El clima de época es el de los sujetos que combaten con pasión por su servidumbre... Conrado Yasenza
Un siniestro clima
de época
Fuente:
Por Conrado Yasenza,
periodista, poeta y docente para La Tecl@ Eñe
El triunfo de Cambiemos consolida el alineamiento de Argentina con el
avance de las derechas/ultraderechas en el mundo. Un corrimiento que desde lo
aspiracional identifica a grandes porciones sociales de nuestro país con el
exitoso en términos de marketing, técnica y mercado. El peligro de la
exaltación del enemigo interno como signo de época.
El
alineamiento de la Argentina al fenómeno del avance de las
derechas/ultraderechas en el mundo es un hecho convalidado en las elecciones
legislativas del 22 de octubre. El triunfo de Cambiemos consolida esa opción
política que ha sido revalidada en las urnas y que no debe analizarse sólo
desde los marcos de interpretación endógenos. Las derechas neoliberales han
trazado estrategias políticas y comunicacionales muy efectivas para provocar un
corrimiento en el límite de lo políticamente incorrecto para volverlo aceptable
y deseable por amplios conjuntos sociales.
Tomemos como ejemplo Alemania y Brasil. En Alemania el partido de
ultraderecha AfD- Alternativa para Alemania- logró colocar a miembros del
partido en 13 de los 16 parlamentos regionales. AfD es un partido que aglutina
a sectores neonazis, etnonacionalistas, islamófobos y unionistas europeos
desencantados con Merkel y el Euro. AfD sedujo a una franja de votantes
heterogénea derribando la culpa histórica del holocausto y reavivando los
miedos latentes expresados en el migrante, el otro-diferente que pone en riesgo
la distribución de los recursos sociales del Estado, el trabajo y que
reactualiza la identificación del migrante con el terrorista.
En Brasil, el presidente interino Michel Temer, que llegó al cargo
luego promover el Impeachment/juicio político a Dilma Rousseff, inauguró un
gobierno de corporaciones que produjo la reforma laboral que retrotrae las
condiciones de trabajo al siglo XIX, es decir, reinstaló la esclavitud y la
explotación del hombre por el hombre, además de reducir los presupuestos para
salud y educación, y avanzar en un plan de reforma tributaria y previsional que
incluye la elevación de la edad jubilatoria universal a 65 años. Brasil también
enfrenta el avance de la derecha xenófoba liderada por el grupo “Derecha San
Pablo” que viene realizando manifestaciones en contra de la Ley de inmigración
que el congreso brasilero aprobó. Las consignas: “No queremos la islamización de Brasil”, “Fuera comunistas” “Soberanía para Brasil”.
Argentina experimenta ese corrimiento hacia expresiones de derecha
que desde lo aspiracional se identifican con el exitoso en términos de
marketing, técnica y mercado, y en tanto deseo subjetivo e individuado.
Amplios sectores de nuestra sociedad evidencian una inquietante
inclinación hacia opciones políticas conservadoras expresadas en un discurso que
propone una nueva versión del fin de los grandes relatos y se ofrece como el
cambio hacia un país moderno e integrado al mundo. Cambiemos es esa fuerza de
coalición que aglutina en su seno a los herederos de la Campaña al desierto y
la ley de enfiteusis con el balbinismo radical y los millennials del Big Data.
Cambiemos es ya una fuerza política extendida por todo el país que con la
potencia de ese impulso llamado la ola amarilla, está cambiando la matriz
cultural de nuestra sociedad. La propuesta es la de una sociedad sin deuda
histórica. Nadie le debe nada a nadie es el lema, porque la construcción del
proyecto de vida es individual y se forja con el esfuerzo personal, ese que
repite la catilinaria devaluada del “a mí no me regalaron nada, todo lo hice
solo y trabajando”. Es sabido, aunque negado, que el Estado es el
que ofrece el marco regulatorio de posibilidades para el desarrollo y
crecimiento individual y colectivo, pero la aparatología técnico comunicacional
de las derechas trastoca ese valor positivo en plena negatividad. Hegel y
Spinoza lo advirtieron. El clima de época al que se refieren periodistas y
politólogos es el de los sujetos que combaten con pasión por su servidumbre.
Cambiemos encarna el laboratorio gélido donde se procesa esa pasión por la
explotación. Ese es el verdadero cambio: El mal revestido de pasión calculada
sometida a segmentación de perfiles. El mal es una categoría filosófica que
expresa ausencia del bien. Aristóteles se refirió al mal desde el bien al
considerar que las buenas acciones son aquellas que conducen al logro del bien
del hombre (se entiende que es un hombre colectivo, social) por lo tanto toda
acción que se distraiga de lograr el bien común se aproxima al mal como ausencia
de ese fin. Cambiemos con su ropaje de pasión alegre nos arroja al dominio de
la filosofía del nuevo amo. El esclavo liberado pidiendo a gritos su coctel de
ansiolíticos informacionales para no enfrentar la responsabilidad ética que
implica ejercer esa libertad. Es mejor, entonces, ingerir la píldora que el
conglomerado comunicacional concentrado ofrece y que nos acerca en mansedumbre
al administrador de nuestras libertades, el racionalizador de nuestras vidas,
el regulador de nuestros deseos que en el capitalismo se satisfacen en el
consumo de todo tipo de mercancías de uso y cambio. Quienes puedan, un atuendo
en el que el logo no es precisamente el conocimiento de cómo el ropaje no nos
viste sino que nos consume. En los que menos posibilidades recibieron, la
ilusión de un provenir mejor, es decir, el consumo de una esperanza no
liberadora, el espejismo de agua en un desierto que se ha elegido.
En el cambio de la matriz cultural que
Cambiemos opera, el otro sólo es concebido como un competidor aceptable en
tanto emprendedor gregario. El self
made-men que mira
con recelo al trabajador silvestre, precarizado, cuando no con odio al
organizado en economías populares. El mismo que envidiará el progreso de su
vecino hasta desearle la desgracia del fracaso en el camino hacia su hechura
como hombre emprendedor, el propietario de su destino que como tal no ve en la
filosofía del robo de ladrillos arltiana un hurto sino una condición de su
existencia como propietario. Ese es el hombre sin deuda y sin historia, en este
tiempo de desmemoria y degradación del Estado de Derecho, una memoria que creíamos
consolidada como un bien de nuestra democracia, memoria del derecho humano que
cruje como una hoja aplastada en el piso otoñal, Estado de Derecho arrasado por
la reactualización del horror en la desaparición forzada y muerte de Santiago
Maldonado, y en la privación/secuestro ilegal de la libertad de Milagro Sala.
¿Qué puede ser más aterrador en sociedades que han virado hacia un
estado conservador que un otro denunciante de la violación de los derechos
fundamentales de los seres, un enemigo interno/externo? El gobierno de Macri
transformó a Santiago Maldonado, mediante diversas operaciones
político-comunicacionales, en un hippie sucio, drogón, artesano, agente
Británico, terrorista kurdo/colombiano, miembro de la “célula” RAM que intenta
cooptar la Patagonia y declarar un Estado Separatista Mapuche. El enemigo
interno de la sarmientina “Patagonia chilena”. Hay que reafirmar una cuestión
fundamental: Como lo escribió el periodista Juan Alonso (la cita es tomada de una nota escrita para Nuestras Voces antes
de confirmarse la muerte de Santiago), Santiago Maldonado “fue llevado por otra
testigo desde El Bolsón en la mañana del 31 de julio. Eligió ir a Cushamen para
reclamar por la libertad del lonko mapuche Facundo Jones Huala, que debe
enfrentar un nuevo juicio de extradición pedido por Chile. Es decir: Santiago
es un joven de 28 años con fuertes convicciones espirituales, intelectuales y
políticas. No es un artesano, es un militante de la paz y del derecho ancestral
de los pueblos originarios por sus tierras que preceden a los estados y a la
colonia española.”
Santiago murió en el marco de un operativo ilegal llevado a cabo
en forma coordinada por Gendarmería Nacional y el jefe de Gabinete del
Ministerio de Seguridad, Pablo Nocetti, y con el aval de la ministra Patricia
Bullrich y el presidente Mauricio Macri.
Lo alarmante es que la construcción de ese enemigo que altera la
“normalidad” de un orden social instituido hace mella fácilmente en la
superficie de una sociedad en la cual ese sentimiento de odio/rencor es una
latencia en estado de erupción constante. Santiago Maldonado puso el cuerpo y
sus convicciones en el centro de los intereses del poder geopolítico. La
Patagonia de Benetton y Joe Lewis, el magnate inglés amigo del Presidente
Macri, que además es el mayor accionista privado de Edenor.
Cambiemos hizo campaña alimentando el odio hacia ese enemigo
interno, una medusa cuyas cabezas portan la efigie de Santiago, Milagro Sala,
Cristina Fernández y las diferentes representaciones del kirchnerismo.
Este es el espíritu de la época que nuestras elecciones ha
consagrado. La hora del “reformismo permanente”, la primera elaboración
conceptual del presidente, que alista con premura y exigencias de ultimátum del
poder económico, la reforma laboral, previsional y tributaria. El tiempo de
dialogar con quienes queden, luego de reagrupamientos esperables, en el lado
confortable del “peronismo racional” y del movimiento obrero organizado
alineado a los deseos reformistas del poder económico. La participación de sectores
gremiales en el último coloquio de IDEA, así lo evidencia.
Un tiempo caníbal y siniestro, aunque politólogos, cientistas
sociales y periodistas intenten morigerar presentándolo como el destino que una
sociedad libre ha elegido en elecciones democráticas para el conjunto del país.
Y el lunes a pagar el codificado para ver fútbol, con alegría, y el que no pueda que se cague.
ResponderEliminarNos robaban la plata con el fútbol para todos, ahora yo voy a garpar y no dejar que me roben.
Por fin vamos encaminando un país como a los patronzitos les gusta.
"Reformismo Permanente". No es la primera conceptualización del Presidente. Alguien de su cercanía la plagió (y retorció hasta lo irreconocible para que encaje). Lo que quiere decir que Alguien, lee con mucha atención la blogósfera peronista y la vampiriza.
ResponderEliminarPD. el artículo de MA García, altamente recomendable y en total consonancia (mucho más ampliada si cabe, que el de La Tecla Eñe). Saludos.
https://abelfer.wordpress.com/2017/07/29/marco-aurelio-garcia-y-el-populismo/