En
su edición del 13 de marzo de 1812, La Gaceta (periódico fundado por Mariano
Moreno) daba cuenta de que días antes había arribado a Buenos Aires la fragata
inglesa George Canning y que en esa nave había regresado al país,
con un grupo de oficiales nativos, el teniente coronel de caballería don José
de San Martín.
Tres
días después de haber desembarcado, José de San Martín puso su espada a
disposición de las autoridades locales, que, como respuesta, le confiaron la
organización de un regimiento de granaderos.
Por
ese tiempo se le abrieron las puertas de la casa de don Antonio José de
Escalada, fervoroso partidario de la independencia americana, y tuvo así
oportunidad de conocer y tratar de cerca a Remedios. Menuda, frágil, de aspecto
enfermizo pero dotada de singular encanto, la jovencita no tardó en conquistar
el corazón del soldado. El noviazgo fue muy breve, y el 12 de setiembre de 1812
se celebró la boda. Ella no había cumplido aún los quince años; el frisaba ya
en los treinta y cinco. La quinta de José Deniaría, situada en las
barrancas de San Isidro, sobre el Río de la Plata, fue el escenario de la luna
de miel.
Después
de un lapso de aislamiento fue necesario retornar a la vida de todos los días.
San Martín tenía que retomar sus obligaciones de militar. Su flamante esposa
debía dedicarse a la atención de su nuevo hogar. No es improbable que Remedios
haya sentido por entonces sus primeras angustias como mujer de soldado, al
enterarse de que en San Lorenzo, combate felizmente concluido con la derrota de
las fuerzas realistas, su marido había estado a punto de perder la vida.
EL CAMINO
En
1814 Remedio soportó una dura prueba. En el mes de abril San Martín, que desde
enero de ese año se hallaba en Salta donde había asumido el mando del Ejército
del Norte, se vio obligado, al advertir los primeros síntomas de la dolencia
gástrica que en adelante habría de aquejarlo casi sin tregua, a trasladarse a
Córdoba y pasar una temporada de descanso en una finca campestre.
El
reencuentro de los esposos se demoró hasta el 7 de setiembre, fecha en que
Remedios llegó a Mendoza, capital de la región precordillerana de Cuyo de la
que su marido había sido designado gobernador-intendente. Con su don de gentes
y su capacidad para organizar reuniones que evocaban las que solían celebrarse
en su casa paterna, Remedios no tardó en granjearse el afecto de los
mendocinos. Y cuando San Martín recabó el aporte popular para poder afrontar la
adquisición de pertrechos para su ejército, fue ella, con su ejemplo, quien
decidió a las damas de la sociedad local a donar sus joyas.
Allí,
en la hospitalaria Mendoza, al pie de los Andes, Remedios fue madre por primera
y única vez: el 29 de agosto de 1816 dio a luz una niña que se llamó Mercedes
Tomasa de San Martín y Escalada.
Un
mes antes, en Tucumán, se había declarado la independencia argentina. Hacia
fines de ese año, en una fiesta de Navidad, San Martín manifestó su deseo de
que el ejército con que se aprestaba a cruzar los Andes tuviera una bandera.
Espontáneamente cuatro jovencitas se ofrecieron a confeccionarla; al grupo se
sumó en seguida Remedios, que se encargó de bordar el sol y los laureles que
rodean el escudo. En la madrugada del domingo 5 de enero de 1817 quedó
terminada la bandera, que horas después fue bendecida por el reverendo padre Guiraldes
y jurada por las huestes que atravesarían la Cordillera para expulsar de Chile
a los españoles.
La
única carta de puño y letra de Remedios que ha llegado hasta la posteridad, y
que se conserva en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, alude al
episodio: "Mendoza, 4 de enero de 1817. Srta. Laureanita Ferrari. Mi
muy querida amiga: te ruego mañana vengas tan temprano^ como posible te sea;
almorzaremos juntas y luego iremos a presenciar la jura de la bandera, primor
salido de tus manos y de las de nuestras buenas amigas Merceditas Álvarez y
Margarita Corvalán. La señora de Husi se quedará esta noche en casa.
Almorzaremos a las once. Recibe el respetuoso saludo para tus padres, y para ti
el cariñoso abrazo de tu amiga íntima. Remedios Escalada de San Martín."
La
partida del Ejército Libertador estaba fijada para el 24 de enero; unos días
antes Remedios y su hija regresaron a Buenos Aires. Allí les llegó, exactamente
un mes después, la noticia del triunfo de Chacabuco. Y en febrero tuvieron
junto a ellas, por unos días, al vencedor de los Andes.
LOS ADIOSES
La
nueva separación se prolongó hasta después de Maipú, batalla liberada el 5 de
abril de 1818, que aseguró definitivamente la independencia de Chile. En Buenos
Aires, el 5 de mayo, Remedios olvidó momentáneamente las preocupaciones que le
causaba su decaída salud: ese día, en la casona paterna asomada a la Plaza
Mayor, San Martín, Merceditas y ella volvieron a disfrutar plenamente de la
vida en familia. La dicha de estar juntos se prolongó durante casi un año, gran
parte del cual lo pasaron en Mendoza.
A
principios de 1819, cuando San Martín inicia la campaña del Perú, Remedios
emprendió con Merceditas el que habría de ser su último viaje a Buenos Aires.
Para entonces, la tuberculosis había minado totalmente su organismo, y fiebres
altas y constantes accesos de tos la obligaban a permanecer en cama jornadas
enteras. Los médicos, sin dar ni negar esperanzas, agregaron a las pócimas y
los sellos una ambigua sugerencia: "Quizás un lugar de aire más puro...,
en una quinta de los alrededores...
Remedios
acató esa prescripción e hizo arrendar una finca en los suburbios. Allí recibió
la noticia de la muerte de su padre, ocurrida el 16 de noviembre de 1821, y se
enteró de que San Martín, luego de libertar el Perú, había decidido retirarse
definitivamente de la escena política para evitar un conflicto entre los
pueblos hermanos de América.
En
la misma finca dejó de existir el 3 de agosto de 1823, sin que se cumpliera su
último deseo: volver a ver al esposo y guerrero ausente. Al regreso, este hizo
grabar en la lápida bajo la cual reposaban sus restos la sobria inscripción: "Aquí
yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín."
Fuente
Consultada: Vida y Pasión de Grandes Mujeres - Las Reinas - Elsa Felder
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