Fascismo: Signo de civilidad del tercer milenio
Ningún país civilizado, o que aspire a
serlo, puede darse el lujo de prescindir de un par de millones de fascistas.
Hasta puede leerse como un síntoma de desarrollo y bonanza. Bienvenidos sean
entonces, solamente desde ese aspecto. Como se puede observar cierta visión
positivista intenta hallar en estos movimientos algún sentido para su
existencia. Las sociedades más avanzadas del planeta cuentan con importantes
sectores que abrevan de canteras totalitarias, cuestión que más allá de las
ideologías cruza transversalmente a las distintas expresiones de la política.
Los hay de derechas y de izquierdas, también existen en todas las religiones,
profesiones, razas y niveles culturales. Eso de no respetar la voluntad
popular, intentar quebrarla y si es posible apartarla de las decisiones
colectivas es moneda corriente en nuestras sociedades modernas. El ancestral
dilema entre el individuo por sobre el colectivo. En tanto y en cuanto la
política sepa ampliar derechos, incluir a amplios sectores de la sociedad,
equilibrar las rentas y tener políticas
sociales a favor de las mayorías nada hay que temer. Los Le Pen, los Capriles,
los Tea Party, los Carrió, existen y seguirán existiendo en todas las latitudes,
independientemente de la posición que cada país tenga en el concierto
internacional. Los hay dentro de las naciones hegemónicas como en aquellas
sociedades periféricas. El fascismo no es una ideología en sí misma, por más
que se la presente como tal, ya que le da lo mismo estructurarse dentro del
Estado o fuera de él a través de la actividad privada, es la simple y concreta
anulación del antagonista por medios violentos. Hace pocos días Hermes Binner
manifestó que era responsabilidad del Gobierno populista venezolano las 8
muertes devenidas de las protestas opositoras ante la no admisión del resultado
electoral. Para la lógica del dirigente Socialista (me parte el alma tener que
ubicarlo dentro de ese espectro que tanto defiendo) los transeúntes que
recorrían la Plaza de Mayo el 16 de Septiembre de 1955 fueron asesinados por el
Peronismo y no por la Revolución Fusiladora. Los “pobres” militares de entonces
fueron simples ejecutores de un dilema inexorable. Binner extendió aquel viejo
relato en donde la víctima forma parte del victimario como una secuencia
necesaria, a modo de causa-efecto. Crímenes comprensibles, muertes lógicas,
explicables. En algo andaban.
Los dirigentes que adhirieron y
protagonizaron la marcha de ayer ya no van a poder escindirse del desmadre de
sus hordas. Hoy son sus hordas, se hicieron cargo, han decidido suicidarse
políticamente en función del número. Como dijo Pino: “Con Lilita hacemos una
alianza ética (¿?) por encima de las diferencias políticas, intentamos
transversalizar la honestidad”. Según el criterio de Solanas da lo mismo un
Estado presente en la economía que un Estado ausente, da lo mismo un BCRA al
servicio de las necesidades colectivas que un BCRA al servicio del mundo
financiero, da lo mismo las AFJP que una administración previsional estatal, da
lo mismo una YPF nacional que una YPF privada, da igual una ley de medios que
los monopolios corporativos. Lo menciono debido a que todos esos proyectos
fueron rechazados por Carrió. A Solanas no lo conmueve la actividad de la
Carrió abogada chaqueña durante la dictadura. Reitero este concepto: “El
fascismo no es una ideología en sí misma, por más que se la presente como tal,
ya que le da lo mismo estructurarse dentro del Estado o fuera de él a través de
la actividad privada...” El fascismo se estructura a partir de eslóganes que
penetran en el inconsciente colectivo de manera tal nada pueda discutirse. Me
imagino una reunión política de estos dos personajes en donde dos fines nobles
se encuentren enfrentados. Una auténtica tragedia Griega. ¿Cómo lo evaluarán? ¿Desde
la política o desde la ética?. Y si dicha decisión supuestamente ética da como
resultado una política desdorosa para las mayorías populares ¿dónde está la
ética?. Pues para Carrió y para el Momo eso está dentro de Clarín, dentro de
las AFJP, dentro de Repsol. Resulta curioso observar a tantos políticos
encuadrados dentro de una marcha tan antipolítica. Fernández Díaz en su
editorial de hoy de La Nación afirma que se necesita a un Raúl Alfonsín, acaso
para aglutinar al movimiento. Si de algo estamos seguros es que Raúl Alfonsín,
más allá de tratar de capitalizar a la oposición, cosa legítima desde política,
sería notablemente más selectivo en cuanto a determinados personajes
enormemente contradictorios y apolíticos. El fascismo tiene mil rostros, por izquierda
y por derecha y en todos los casos los eslóganes dominan la escena, aquí y en
todo el mundo. La profundidad política brilla por su ausencia debido a que
dicha hondura revela el vacío del eslogan apenas resulta discutido. Mucho de
ello se escuchó ayer y en cada una de las marchas anteriores.
Tras los cantos de sirenas que enlozaron
los oídos y los odios de los dirigentes opositores debemos asumir que parte de
nuestra población está de acuerdo con los monopolios comunicacionales, con la
justicia tal cual está, que no importa la verdad, que sólo interesa el poder de
daño que pueda exhibir un periodista y sus falacias y que esto determine que
muchas personas sean condenadas más allá de su culpabilidad, de forma tal
recrear un gran campo de concentración en donde permanezcan presos
(parafraseando a Ibérico Saint Jean): funcionarios de todos los rangos,
“cómplices”, adherentes, familiares, amigos, militantes, silentes, colectivo
que en alguna oportunidad tuvo la desafortunada ocurrencia de enfrentar dentro del
marco de la democracia al poder real. Porque en el fondo de la cuestión de eso
se trata el dilema.
Pues entonces merezco la cárcel por estar
de acuerdo con la estatización de los fondos de pensión, por la AUH y por la
asignación para embarazadas, por YPF, por la ley de medios, por el plan de
vacunación para prevenir el HPV, por la política de subsidios, por los juicios
por la verdad, por Tecnópolis, por Conectar Igualdad, por el INCAA, por Canal
Encuentro, por el programa Libro %, por el 6.5 de presupuesto educativo, por la
nacionalización de Aerolíneas, por la democratización de la justicia, por las
cooperativas de trabajo, por la enorme libertad de expresión existente, por la
notoria baja de la pobreza y la indigencia con relación al 2003, por el baja en
los índices de mortalidad infantil y analfabetismo, por la renegociación de la
deuda, por la Fragata, por la ratificación de la soberanía de Malvinas en foros
internacionales, por la Patria Grande, por extrañar a Néstor, por amar a
Cristina, por la militancia juvenil, por la política de DD.HH, por la Ex Esma
como centro por la memoria y la cultura, por la paritarias, por la baja en la
desocupación, por el Fútbol para Todos y por el Automovilismo para Todos, por
intentar dilucidar los atentados de la AMIA y la Embajada, por haber
homenajeado en vida a Raúl Alfonsín, por los planes de inclusión motorizados
por el Gobierno y que desarrollan las organizaciones vecinales o entidades
intermedias, por estar a punto de llegar al hambre cero, por la recuperación de
la educación técnica, por la revalorización de la ciencia y sus actores, por la
cultura, por la TV pública y por Radio Nacional, por el Estado interviniendo
directamente en la economía, por los 2.5 millones de jubilados incorporados al
sistema, por la jubilación para Amas de Casa, por la recuperación del salario
con relación al 2003 en términos reales, por la enorme fiesta y alegría del
bicentenario, por el permanente estado
de debate interno dentro del oficialismo, por la actividad del Anses en el ámbito
de las inversiones estratégicas, por el plan Procrear, por la ciudad Tupac, por
la 125 que no fue, por el tenor de los adversarios, por la ruta 40, por la 14, por
la autopista Córdoba-Rosario, por la 72 (los del Pago recordarán cuanto de
incierta aventura tenía llegar hasta Sierra de la Ventana), por la movilidad
social, por las reservas como concepto autárquico, por el no alineamiento con
los organismos internaciones de crédito, por la lucha contra los fondos buitre,
por la explosión del turismo, por que cada vez más argentinos viajan al
exterior también, por el incipiente proceso industrializador, por el apoyo al
deporte olímpico, por el esfuerzo que se
hace para mejorar el sistema ferroviario luego de la triste tragedia que se
llevó la vida de 52 compatriotas, por la actitud de nuestra Presidenta luego de
las recientes inundaciones en Capital y en La Plata, por el plan federal de
obras, por la derogación del Punto Final y Obediencia Debida, por la derogación
de las figuras de calumnias e injurias, por la conformación de una Corte
Suprema un tanto más presentable, por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y
darle rango ministerial al sistema de Transporte público, por la recomposición
previsional para los ex combatientes, por la vacunación gratuita contra la
gripe a favor de los grupos de riesgo, por la ley de identidad de género y e
matrimonio igualitario, por la ley que considerar al papel prensa como bien
público, por las más de 1500 escuelas nuevas y por las universidades públicas
en cada provincia, por la ley de quiebras que favorece a las fábricas
recuperadas, por los funcionario propios, presos y procesados, como corresponde
...
Algunas otras cosas no me gustan, sobre
todo las que no son políticas y tienen que ver con los vivillos de siempre; pero
visto los antagonistas nadie me garantiza que ese tipo de cuestiones se acaben
en tanto y cuanto sigan defendiendo al verdadero cáncer moral que tiene la
Patria. Descarto de plano que dichos personajes nada de lo mencionado hubiesen llevado a cabo desde la política concreta.
Nunca menos, hay cuestiones por las
cuales vale la pena ir preso y acaso algo peor...
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