Los Indecisos por Aníbal Malvar para Diario
Público de España
Aclaración: Texto adaptado a nuestras tierras, incluye licencias tomadas que en ningún momento fueron autorizadas por el autor. Al final del post se adjunta la fuente de la crónica original...Los comentarios merecen la pena...
Los indecisos tienen un encanto especial.
Resulta que suponen más de un tercio aun de los posibles votantes y sin
embargo, por mucho que buscas, nunca te encuentras a uno. Yo he pasado años
rastreando a un indeciso para hacerle una foto desnudo y vendérsela a la
portada de Interviú, y no
hay manera. El hombre medio es terco en sus errores, pero jamás indeciso. Las
encuestas engañan. Un solo podría ser indeciso por decisión propia y firme, así
que hay que meditar si esto de los indecisos no será otro bulo sociológico
nuestro.
Una variante es el votante improvisador. Eso
nos va más. El improvisador es, paradójicamente, un votante previsible.
Protesta y grita durante toda la jornada electoral dejándonos los bares
inhabitables y, casi a las ocho, se acerca a las urnas para votar lo de
siempre.
A este votante, que seguiremos llamando
indeciso para no afear las demoscopias, es al que van dirigidos los discursos
electoralistas más burdos. O sea, casi todos. El votante indeciso no necesita
ideas que lo alimenten, sino espuelas que se le claven en el costillar para
lanzarlo a votar al galope. Yo creo que estas masas de indecisos, al final, son
las que más votan. Y la abstención está poblada de cambiadores del mundo que lo
tienen todo tan claro que al final no ven necesario acercarse a las urnas.
Hablo mucho estos días con candidatos de la
nueva y la vieja izquierda, y todos coinciden en decirme que las encuestas minimizan
sus posibilidades reales. Yo les llamo ingenuos y se me enfadan. La izquierda
no se da cuenta de que Argentina es un país de derechas, y lo seguirá siendo, a
causa de los indecisos. Es una pena decirlo, pero los indecisos siempre serán
el gran lastre de nuestro derecho a decidir.
El indeciso, en el fondo, es un cobarde.
Frena los grandes cambios porque estos no le permitirían seguir siendo
indeciso. El indeciso nunca será tan azaroso como para arriesgarse al cambio, y
el elector revolucionario ha visto cómo su ilusión se desvanecía en la blandura
del neodiscurso conciliador de una segunda versión edulcorada. Si realmente se
quiere cambiar el mundo, hay que despreciar ese voto somnoliento del indeciso.
En caso contrario, esa joven izquierda debería cambiar su nombre y rebautizarse.
Triste.
http://blogs.publico.es/rosa-espinas/2015/05/20/los-indecisos/
Bueno, es mas o menos como tratar de conocer que piensa realmente "el que piensa diferente"
ResponderEliminarJaja.
EliminarLa nota de Aniba Malvar trata un poco mal al indeciso(el indeciso es un cobarde),tengan en cuenta que es un tipo que contesta no se a un encuestador en la calle o a un llamado no solicitado (que cae siempre en mal momento) .Hay que ver como se hace la encuesta si vienen con muchas preguntas si requieren muchos datos personales etc no quiere decir que la persona no tenga algo en mente
ResponderEliminarEstupidez con las manos
ResponderEliminarbardo con los pies
altos y enanos
visten con la misma piel
arengador suburbano
dijo tente fe
creí que era hermano
pero siempre desconfié
porque yo soy un indeciso
la verdad es que nunca supe bien que hacer.