco explícito por parte de
unas pocas?
Fragmentación es la palabra que resume la respuesta a ese
interrogante. La deconstrucción de la identidad político-partidaria (ese
espacio de memoria, identificación, adquisición de códigos y vocabularios
y, sobre todo, entrenamiento para la acción y la conducción) “dificulta el montaje de relatos colectivos
para la inscripción individual y dispersa agrupaciones masivas de carácter
ideológico en más pequeñas tribus, unidas ante todo por hábitos de consumo”,
explicaban, en los albores de este siglo, Mariana Cantarelli y Sebastián Abad,
autores de Habitar
el Estado, un interesante texto sobre “pensamiento estatal en
tiempos a-estatales”.
Una idea más vieja que la historia, si se quiere: “Divide et Impera”,
dicen que dijo Julio César. Fragmenta
y Saquea, sería el doblaje
contemporáneo de esa noción, instaurada desde nuevas
herramientas de construcción de sentido. “El
efecto definitivo de la fragmentación político-institucional es el
desplazamiento de la subjetividad ciudadana (trabajada por el Estado y sus
instituciones, la política, los partidos, las ideologías durante la Modernidad)
por una subjetividad consumidora, moldeada por el mercado y sus estímulos, los
medios, la publicidad y el consumo”.
Esto implica la sustitución de una subjetividad armada con otros
(en la escuela, el partido, la fábrica, el sindicato) por una subjetividad
organizada en torno de sí misma. El sujeto colectivo (el que llenaba plazas en
1945) se convierte en el ser
individuado que prefiere jugar contra “la play” encerrado en
su habitación. De las demandas colectivas pasamos a las demandas particulares.
El Hombre y la Mujer de hoy creen que pueden realizarse en “una sociedad que no se realiza”
gracias al nuevo dios meritocracia. Y el
Mercado lo sabe; la Política… bueno, la Política baila boleros mientras la
sociedad elige el SoundMoovz (un
dispositivo electrónico te permite crear TU propia música a partir de TU propio
cuerpo).
Dirigentes ofreciendo largos discursos (“La Oralidad ha Muerto”,
les gritan los emoticones desde las redes, pero la dirigencia insiste) a una
masa numéricamente
pequeña y con alta dispersión en términos de expectativas y
deseos, es la mejor imagen de lo dicho. Por eso vuelve a funcionar el timbreo… pero sólo
por un ratito. Lo masivo se ha fragmentado a tal nivel que algunas plataformas
audiovisuales permiten el acceso a sus contenidos de acuerdo a tu situación
económica, tu jurisdicción o referencia geográfica y, de seguir en este rumbo,
seguramente lo segmentarán por color de piel o pertenencia étnica.
Si la dirigencia política no comprende estos mensajes y no trabaja
(en serio, sin vedetismo, sin traiciones; a favor del sujeto político por
excelencia que es el Pueblo), acabará en una suerte de soliloquio existencial
que la relegará al destino de clase
muerta.
Y su lugar será ocupado por… ¡quién sabe!. “Vivimos una sociedad policéntrica
que ya no está a disposición de la voluntad política y, no obstante, exige
política”, nos advertía Norbert Lechner a fines del siglo XX. No
sea cosa que nos termine gobernando alguna figura deportiva, o televisiva, o
un influencer de
las redes… ahhhhhh, no, ¡pará!.
El ambiente laboral ha cambiado mucho desde los 90’s y mucho de esto tiene que ver con el sistema de subcontratación.
ResponderEliminarPor ejemplo una empresa de aviación tenia empleados que iban mas allá de el personal de un vuelo, el catering, el manejo del equipaje, los técnicos e ingenieros en la pista a cargo de los test y servicio de mantenimiento del avión, el personal que maneja el cargo aéreo su transporte almacenamiento, y movimiento , despacho etc, el personal de ventanillas para el check in etc etc
Todos estaban unidos bajo la empresa , tenían los beneficios ganados por las luchas sindicales por décadas, tenían altos standars en seguridad industrial y mutuales de salud importantes , asi como contribuciones previsionales.
Como beneficio eran la cara de la empresa , representaban los altos standars de calidad , vendían la imagen en cada punto con su atención y uniforme.
En los 90’s comenzaron subcontratando a gente para esos servicios, con el objetivo de pagar una tarifa baja , sin cargas de seguros, ni vacaciones, sin presiones sindicales , el contratista se arregla y si el desempleo es alto o estas empresas con la escusa de una mala situación financiera echan personal a esta gente no le queda otra que unirse al circo por peor pago y condiciones.
Este ejemplo de las empresas de aviación es valido para toto tipo de empresas, fabricas, hoteles, bancos etc
El resultado es el de un ejercito de gente en camionetas o minibuses moviéndose de un lado al otro realizando tareas sin conexión entre ellas
Al cabo de un tiempo todos ellos se sienten semi empresarios o que se yo y no es posible unificar un reclamo.
Los subcontratistas , siguen subcontratando fragmentando hacia abajo teniendo en vez de empleados un tipo que limpia el piso y otro que limpia el baño como distintas compañías.
Este proceso es imparable , no volveremos a ver la estructuras de las empresas de los 60’s,
El resultado es un gran individualismo y la dificultad de esos individuos de ver objetivos en común a la hora del debate politico
Aquí se lo conoce como terciarizaciòn laboral. Te digo mas, algunas de esas empresas que prestan servicios de recursos (mirá que manera de hablar sobre el trabajo) a empresas mas grandes son propiedad de sindicalistas afines con el sector en donde el empleado le factura a ésta y ademàs debe hacerse cargo de pagar su monotributo (Obra social, impuesto + jubilación) estando generalmente bajo contrato con fecha de vencimiento sin clausula de renovación. Dorita estuvo bajo ese régimen durante los 90 en el BBVA. Incluso algunos estamentos estatales promueven dicho formato. Aquí la lucha en contra de la terciarizaciòn terminó con la muerte del pibe Mariano Ferreyra en Constitución, luego todo siguió igual. Es que ese sistema desigual, fragmentador es muy conveniente para la burguesía
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