Alrededor
del Cabildo, el Abrazo de los
Eunucos
Nota de Opinión
Hace pocos días un compañero de estos
espacios, Manuel El Coronel, advertía acertadamente sobre la construcción
político-mediática de un microclima destituyente similar al vivido luego de los
comicios del año 2007 lo que a la sazón desembocó en la desmesurada asonada
campestre y su correlato electoral en las elecciones de medio término del año
2009.
Ciertos incisos comunes son dables observar: A la pretensión de motorizar y nacionalizar un nuevo conflicto
agrícola a propósito de la necesaria y justa reevaluación impositiva
bonaerense, atrasada en no menos de una década, se suma la andanada de
acusaciones y pedidos de explicaciones sobre la base de la catarata
desinformativa (sin ninguna prueba concreta – espejo de Skanska) que tiene en
vigilia el accionar del Vicepresidente Amado Boudou. La ley de medios de la
democracia vuelve a estar en el centro de la escena debido al fallo de la Corte
que impone un tope taxativo a las trampas cautelares habiendo determinado el 7
de diciembre del corriente año como fecha testigo para iniciar el proceso de
desinversión de las corporaciones que hasta ahora no han cumplido con el
artículo 161 de dicha normativa constitucional.
Los patéticos y minusválidos abrazos al
Cabildo porteño y al Palacio de Tribunales, en ambos casos llamativamente reclamantes y heterogéneos, configuraron un nuevo
intento por recrear el grupo A, construcción legislativa fantasmal, plagada de
errores y horrores voluntarios que nos trajo aparejado no menos de dos años de
absurdas zancadillas y falsas denuncias. Entre los patrocinantes del cónclave, cuadras mediante, pudimos observar tanto al Pro (haciéndole el aguante a su procesado líder), como a
cuadros de Proyecto Sur y hasta el mismo ex candidato del Socialismo Hermes Binner,
cuyas explicaciones sobre sus contratos directos con Bolt-Clarín nunca fueron
convincentes y menos aún observados con detenimiento, ni mediáticamente y menos
aún judicialmente.
(Como entusiasta socialista me permito
recomendar, a nuestros compañeros de la izquierda, el artículo de Atilio Borón
titulado Argentina: Dilema de la Izquierda Marxista ALAI AMLATINA del
19-5-2012).
“No hay una
solución sencilla para el enigma que representa el peronismo en la política
argentina: un proyecto burgués, sin dudas, porque la misma Cristina ha dicho
una y mil veces que lo que anhela es instalar en la Argentina un “capitalismo
serio”, pero dotado de una envidiable base popular que ha mantenido su lealtad
al peronismo durante sesenta y siete años, desde las lejanas jornadas
fundacionales del 17 de Octubre de 1945. No es lo mismo, para la izquierda,
posicionarse frente a Piñera, Calderón, Santos o Chinchilla, que hacerlo frente
a Cristina o, salvando algunas diferencias, frente a Dilma en Brasil. De ahí la
enorme dificultad de la izquierda marxista para hacer política, para pasar de
sus más que justificadas denuncias –éticas, económicas, políticas- a la
construcción de una alternativa de masas orientada hacia la superación
histórica del capitalismo”.
Entre uno y otro había de todo, como en botica. El empeño opositor es
recurrente de modo que no entusiasma para ser pensado justamente por adolecer de
argumentos políticos básicos. Desde lo económico se intenta
presentar un proceso de desaceleración del crecimiento y del consumo como si
fuera un derrotero deficitario y no como lo que realmente es. Pretender que en
plena ebullición económica internacional el país continúe creciendo a tasas del
ocho o nueve por ciento resulta poco menos que ilusorio. Es razonable entender
que estos momios se reduzcan ostensiblemente producto de puntuales
correcciones. De modo que crecer al tres o cuatro por ciento anualmente no
significa dejar de crecer, significa crecer menos que no es lo mismo. Parece
tonto aclararlo, pero se hace necesario. La baja en el consumo, debido que aún no
se han cerrado las paritarias, tiene que ver con un elemento substancial y
novedoso en la coyuntura: la incertidumbre que aún detenta la interna sindical.
Elemento este que no estaba en aquel momento histórico. Nada hace
pensar, ni siquiera a los más enfáticos detractores del modelo, que se reitere
aquel microclima económico 2008/2009 en donde el crecimiento se detuvo ostensiblemente producto de la crisis global. Inclusive sus editorialistas más serios, en los suplementos
económicos dominicales, suelen afirmar que el Gobierno siempre ha tenido los reflejos
políticos adecuados y en algún caso sorpresivos para resolver cuestiones que
parecían inexorables.
Sugestivamente, o no tanto, el dólar
paralelo vuelve a concitar atención de cártel francés aún sabiendo que sólo
mueve entre un dos y un cuatro por ciento de las operaciones rutinarias de
cambio.
Una nueva coalición del miedo está en
marcha y tristemente, como la anterior, no se está construyendo estimulada por la dinámica
política, el debate y el juego de las ideas, sino por la necesidad de
preservación. En ocasiones cuando transitamos por el desierto intelectual corremos el riesgo de que la sed nos impulse a beber elixires nauseabundos. Se percibió penoso observar al excandidato presidencial
Socialista al momento que la periodista María Belén Aramburu lo consultara
sobre el fallo de la Corte con respecto a la Ley de Medios Audiovisuales
derivando de modo precipitado la cuestión, sin complejos ni eufemismos, hacia el tema Boudou.
Los medios hegemónicos han disciplinado nuevamente a la
oposición detrás de sus propios intereses. Para ello han utilizado sofismas de
toda clase y tenor: Desde montar curiosas paradojas y operaciones mediáticas,
exigiendo conferencias de prensa como cuestión determinante (¿?), hasta
menoscabar el intento comercial para abrir mercados emergentes (en este caso el
africano), colocando como excusa el modelo político local. Llamativa cuestión
que no parece ser tema fundamental cuando de otras latitudes se trata: China,
Rusia, etc. Como dato adicional recordemos que si bien Jimmy Carter censuró
públicamente a la dictadura cívico/militar por violaciones sobre los DD.HH en
Argentina, nunca EE.UU. dejó de comerciar con nuestro país a pesar de la
sanguinaria cacería que por entonces se estaba llevando a cabo, al igual que
Francia, Alemania, Reino Unido y demás democracias occidentales (Todo esto
ocurría mientras Clarín y La Nación se asociaban con ese mismo “Estado asesino”
en Papel Prensa... cuestiones de la manipulación informativa. Propongo revisar
los archivos de modo constatar la ausencia de crítica al respecto sobre dichas
conductas comerciales).
Los que nos identificamos con el actual
proyecto nacional y popular debemos poner atención a las muescas que la
contemporaneidad nos presenta. Leer con atención el presente y sobre todo
detenernos en las entrelíneas de los editorialistas corporativos, de ahí parten
claramente y sin medias tintas las estrategias destituyentes. Por ejemplo, ya
han instalado como tema la concreta y puntual intencionalidad de ejecutivo por
modificar la constitución de modo enmendar el inciso que reza sobre la reelección
presidencial (una reciente declaración de Stolbizer lo da por cierto). Ergo. Se
tira una sospecha, se la adereza, se la motoriza y queda exhibida como verdad
revelada en boca de los gestores de turno, tratando de crear una atmósfera
cuasi autoritaria de incierta reacción colectiva, sobre todo en los segmentos
medios de la sociedad, aún cuando el propio oficialismo haya desestimado inmediatamente la
versión.
Agenda corporativa, denuncismo,
honestismo, desmesura en la protesta, interna gremial, mesa de enlace, factores
internacionales, reinstalación del tema de la inseguridad, ausencia de política
en la oposición parecen darle la razón a nuestro amigo dorreguense, más allá
que el 54% resulta insoslayable en el análisis. De todas formas es probable que
los próximos comicios arrojen un escenario disímil debido a que siempre las
elecciones legislativas incluyen una atomización lógica en todo el frente
político, no sólo dentro de las filas oficiales. Sabemos también que dicha
coyuntura será presentada como una derrota del kirchnerismo, aunque el
resultado no impacte en absoluto en la distribución de los escaños.
Mientras tanto la oposición continua su
eunuco derrotero. Políticos que no lo son, que no hablan de política, que no
proponen políticas y que se contentan por cuidar y proteger los harenes de
terceros, poderosos jeques que les aseguran su necesario e imprescindible estado
de conservación.
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