Grandes Mujeres de la Historia
Margaretha Geertruida Zelle
Sus dotes de seducción y sus amoríos con personajes de la época a
quienes frecuentaba le hicieron obtener muy pronto el éxito y la fama. Sin
embargo, esas relaciones con la alta oficialidad europea durante la guerra del
catorce la envolvieron en un oscuro episodio de espionaje, del que fue a la vez
participante y víctima, pues su carrera mundana fue trágicamente tronchada por
un pelotón de fusilamiento.
Ella
misma lo decía "Desde chica me fascinaron los uniformes". Y en
efecto, en esos uniformes vendrían envueltas las sensaciones más intensas de su
vida la boca sonriente y tibia del amante y la boca fría y letal de los fusiles
apuntados a ella.
Margaretha Geertruida Zelle
vino al mundo el 7 de agosto de 1876 en la ciudad holandesa de Leeuwarden.
Los negocios de su padre —dueño de una próspera sombrerería- marchaban en esa
época viento en popa, y Adam Zelle pudo rodear a sus hijos, Margaretha, Ari
Anne, Cornelis Coenraad y Johannes, de una atmósfera suntuosa.
Desde
muy niña Margaretha se destaca netamente entre las otras chicas por su belleza.
En las distinguidas escuelas y colegios a los que asiste aprende lo necesario
para desenvolverse en un mundo refinado y elegante, además del inglés, el
alemán y otras materias elementales para una mujer culta de la época. Esta
formación, sin embargo, no llega a frenar su irreprimible tendencia a pisar las
candilejas: se la recordaba como la niña más atrevidamente vestida de
Leeuwarden, la de los gestos más rebuscados, la que contaba historias
fantasiosas, y la más descarada.
Pero
en 1889 su mundo rosado se desvanece: quiebra el negocio de su padre, y este,
sin abandonar su elegante sombrero de copa, su chaleco florido y su bastón,
escapa a La Haya.
Incapaz
de afrontar la situación, su esposa muere en 1891 y es enterrada por los
vecinos, mientras Margaretha da rienda suelta a su dolor encerrándose en la
casa y tocando el piano durante toda esa noche. Un tío la acoge luego en su
hogar, algo cohibido ante esta sobrina audaz y deslumbrante.
PRELUDIO JAVANÉS
Pocos años después Margaretha tiene ocasión de poner en práctica lo que sería su lema de toda la vida "Más vale ser amante de un oficial pobre que de un banquero rico". Pero el oficial Rudolph McLeod no le pide que sea su amante. Él busca—y para eso ha puesto un aviso en los periódicos- esposa legítima. Entre las cartas que recibe hay una que incluye osadamente una fotografía. Cita inmediata, flechazo, declaración fulminante, como cuadra a un militar. Y como a Margaretha no parece importarle que McLeod sea calvo, poco atractivo, sin patrimonio y veinte años mayor que ella, la boda se celebra sin dilaciones el 11 de julio de 1895.
Dos
años después el matrimonio se embarca rumbo a las Indias Orientales, ya con un
hijo, Norman John, a quien sigue a un año de distancia Jeanne Louise.
Se
establecen en Medán, isla de Java, y allí el pequeño Norman, de dos
años, muere envenenado. Unos hablan de la venganza de un subordinado de McLeod,
otros de la de una niñera con la que el oficial habría tenido amoríos.
Las relaciones entre marido y mujer habían andado mal des-de el principio, y en 1902 McLeod acepta, a instancias de Margaretha, retornar a Europa. Allí, tras un nuevo intento de convivencia, el matrimonio se deshace definitivamente. El oficial se queda con Jeanne, mientras Margaretha vuelve a refugiarse en casa de su tío.
El
telón caía así sobre otro capítulo de su vida, pero se iniciaban otros más
dramáticos. Marcha a París, "lugar-dice-donde huyen las mujeres que se
liberan de sus maridos".
NACE MATA HARI
París se hallaba entonces en el apogeo de la Belle Epoque, y el esnobismo y el gusto por lo exótico habían prendido fuertemente en la alta sociedad. Margaretha decide probar suerte, y en una muy exclusiva función de beneficencia se presenta como bailarina hindú. Para dar aliento a esta ficción posee ojos negros, cabello negro y, sobre todo, mucha imaginación.
Sus
extravagantes contorsiones logran éxito inmediato y pronto se le acerca un
personaje típico de la época, hombre serio o impostor, según los casos y los
días. Émile Guimet es un poderoso industrial aficionado al orientalismo
que ha fundado el muy valioso Museo Guimet, dedicado a las religiones de
todo el mundo, y donde dan conferencias los más prestigiosos especialistas.
Pero como buen hombre de negocios, sabe aprovechar la ocasión cuando se le
presenta, aun a costa de la superchería.
Así
es como anuncia que la bailarina "Mata Hari" (que en hindú significa
"ojo del sol" u "ojo de la mañana") se presentará en el
segundo piso de su Museo, para bailar "la danza de los siete velos",
en un templete hindú que ha hecho traer de Asia.
Al
día siguiente del debut llega la fama. Mata Hari deslumbra al "todo
París", más por su audacia que por su arte, y más por sus atavíos que por la
cadencia de sus movimientos. La fórmula es: sostén recamado de joyas, ancho
cinturón de pedrería, pulseras con extraños signos y, sobre todo, desnudez.
Baila
en los salones más aristocráticos de París, en el Trocadero y en el Olympia, en
la Ópera de Montecarlo y hasta en la Scala de Milán. Europa se rinde a sus
pies. Un industrial holandés lanza al mercado los cigarrillos ''Mata Hari"
y ella aplaude esta oportuna publicidad.
AMORES MARCIALES
Pero la danza hindú no acapara todo su tiempo. Otro uniforme surge en su vida: el de un noble alemán, oficial de alta graduación del Regimiento de Húsares de Westfalia. Von Kiepert alquila para su amante un suntuoso piso en la Nachosstrasse, en Berlín, y ella lo acompaña a las maniobras del ejército en Silesia. Entre tanto derrocha dinero a manos llenas, frecuenta los lugares más selectos y se relaciona con multitud de artistas, políticos, hombres de negocios y, por supuesto, militares.
Sin
embargo, la guerra se encarga de trastornar sus vínculos cosmopolitas. En 1914
se refugia en Holanda, donde vuelve a bailar con gran éxito de crítica y de
público. Allí encuentra también a otro oficial que la sostiene durante años con
suculentos cheques.
Pero
Holanda no era escenario apropiado para Mata Hari. En 1916 resuelve marcharse a
París pasando primero por Londres. Pero Sotland Yard desconfía ya de
esta bailarina con tantos amigos políticos y militares de diversas
nacionalidades y no le concede la visa. Es el primer anuncio de la tormenta.
LA BELLA Y LOS FUSILES
Lo que la lleva a Francia es, más que nada, la presencia en ese país de Vadim de Massloff, oficial ruso, sin duda el hombre a quien más amó, y que se encuentra en Vittel, en los Vosgos, a la sazón zona militar.
Para
llegar hasta allí debe entrevistarse con el capitán Ledoux, jefe del
Servicio de Inteligencia francés, quien tiene que darle autorización para que
se reúna con su amado.
Quiso
su destino fatal que Ledoux, por sugerencia de Scotland Yard, ya
la estuviera vigilando desde un año atrás. Astutamente, le propone "cooperar
con Francia", y Mata Hari acepta, a cambio del permiso para pasar dos
semanas entre los fuertes brazos del ruso, y de un millón de francos, que serán
su dote para casarse con él. Su primera y única misión se desarrolla en Madrid,
donde seduce con facilidad al agregado militar de la embajada alemana, quien no
tarda en revelarle importantes secretos militares.
Regresa
a Francia con su botín para reunirse con su amado, pero una orden de arresto la
arranca brutalmente de su embeleso. Acusada de espía, es conducida a la prisión
de Saint-Lazare. Siguen siendo oscuros los motivos que impulsaron a Ledoux
a denunciar a su propia agente. En todo caso, Mata Hari era inocente.
Pero
había tenido demasiados contactos con militares de demasiados países. Las
pruebas estaban en su contra, y el 18 de octubre de 1917 Mata Hari debe
enfrentar el pelotón de fusilamiento en el cuartel de Vincennes. Ni
siquiera en esta ocasión descuidó su apariencia: zapatos de taco alto, pesado
kimono de seda, amplia capa de terciopelo negro orlada con piel, sombrero de
fieltro de ala ancha. Afrontó los fusiles sin vendaje, y después de la
descarga, con el corazón destrozado, cayó con postrera elegancia.
Fuente Consultada:
Vida y Pasión de Grandes Mujeres - Las Reinas - Elsa Felder
Fascículos Ser Mujer Editorial Abril
Enciclopedia Protagonistas de la Historia Espasa Calpe
Notables Mujeres de la Historia
Vida y Pasión de Grandes Mujeres - Las Reinas - Elsa Felder
Fascículos Ser Mujer Editorial Abril
Enciclopedia Protagonistas de la Historia Espasa Calpe
Notables Mujeres de la Historia
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