“Neo Statum Militarus”





Si los gobiernos democráticos reflejan la imagen de sus pueblos en un determinado momento histórico, vale decir, si los pueblos tienen los gobiernos que se parecen a las mayorías, significa que en nuestra sociedad ha renacido la ruindad y el menosprecio por el semejante y la democracia a favor de los apetitos egoístas y sectarios. Y esto, sin ser una novedad, es sencillo de observar al atender cómo las políticas gubernamentales han potenciado esa vileza individual. 

No existe empresario, en este momento, que no aproveche la coyuntura para meterle la mano en el bolsillo al trabajador so pretexto de una crisis que ellos mismos generaron apoyando el tenedor pago y eligiendo un modelo agroexportador de dólares, importador de baratijas, ausente de valor agregado y en consecuencia devaluado en su consumo interno. El asunto no pasa solamente por aumentar los márgenes de rentabilidad, además es necesario exponer suma crueldad y un rictus de "no retorno" para que nadie se atreva a proponer en el futuro políticas inclusivas que pongan en discusión la distribución de la riqueza (hoy se trata de distribuir pobreza) y fundamentalmente dejar en claro en donde descansa el poder real. En la actualidad percibo que los factores de poder dominantes, corporaciones, establishment, son peores aún que el propio gobierno, lo que es mucho decir, ya que el ejecutivo, por obvias razones políticas de cara a su variopinto de votantes deberá más temprano que tarde rendir cuentas, y vaya la cosa, nadie duda que ante la llegada de una nueva anomalía serán sometidos sin ningún tipo de reservas ni eufemismos, mientras que aquellos no, por eso se atreven a pasar todos los límites incluso los pautados por el propio Macri. Poco les importa que sea uno de ellos, el día que sea necesario sacrificarlo para que el sistema se purifique y perviva no les temblará la mano. ¿Esto Macri lo sabe? Sospecho que desde el prisma político aún no se ha dado cuenta, la pata mediática, eslabón cardinal del modelo, no solo lo está blindando hacia el afuera, sino también hacia el adentro. Nunca debemos olvidar que en Argentina siempre los golpes fueron cívico/militares. El día que las Fuerzas Armadas se dieron cuenta que eran actores necesarios "pero secundarios" de la tragedia estaban siendo enjuiciadas bajo las cámaras, micrófonos, titulares y copetes de aquellos poderes a los cuales respondieron... 



El siniestro rostro de la formal impunidad develado por el coraje de Néstor Kirchner nos posibilitó visualizar, de modo tangible, la connivencia extrema que existió entre los formadores de opinión (base y sustento de la propaganda y el ocultamiento totalitario) las cúpulas empresariales (como reaseguro de los negocios) con las fuerzas armadas (responsables del orden establecido) para que todo funcione según las formas y placeres de una mass media ilustrada que fijó un status de convenientes filones a la sombra de aquel relato políticamente correcto. Esta suerte de refrescante revisionismo histórico populista jamás será perdonado ya que muchos actores tuvieron la obligación de correr sus velos a propósito de sus propios intereses del pasado, situándolos en un cuello de botella que ni siquiera la dignidad del suicidio enaltecería. La solución escogida por estos fue huir hacia delante, disparando las mismas balas que durante treinta años aseguraron reprobar.

En la histórica jornada en la cual Néstor Kirchner hizo bajar los cuadros de los genocidas Videla y Bignone colgados en las paredes del salón principal del Colegio Militar de la Nación muchos entendimos que nadie desde el Estado, hasta ese momento, se había interesado con marcada seriedad por el tema de los Derechos Humanos, advirtiendo que el éxito popular que había tenido la dictadura militar se encontraba muy claramente definido en la existencia y exposición de esas dos imágenes en una entidad estatal educativa y formadora de jóvenes. Poco tiempo después, al inaugurar el Museo de la Memoria en la Escuela de Mecánica de la Armada, en un  recordado discurso, el extinto ex Presidente pidió perdón a las víctimas de la represión por los últimos veinte años de claudicaciones. Esto molestó y fijó una divisoria de aguas definitiva con aquella burguesía que estaba muy complacida con el placebo institucional edificado 20 años atrás, que si bien juzgó a los Comandantes hizo todo lo posible, a partir de la sentencia, para detener la historia a como de lugar, instalando la teoría de los dos demonios y el falso concepto de guerra sucia. Kirchner, en ese momento, estaba anunciando una suerte de declaración de principios, base fundacional de su política sobre DD.HH. De ningún modo estaba agrediendo al ex mandatario Raúl Alfonsín, tal como fue interpretado su discurso por cierta progresía mediopelo. Como afirmara Eduardo Galeano, había comenzado un diálogo entre dos silencios.  El Presidente en ejercicio sólo relató los eventos tal cual sucedieron, haciéndose cargo, poniéndole el cuerpo a un sombrío dilema histórico / ético desde un Estado cuyo comportamiento fue ciertamente cobarde, sinuoso y acomodaticio. Tristemente, en el presente, corroboramos que hasta la mesura del propio Dr. Alfonsín ha sido traicionada por quienes secuestran, cual grupo de tareas, su legado

Resulta muy común que en determinados momentos críticos o cuando menos de incertidumbre política los ejecutivos gobernantes suelen huir hacia delante extremando sus conceptos mediante pulsos concluyentes (medidas efectistas) con el objeto de reafirmar poder y demostrar a la vez una vocación pétrea y sin quebrantos con relación a la continuidad de su proyecto político. Generalmente el mensaje político de esta estrategia apunta a los propios seguidores, de modo ninguno de ellos tenga la leve sospecha de debilidad ideológica en el campo de la gestión. 
En este aspecto el sentido inteligente suele ser el mejor de los remedios para que tal cuestión no circule por caminos del espasmo, evitando que contenga elementos que a la sazón resulten perjudiciales por no haber sido pensados de cara al futuro, medidas que siempre suelen responden a cuestiones eminentemente coyunturales, alejadas de toda planificación.
Esta suerte de “Neo Statum Militarus” que lanzó Macri no es otra cosa que un espasmo colocado en el centro de una coyuntura política demasiado compleja que tiende a reafirmar entre los propios adherentes líneas innegociables, figuras doctrinarias que responden estrictamente a la ideología de sus seguidores. Es decir, en el marco de un momento político desfavorable asegurarme que ningún marinero se lance del barco. Este mecanismo de control selectivo de la actividad política constituye solamente un relato insulso y ciertamente propagandístico ya que adolece de correlato legal; esto es así, y no puede ser de otro modo, debido a que en democracia resulta descabellado coartar las naturales libertades que el sistema ostenta como sanos anticuerpos.

El verdadero dilema que aún la derecha no ha podido resolver es cómo disimular su marcada orfandad política en medio de una sociedad mayoritariamente politizada, y en consecuencia, cómo hacer oposición sin contenidos políticos. Hasta ahora le ha ido bastante bien de la mano de los medios y cierta asepsia urbana. Estos huérfanos de la política detestan a la política, en consecuencia, no desean dirimir los encuentros, desde la praxis y la dialéctica, dentro de ese terreno. Su intención no es otra que acotar los canales participativos: ni escuelas, ni hospitales, ni calles, ni plazas, ni centros barriales, ni centros culturales, ni clubes, ni universidades. Sólo los medios, en especial las corporaciones dominantes,  ahí se sienten como peces en el agua; para ellos la política es solamente eso: publicidad efectista y espasmo petulante.


Lectura Anexa:

A la Argentina le espera un "baño de sangre" si continúa con la "mexicanización de la lucha contra la delincuencia"




Comentarios

  1. en mexico la militarizacion ycartelizacion narco me parece q fue parte/culpa del acuerdo nafta y las incursiones de la fatídica dea
    en colombia otra ocupacion nefasta
    y ahora en brasil

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  2. Aplauso de pie, comparto en un 100X100 lo allí expresado, si bien me resultaría difícil escribirlo con tanta claridad.

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