La poesía es liberación, lo que faltan son revolucionarios que la interpreten. En democracia el poeta es como un legislador, sucede que los proyectos de ley originados en la Cámara de los Poetas nunca obtienen quórum.
Liliana Bodoc afirmó que "la poesía es un modo de desobediencia. Llega si quiere, pero nunca tarde. Se coloca su máscara inaudita, se calza sus altos y merecidos zapatos. Y ya no se parece a nadie. La poesía tiene una voz de arena y otra de piedra, tiene una voz de escándalo de plaza y una voz de secretos junto al fuego. Y en el canto las mezcla diciendo y desdiciendo, con hebras negras y con hebras blancas. Hace en un verso y en otro deshace; afirma y niega con las mismas palabras. Porque su obligación no es la verdad. No es la admonición y la plegaria. La poesía no tiene otro deber que ser un atentado contra el miedo, ni más obligación que estremecernos como el último acorde que suena gastado en el final de una noche. Ir contra la quietud, hostigar el equilibrio del estanque buscando que todo se transforme en río. Navegar es el primer asunto del poeta, y nosotros parados en la orilla queremos construir una balsa, soltar amarras y desobedecer, de cara al horizonte. Porque también vivir, porque también morir deben ser modos de la desobediencia".
La poesía, para Juan Gelman, es un árbol sin hojas que da buena sombra. Mi abrazo pues a todos y todas que aún escriben y leen poesía y prosa poética, y hacen que todos los días la vida sea poesía, tratando de encontrar rimas en donde no las hay, intentando descubrir metáforas en un mundo de sincericidios pragmáticos y banales.
"No se puede escribir poesía después de Auschwitz" afirmó Theodor Adorno. Pues no estoy de acuerdo. En tiempos violentos me afilio a la idea de su compañero de la Escuela Frankfurt, Walter Benjamín: “El lenguaje del sueño no está en las palabras, está bajo ellas”. Forma y contenido son lo mismo en la obra de arte: son sustancia. ¿Qué valor tiene toda la cultura cuando la experiencia no nos conecta con ella?.
La dicha es justamente lo que saca al dichoso de la concatenación de los destinos y de la misma red de su destino. Sobre la base del pensamiento de los filósofos con relación a la supervivencia en momentos históricos desagradables y pendencieros me atrevo a soslayar que debemos esforzarnos por buscar en el arte, no un bálsamo ni un placebo, sino la salida concreta a nuestro cotidiano escarnio.
"El agua se aprende por la sed. La Tierra por los océanos atravesados. El Éxtasis, por la agonía. La Paz es contada por las batallas. El Amor, por el Hueco de la memoria. Los Pájaros, por la nieve". Emily Dikinson jamás publicó por voluntad propia, no consideraba relevantes sus escritos. De hecho vivía en estado de aislamiento, apenas unas pocas personas tenían contacto esporádico con ella. Gracias a su hermana, que si lo hizo, podemos disfrutar de su majestuosa obra. A partir de Emily la poesía tomó un nuevo camino, no solo a la hora de escribirla sino a la hora de leerla. Borges afirmó de ella, "prefirió poetizar y soñar con el amor antes que poseerlo, allí está la dulzura".
Por más buenas intenciones y talentos tristemente no es así, de lo contrario, éste universo en donde predomina la injusticia y el fervor predador no hubiera triunfado tan cómodamente aún ante los descomunales esfuerzos poéticos de Coleridge, Shelley, Artaud, Byron, Goethe, Baudelaire, Dikinson, Bécquer, Mistral, Mallarmé, Petrarca, Homero, Virgilio, Borges, Martí, Lucano, Cervantes, Juvenal, Elpidio, Dante, Shakespeare, Sófocles, Ovidio, Petrarca, Keats, Guillén, Storni, Pizarnik, Alberti, Darío, Verlaine, Éluard, por mencionar antojadizamente y por gusto apenas un puñado en representación de cada época.
Para que esto sea posible. como mencionamos al principio, la poesía debería tener un rol determinante dentro de la política, acaso en el ámbito de la conducción, del hallazgo, de la revelación, de la exploración, de la epopeya, de la divulgación, de la gesta y sobre todo del pensamiento. En definitiva los poetas deberían tener en nuestras sociedades entidad de oráculo, ni dogmático, ni místico, una suerte de campo rector a la hora de las decisiones. Pero como vemos ni siquiera figuran en los paneles de debate, menos aún en los listados electorales.
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