Una mujer sola, sin estudios y de origen indígena,
se alzó a principios del siglo XX en su tierra natal, El Salvador, en defensa
de los derechos de la mujer. Prudencia Ayala escribió libros, columnas de
opinión, fundó su propio diario y llegó a escandalizar a todos con su intento
de llegar a la presidencia de un país en el que le estaba vetado el voto a las
mujeres. De origen
indígena y humilde, Prudencia Ayala nació en Sonzacate el 28 de abril de 1885.
A pesar de que sus padres, Aurelia Ayala y Vicente Chief, quisieron para ella
una buena educación, la falta de recursos económicos impidió que Prudencia
pudiera estudiar más allá del segundo grado. La salida de la escuela no frenó
sin embargo las inquietudes intelectuales de la niña. Mientras ayudaba a la
economía familiar trabajando de costurera, siguió estudiando por su cuenta. Su formación
autodidacta la llevó a publicar artículos de opinión en el Diario de Occidente
desde 1913. Prudencia también escribió y publicó varios libros demostrando un
gran talento para la literatura.
Además
de escribir para varios diarios de El Salvador, Prudencia fundó “Redención
femenina”, un periódico en el que plasmó todas sus ideas feministas. Además de su fama como articulista, Prudencia fue
conocida por sus extrañas visiones y predicciones de futuro. Aunque muchos la
tacharon de loca, lo cierto es que llegó a predecir algunos hechos históricos
como la caída del káiser alemán o la entrada de Estados Unidos en la Gran
Guerra. Fueran verdad o no, sus visiones se publicaron en los periódicos de
Santa Ana por lo que fue conocida popularmente como la Sibilina santaneca. Más allá de esta anécdota, el papel de Prudencia
Ayala como defensora de los derechos de la mujer, fue mucho más importante. De
hecho, sus escritos en los periódicos y sus publicaciones la llevaron incluso a
la cárcel en varias ocasiones. Pero Prudencia no se acobardó y continuó con su
labor hasta llegar a la máxima provocación. En un país en el que no existía el
sufragio femenino, Prudencia se presentó en 1930 como candidata a la
presidencia de El Salvador por el Partido Unionista. Por supuesto que las
estructuras cerradas de aquellos tiempos le impidieron llegar lejos en su
aspiración a presidenta, pero Prudencia abrió un importantísimo camino para las
futuras mujeres que trabajaron por los derechos de su sexo. Tendrían que pasar
aún 20 años para que las mujeres consiguieran el derecho pleno para votar.
Prudencia Ayala murió seis años después, en 1936, pero su nombre es recordado
no sólo con una calle de la capital salvadoreña que lleva su nombre sino por
ser una de las primeras activistas que en Latinoamérica lucharon por los
derechos humanos de las mujeres.
Fuente:
Mujeres en la Historia
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