Por Michael Roberts, reconocido
economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense
como analista económico y publica el blog The Next Recession., para
Revista Sin Permiso
Fuente:
http://www.sinpermiso.info/textos/la-paradoja-global-del-capitalismo
A la mayoría de la
gente se le ha pasado por alto, pero los servicios de inteligencia de Estados
Unidos, también han analizado recientemente la evolución de la economía
mundial. La Oficina del Director de Inteligencia Nacional (DNI) ha publicado su
última evaluación, denominada Tendencias
Globales: La paradoja del progreso, que "explora las tendencias y
escenarios de los próximos 20 años" .
El DNI llega a la
conclusión de que el mundo está "viviendo una paradoja - los
logros de la era industrial y de la información están dando forma a un mundo
tan peligroso como rico en oportunidades. Las decisiones humanas determinarán
si prevalecen las oportunidades o los peligros". El DNI elogia
al capitalismo de los últimos decenios por "conectar a las personas,
potenciar a los individuos, grupos y estados y sacar a mil millones de personas
de la pobreza en el proceso”.
Pero los ojos y los
oídos del capital estadounidense está preocupado por el futuro. Temen "choques
como la primavera árabe, la crisis financiera mundial de 2008, y el aumento
global de las políticas populistas, anti-sistema. Estos choques revelan la
fragilidad de los logros alcanzados, y subrayan profundos cambios en el
panorama global que auguran un futuro cercano oscuro y difícil".
Todos estos desarrollos son malos para el capital global y la supremacía
estadounidense, al parecer. Y el DNI reconoce que las cosas no van a
mejorar. "Los próximos cinco años
serán testigo del aumento de las tensiones dentro y entre países. El crecimiento global será más lento, en la
medida que desafíos mundiales cada vez más complejos se confirman".
¿Cual es la
respuesta? Pues bien, este comentario del informe de DNI lo expone sin adornos:
"Será tentador poner orden en este caos
aparente, pero en última instancia sería demasiado costoso a corto plazo y
fracasaría a largo. Dominar
a unos actores cada vez más poderosos en múltiples dominios requerirá recursos
inaceptables en una era de crecimiento lento, límites fiscales, y fuerte deuda.
Domésticamente, implicaría el fin de la democracia, produciendo autoritarismo o
inestabilidad o ambos. A pesar de que la capacidad material seguirá siendo
esencial para mantener el poder geopolítico y del estado, los actores más
poderosos del futuro se apoyarán en redes, relaciones e información para
competir y cooperar. Esta es la lección de la política de grandes potencias en
la década de 1900, incluso si esas potencias tuvieron que aprender y volver a
aprender de nuevo".
En otras palabras,
si bien sería mejor simplemente aplastar a la oposición y "poner
orden" en intereses de Estados Unidos, probablemente no es
posible con una economía mundial débil y falta de fondos. Es mejor tratar
"recurrir a las redes, las relaciones y la información"
(es decir, al espionaje y la manipulación) para obtener la "cooperación".
Pero no va a ser
fácil que EE UU mantenga su posición dominante y la del capital, según el
informe del DNI, porque la globalización "ha erosionado las clases
medias occidentales (léase
clases trabajadoras) y
alimentado una reacción contra la globalización". Por
otra parte, los flujos migratorios "son ahora mayores que en los
últimos 70 años, amenazando con vaciar las arcas del estado del bienestar y
aumentando la competencia por los puestos de trabajo, reforzando los impulsos
anti-élite y xenófobos". Y "el débil crecimiento sumado
a las alteraciones tecnológicas de los mercados de trabajo pondrán en peligro
la reducción de la pobreza y aumentarán las tensiones internas en los países en
los próximos años, lo que a su vez alimentará el nacionalismo que contribuye a
hacer crecer las tensiones entre los países".
Como ven, el
problema es que la población de Estados Unidos y sus aliados capitalistas es
cada vez más vieja y las nuevas potencias tienen poblaciones más jóvenes y más
productivas. Sin embargo, el capitalismo no puede satisfacer las necesidades de
estas poblaciones en aumento en los llamados 'países en desarrollo'. Mientras
tanto, "la automatización y la inteligencia artificial amenazan con cambiar la
estructura productiva más rápido que la capacidad de adaptación de las
economías, lo que podría desplazar trabajadores y bloquear la vía habitual de
desarrollo de los países pobres". A lo que hay que sumar el
cambio climático y los desastres ambientales que conlleva. Todo esto va a
"hacer más difícil gobernar y cooperar y va a cambiar la naturaleza del
poder, transformando de manera fundamental el panorama global".
No es una
perspectiva la que se ofrece por debajo de toda la palabrería optimista y
fanfarria que oímos a la élite rica en Davos el mes
pasado. Por el contrario, el DNI cree que "los
desafíos serán significativos, con una disminución de la confianza del público
en los líderes e instituciones, una mayor polarización política, y unos
ingresos del gobierno limitados por el modesto crecimiento y el aumento del
gasto social. Por otra parte, los avances en robótica e inteligencia artificial
tenderán a perturbar aún más los mercados de trabajo”. El DNI
intenta dar esperanzas al final de esta letanía de peligros para el capitalismo
global, pero no es convincente.
He escrito antes
sobre las señales
cada vez más evidentes de que la era de la globalización y de la expansión del
capital a expensas de los trabajadores está agotándose en todas partes. Otro
indicador de ello ha sido un informe de Global Financial Integrity (GFI), una
fundación de EE UU, y el Centro de Investigación Aplicada en la Escuela Noruega
de Economía. El informe
encontró que la falsificación de la facturación comercial y de los paraísos
fiscales hace pensar que los dadores de este mundo son en realidad tomadores. El GFI ha calculado
todos los recursos financieros que se transfieren entre los países ricos y los
países pobres cada año: no sólo la ayuda, la inversión extranjera y los flujos
comerciales, sino también las transferencias no financieras como la cancelación
de la deuda, las transferencias unilaterales como las remesas de los
trabajadores, y las fuga de capitales no declaradas (como veremos más adelante).
Lo que descubrieron es que el flujo de dinero de los países ricos a los países
pobres palidece en comparación con el flujo en la otra dirección.
En 2012, el último
año del que tenemos datos, los países en desarrollo recibieron un total de $
1,3bn, incluyendo todas las ayudas, las inversiones y los ingresos procedentes
del extranjero. Pero ese mismo año unos US $ 3,3bn salieron fuera de ellos. En
otras palabras, los países en desarrollo enviaron $ 2 billones más al resto del
mundo de lo que recibieron. Si nos fijamos en todos los años desde 1980, estas
salidas netas suman $ 16,3bn - que es la cantidad de dinero que se ha drenado
del sur global durante las últimas décadas.
Los países en
desarrollo han transferido más de $ 4.2 billones en concepto de pago de
intereses desde 1980 -
una transferencia directa de efectivo a los grandes bancos en Nueva York y
Londres, en una escala que empequeñece la ayuda que recibieron durante el mismo
período. Otra gran partida son las ganancias que los extranjeros obtienen de
sus inversiones en los países en desarrollo y luego repatriar a casa. Pero, con
mucho, la mayor parte de las salidas tienen que ver con movimientos no
registrados - fuga de capitales -, por lo general ilícitos. GFI calcula que los
países en desarrollo han perdido un total de $ 13.4 billones a través de la
fuga de capitales no registrados desde 1980.
La mayor parte de
estos flujos no registrados tienen lugar a través del sistema de comercio
internacional. Básicamente, las empresas - nacionales y extranjeras por igual -
registran precios falsos en sus facturas comerciales con el fin de sacar dinero
de los países en desarrollo directamente con destino a paraísos fiscales y
cuentas secretas, una práctica conocida como "falsificación
de la facturación comercial". Por lo general, el objetivo es
evadir impuestos, pero a veces esta práctica se utiliza para lavar dinero o
burlar los controles de capitales. En 2012, los países en desarrollo perdieron
$ 700 mil millones a través de la adulteración de los precios comerciales, lo
que superó la recepción de ayuda ese año por cinco.
Pero ahora el
crecimiento del comercio mundial se ha reducido al mínimo y los flujos de
capital también están disminuyendo.
Se ha hecho más difícil para las multinacionales y los bancos explotar los
países del sur global para compensar la caída de la rentabilidad en el
hemisferio norte.
La
proporción de crecimiento importado en relación con el crecimiento del PIB real
en las principales economías ha caído drásticamente.
El
informe del DNI sugiere que el aumento de la rivalidad por el botín del
imperialismo en la década de 1900 condujo a una guerra mundial. El DNI reconoce
que "a pesar de que la capacidad
material seguirá siendo esencial para mantener el poder geopolítico y del
estado, los actores más poderosos del futuro se apoyarán en redes, relaciones e
información para competir y cooperar". ¿Competir y cooperar? ¿Con Trump en la
presidencia?
El capitalismo fracazo de hace rato, concentra en unos pocos todo y paraliza economias, es un sarcofago de oro con el cadaver de una economia adentro.
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