Joaquín
Morales Solá escribió el 25 de Enero en La Nación: “Párrafo aparte merece el cambio de día para el feriado del 24 de
marzo, aniversario del golpe militar de 1976. Tal como está el almanaque de
este año y de los próximos dos, el cambio de día resulta absolutamente inútil.
El Gobierno decidió conservar el feriado de ese día, instaurado como no laboral
e inamovible por el gobierno de Néstor Kirchner en 2006. Varias organizaciones
de derechos humanos cuestionaron en su momento esa decisión porque consideraron
que le daba a la fecha un carácter festivo. No fue ésa la intención, desde ya. El
24 de marzo de este año será un viernes. ¿Para qué cambiarlo al lunes si lo
mismo hubiera significado un feriado largo? Los próximos dos años caerá un
sábado y un domingo sucesivamente. El primer problema lo tendrá el gobierno que
esté en el año 2020, cuando caerá un martes. La modificación de día carece de
sentido político porque hiere la sensibilidad de sectores sociales y somete al
Presidente a una polémica inservible”.
Como vemos no se
trata de la corrección de una errata política, y más lejos está el Presidente de
reconsiderar la medida de eliminar el feriado del 24 de marzo desde lo histórico,
lo humanístico o lo ético. Menos lo es para no promover nuevas heridas. Es una
simple especulación calendaria, almanaque mediante, Macri obedece al instructivo
emitido por sus mandos naturales. Nadie puede creer en los falsos
arrepentimientos de una casta gobernante que se dedica a destruir no solo los
derechos populares sino también sus símbolos más sentidos...
Un detalle no menor que me permito observar. ¿Por qué la tribuna de doctrina, aliada al gobierno, expone públicamente y con tanta crudeza la escasa inteligencia de Macri para evaluar el impacto de sus decisiones políticas ?.. Me llama la atención el sincericidio
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