Era una mujer negra y pobre, pero con espíritu
patriótico invaluable, se enlisto en el ejército junto a sus hijos y su marido.
Durante la BATALLA DE TUCUMÁN,
María Remedios le solicitó a
Belgrano que la dejara asistir a los soldados heridos, pero Belgrano negó
la petición; sin embargo ella en vez de darse media vuelta y marcharse se
escabullo en la batalla para asistir y alentar a los soldados, que no tardaron
en llamarla “la madre de la patria”. Belgrano al ver toda esta situación y la
valentía de esta desafiante mujer la nombro Capitana de su ejército.
María Remedios combatió en las batallas de
Desaguadero, Salta, Vicapugio y en Ayohuma, en esta última fue herida y tomada
prisionera. A pesar de estar herida su fuerza seguía intacta, ayudo a varios
oficiales a escapar pero fue descubierta y por nueve días fue azotada
públicamente, los látigos no pudieron calmar a esta aguerrida mujer que logro
huir de sus enemigos para continuar luchando por su patria.
Cuando termino la guerra María Remedios se
encontraba sola, sus hijos y marido habían muerto en la guerra, lo único que le
quedaba era su grado de Capitana otorgado por Belgrano; y así fue como esta
mujer valiente que no le tuvo miedo a nada y se adentro en el campo de batalla
para pelear contra el enemigo, que dejo todo por su patria, quedo en la
completa pobreza mendigando por las calles, sin que nadie reconociera que esa
loca mendiga era la brava “madre de la patria”, olvidada en un rincón, llena de
cicatrices que le recordaban su ardua lucha.
Juan José Viamonte, que por ese entonces era
diputado, se cruzó con María Remedios en la Plaza de Mayo, indignado
al ver en la situación que se encontraba aquella noble mujer, solicitó
en septiembre de 1827 que se le otorgara una pensión por sus
servicios de guerra.
Pasado un año del pedido de Viamonte y tras
largas discusiones se decide otorgarle un sueldo como Capitana de la
infantería, lamentablemente este dictamen nunca se cumplió y María Remedios no
cobro ni un centavo.
“La madre de la patria” murió en 1847 en la
pobreza y el olvido, sin que quedara ni un solo retrato de esta valiente mujer
que soporto, dio todo y peleo por su patria, esa patria que vio constituida y
le dio vuelta la cara.
Fuente: http://chevil.fullblog.com.ar/
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