Fuente: En El Margen
Link de origen:
https://enelmargen.com/2025/04/10/dimensionar-la-precariedad-por-sonia-weber/
Imagen: Loli García
Traducción: Sonia Weber
Corrección de la traducción: Inés
Crespo
Cuidado editorial: Amanda Nicosia,
Leticia Gambina, Agostina Taruschio
En la sección «Frágil como el mundo»
compartimos las notas de la 4° sesión del Seminario Itinerante PRECAIRE
T’. précaire tu es/précaire tué,celebrada en Córdoba el día 11 de marzo de 2025
por la psicoanalista francesa Sonia Weber. Su publicación nos resulta valiosa y
una ocasión de alegría, no solo por la resonancia y la actualidad de los temas
que aborda sino porque principalmente hace de aquel carácter errante (que la
conduce una vez por año hasta Córdoba) la condición misma para el pensamiento y
una oportunidad para el encuentro en una apuesta a pensar-con-otrxs.
La propuesta de este Seminario
2024-2025, sobre la precariedad, retoma y extiende los interrogantes explorados
en las dos ediciones anteriores en torno a la(s) impotencia(s). Este
estado de interrogación que impulsa al pensamiento, la escritura y el lazo se
desprende de su estar y quehacer clínico cotidiano con aquellos «inocentes» o
«habitados por los efectos de ruptura», con quienes trabaja en la
institución Visa-vie que fundó y dirige en la Ciudad de Estrasburgo.
Invitamos a las lectoras y los
lectores a esta aventura del pensamiento clínico que nos permitirá, entre otras
muchas cuestiones, seguir ponderando el valor de la fragilidad, los límites
entre fragilidad y precariedad y las estrategias para darles acogida.
Agostina Taruschio
ARPENTER LA PRÉCARITÉ
DIMENSIONAR LA PRECARIEDAD
4tª sesión, Córdoba, 11 de marzo
Este año se trata de un seminario
«nómada», que tendrá lugar en 3 ciudades de Francia (Nantes-París-Estrasburgo)
y una en Argentina (Córdoba). Dadas las circunstancias que rodean a Visa-Vie (1)
y los interrogantes que se plantean sobre su futuro, he tenido que «inventar»
otra forma para continuar mis reflexiones. Nuevos encuentros y desafíos, entre
ellos los de Buenos Aires, me ayudaron a ello.
Este seminario y mi trabajo en
Visa-Vie están delimitados por dos referencias. Una es de Fitzgerald en The
Crack-Up: «Dejar de esperar, sin dejar de actuar». Y una referencia a Walter
Benjamin, mencionada por Paolo Virno: Pensar «sin ilusiones sobre la época, y
al mismo tiempo con un compromiso sin reservas con ella». En estos tiempos
generalmente turbulentos, inciertos, desagradables y locos, eso no está mal.
«La catástrofe del ser humano es ser
una criatura irremediablemente impotente. Lo cual quiere decir: impotente en el
hacer algo acerca de la impotencia. Nuestros comienzos tienen lugar en la
impotencia»(2).
«Naturalmente», nuestra precariedad
es infinita.
¿Por qué tratar este tema después de
dos años de reflexionar sobre la impotencia?(3)
1. Hay sinónimos:
«Impotente». Sinónimos: débil,
incapaz, ineficaz, estéril, insuficiente…
«Precario». Sinónimos: frágil,
inestable, incierto; inseguro, amenaza, oscuridad.
Antónimos: eternidad,
permanencia, inmutabilidad, solidez.
Precario procede del latín precarius,
«obtenido mediante la plegaria» y, por tanto, no está garantizado. En
1336 precoire quiere decir «que sólo puede ejercerse gracias a una
autorización revocable».
También hablamos de vulnerabilidad,
cuyos sinónimos son: fragilidad, debilidad, delicadeza, pero
también precariedad e incertidumbre. Y sus antónimos: firmeza,
resistencia, solidez, estabilidad.
Estas palabras y sus sinónimos son
contrarios al Zeitgeist actual, de estos tiempos, y tienen una
connotación sobre todo negativa. Hay que ser fuerte, emprendedor de sí mismo,
autónomo, resiliente, self-made man, dúctil, o más bien flexible y siempre
adaptable. Y feliz: Happycracy [Felicicracia](4). Varias veces hemos
hablado de la responsabilidad individual que se desprende de estos mandatos; el
individuo sería el único responsable de sus éxitos (quien quiere, puede) pero
también, e incluso más importante, de sus dificultades y «fracasos». Esta
psicologización a ultranza de ciertas cuestiones impide cuestionar y poner en
tela de juicio las instituciones, o las cuestiones sociales y políticas que
subyacen a estas dificultades subjetivas.
El filósofo Eugène Dupréel (1879-1967)
desarrolló una «filosofía de la precariedad» a la cual Oury se refiere. “¿Hasta
qué punto, en qué sentido y con qué propósito podría «menos» representar «más»?
¿Acaso enmascarar la fragilidad no fragiliza aún más? ¿No sería mejor afrontar
la insistente tenuidad que atormenta el cotidiano de los hombres?… Negarla es
la fuente de una fragilidad tan radical como ignorada, o al menos
ocultada”(5).
Amador Savater publicó en 2021 un
libro sobre la fuerza de las fragilidades, que quizá tenga que ver con el Traité
de l’Efficacité de François Jullien cuando habla de cuestiones
militares.
La práctica que intentamos sostener,
con altibajos, en el dispositivo Kairn(6) tenía como marco o puntos cardinales
la soltura, la fragilidad y la indeterminación (teorizamos nuestros puntos de
anclaje con Philippe Petit, el equilibrista(7), el culbuto(8) y los cairns(9) [los
mojones], construcciones humanas efímeras, a la vez sólidas y destructibles,
reconfigurables en todo momento). Navegar sin instrumentos, improvisando, paso
a paso, a partir de los decires y de los actos de los jóvenes, sin (demasiada)
anticipación…
Laurent Ott nos advierte de un uso a
veces apresurado de estas nociones(10). «Las nociones de fragilidad,
resiliencia y vulnerabilidad nos hablan de la precariedad. Pero la precariedad
vista a través de estos filtros, es una precariedad light, descafeinada,
mucho más ligera y menos inquietante. En todo caso, se nos presentaría así una
precariedad amable». Y continua: “Al hablar tan poco de la precariedad en sí
misma, al reducirla a la fragilidad, a la vulnerabilidad o a la resiliencia,
intentamos preservar una mínima esperanza (…) en todo lo que representan las
instituciones y el orden establecido», «ahí donde la precariedad es inapelable
en cuanto a la inadaptación de las instituciones, de las prácticas sociales,
culturales y educativas».
2. En el ámbito político y
socioeconómico, la cuestión de la precariedad crece rápidamente,
desgraciadamente no les estoy diciendo nada que a ustedes los sorprenda… pero
esto también sucede en Francia. Precariedad (cada vez más presente en la calle,
por ejemplo, pero fabricando una invisibilidad social(11), con las personas en
situación de calle) pero también precarización como tendencia social (en un
contexto de colapsología). Fragilización/destrucción: de las instituciones
públicas, de los contratos de trabajo (contratos de duración determinada, uberización,
etc.) como base de la vida y como nueva biopolítica del poder. La «institución
de la precariedad» y la «casuística burocrática» como «modo de gobierno»:
«precarizar/controlar»(12). Para Laurent Ott (op. cit.), «la precarización
concierne precisamente, y por definición, a todo lo social, para destruirlo».
En su opinión, la precarización es un fenómeno no sólo invasivo, sino
globalizante, que invade todo el campo de la experiencia y de la vida humana.
«Ya se ha inventado el término precariado, que condensa proletariado y precario.
Pero no creo que se haya establecido que se habla de una clase en el sentido
marxista, porque si bien el trabajador precario pueden ser consciente de su
tormento y de su lugar en relación con los demás actores del sistema de
producción, su precariedad le impide, de manera fundamental, vincularse con
otros trabajadores precarios, no sólo a causa de la atomización, sino también
por la posición marginal —excluida desde el principio y por definición— que
tienen en relación con los órganos de representación de los
trabajadores»(13).
3. Creo que la cuestión de la
precariedad —o más bien sus efectos— plantea la cuestión del movimiento o del
colapso de los suelos, y hace que resurja de otro modo la cuestión de la desuelación o
de los desuelados, neologismo introducido por Roland Léthier que, entre
otras cosas, nos ayudó a pensar la práctica con los jóvenes desuelados de
Visa-Vie. ¿Cómo caminar sobre un suelo movedizo, como un terreno incierto que
puede ceder en cualquier momento y engullirnos?
El suelo se esfuma, o no hay suelo
desde un comienzo. En ambos casos, la desolación no está lejos. Pero, ¿son
precarios/frágiles los «inocentes» de Visa-Vie o de cualquier otro lugar? En
algunos aspectos sí, pero en otros no(14).
Agostina Taruschio, psicoanalista de
Buenos Aires(15), habla del «arrasamiento». “Con la noción de arrasamiento
evocamos situaciones en las que la vida, en sus diversos ámbitos, se encuentra
prácticamente al borde de la existencia, en un estado de precariedad o
desolación. La expresión «vidas devastadas» modifica la cuestión del sujeto de
forma inesperada pero ineludible, permitiendo situar el sufrimiento fuera, que
está «simplemente en lo real»(16).
La homofonía que escuchamos en el
título del seminario permite que esta pregunta sea escuchada(17): ¿cuándo
pasamos de lo uno a lo otro? ¿del TU ES, tu eres, al TUÉ·E, y TUER al
asesinado, y al hecho de matar? La precariedad hiere, magulla, mata. La palabra
en francés es meurtrir: dañar, apretar, golpear hasta dejar una marca
en la piel; derivado del francés bajo antiguo *murth(r)jan («matar»).
«…el odio como el amor, es una
carrera sin fin. (…) los sujetos no tienen que asumir la vivencia del odio en
lo que éste puede tener de más ardiente. ¿Por qué? Porque ya de sobra somos una
civilización del odio. ¿Acaso no está ya bien desbrozada entre nosotros la
pista de la carrera de la destrucción? El odio en nuestro discurso cotidiano se
reviste de muchos pretextos, encuentra racionalizaciones sumamente fáciles. Tal
vez sea este estado de floculación difusa del odio el que satura en nosotros,
la llamada a la destrucción del ser. Como si la objetivación del ser humano en
nuestra civilización correspondiera exactamente a lo que, en la estructura del
ego, es el polo del odio»(18). Cabe señalar que hoy en día se permite al odio
expresarse cada vez más libremente, sin tener que ocultarse demasiado.
Hace poco volvió a caer en mis manos
la intervención del Colectivo Juguetes Perdidos de Buenos Aires ocurrida
en las jornadas franco-argentinas que se realizaron en Córdoba en octubre de
2018, titulada «Movimientos minoritarios, insistencia y resistencia local»,
coorganizada por La Rampa de Córdoba y el Seminario(19). La precariedad no es
carencia. Es mucho más que eso. Insisten en la diferencia entre la precariedad,
que se circunscribiría, por ejemplo, a la precariedad del trabajo, o de la
vivienda… de una precariedad totalitaria. Cito: «Por ejemplo, si vos tenés un
montón de redes, si sos de clase media de la ciudad de Buenos Aires o de
Córdoba, tenés un montón de redes simbólicas, familiares, culturales, y de
repente entrás en un laburo precario… Ahí seguramente vos podés detenerte y con
el respaldo de esas redes, pensar o vivir la precariedad en el trabajo
específicamente. Lo mismo te puede pasar si tenés varias redes y pensás desde
ahí la precariedad en el ámbito de la salud, por ejemplo… Ahora, cuando vos
estás en un barrio mucho más expuesto y tenés menos redes, ahí se nota mucho
más claro que a la precariedad no la podés fijar, que está en todos los
aspectos de la vida, en todos los aspectos de tu vida: el trabajo, la salud, el
consumo, la familia, los rejuntes… Todas las gestiones que uno tiene que hacer
para mantener una vida, incluso las gestiones anímicas, están marcadas por la
precariedad. Entonces la precariedad deja de ser un elemento, o un aspecto de
uno de los elementos de una vida, sino pasa a ser algo así como un fondo de
época. La Precariedad totalitaria que te recuerda constantemente que podés
verte fragilizado, que tu mundo puede ser desmantelado, que tu barrio puede
pudrirse, tu casa…». «La precariedad es totalitaria cuando es el suelo de todo
lo que se arma para vivir… Cuando toma y actúa sobre la totalidad de la vida,
cuando no es posible pararse sobre otras superficies que estructuren y que lo
que queda entonces es la contingencia de un día a día… Cualquier cosita puede
desmontar el frágil equilibrio cotidiano, quilombos que son violencias latentes
circulando, y que enfrentarlos te vuelve el cuidador y el propietario de tu
vida, una individualidad paranoica y solitaria, cualquier secuencia se vuelve
un riesgo vital. Precariedad totalitaria porque inunda todas las facetas de la
vida…; se trata de una movilización permanente de la vida. Todo puede
derrumbarse en cualquier momento». Hablan entonces de terror anímico, porque
aunque hagas todo lo posible por sostener tu vida, todo puede derrumbarse en
cualquier momento, exponiéndote a la des-existencia, a encontrarte en lo hondo
de una caída muy fuerte.
Para describir esta vida, hablan de
vida mula, «La Vida Mula». «La Vida Mula es el encadenamiento de todos estos
elementos precarios, elementos que no deben pensarse de manera aislada (si cada
elemento pudiera resolverse, todo iría bien) sino que crean un continuum, un
continuo. ¿Cómo puede cortarse, interrumpirse este continuo, aunque sea
momentáneamente? ¿Qué escapatorias son posibles?», se preguntan(20).
¿Cómo dimensionar la precariedad,
intentar limitarla, ponerle un bordecito o eliminar al menos algunos recovecos,
cuando no se puede hacer otra cosa?
Laurent Ott dice algo parecido, de
otra manera(21). Insiste en que precariedad y pobreza son dos cosas distintas.
«La historia de la precariedad es la historia de la separación del pobre por
parte del precario. Es incluso la historia de la sustitución de los pobres por
los precarios… El pobre tiene poco, pero este poco tiene una cierta
consistencia (…) este poco lo constituye plenamente (…) es una experiencia de
vida, que también constituye una experiencia colectiva con conocimientos,
historias, modos de vida, una cierta cultura que le son propios (…) Este poco
colorea su vida pero no la suprime… La precariedad es un acontecimiento (¿por
qué un acontecimiento? podríamos discutir eso), una ruptura en un continuo
histórico que parece acabar con la imagen de ese continuo. Lo que caracteriza a
la precariedad es la ausencia de futuro. Para el precario, el futuro parece
condenado a estar ocupado, como el presente, por la gestión interminable de su
precariedad, el intento siempre parcial, que siempre se ha de reconstruir, de
disminuir sus efectos y frenar su expansión (…) el futuro ya no puede ser una
promesa, sólo puede percibirse como una amenaza»(22). «Mientras que el pobre
experimenta una serie de dificultades relacionadas todas ellas con la escasez
de medios y recursos (conocen su problema y este problema, aunque constante,
permanece confinado a la dimensión vinculada a él, generalmente económica), el
precario experimenta una serie indeterminada e indefinida de problemas que se
renuevan constantemente y se refieren a todas las dimensiones de su vida:
social, familiar, sanitaria, afectiva, cultural y política». Para Ott, las
medidas que se toman para luchar contra la pobreza son inadecuadas para
combatir la precariedad. «El precario no necesita más autonomía, competencias o
poder (…) No necesita más de sí mismo, sino al contrario que haya «más otro»,
más vínculos, e incluso más relaciones de dependencia positiva».
Winnicott escribió: «Lo que se espera
de nosotros es que sea posible depender de nosotros». Este «derecho» a la
dependencia o exigencia de dependencia es exactamente lo contrario de los
mandatos de autonomía y responsabilidad de sí.
Ser uno mismo, «no sé quién soy
realmente», un Yo unificado, fuerte, «tenés que hacer las cosas por vos mismo».
No es un tema nuevo, pero ocupa un lugar importante en el discurso y las
reivindicaciones actuales. Una fantasía de independencia total, de
individuación absoluta, que no está inserta en una historia, ni en la historia
de los que nos precedieron o de los que nos rodean. Amador Savater habla de un
tipo de subjetivación moderna que produce cuerpos de cristal, un fantasma de
individualismo inmunitario, que excluye los intercambios, o los limita. El año
pasado habíamos hablado de este tema del repliegue identitario, de la
hipersensibilidad y la susceptibilidad, del otro como enemigo.
Judith Butler escribe muy bien sobre
la interdependencia de nuestras vidas. «El dolor del duelo revela hasta qué
punto estamos sometidos a nuestras relaciones con los demás (…) y cuestiona la
idea que podemos elaborar de nuestra autonomía y autocontrol». «Estamos hechos
de vínculos y apegos. No soy un “yo” que existe aquí en sí mismo y que sólo
pierde allá lejos un “tú”, sobre todo porque mi apego a “ti” es parte
integrante del “yo”». «Nuestra autonomía no se ve entonces radicalmente
cuestionada, pero sí seriamente reducida por el carácter social que es
fundamental para la vida encarnada, es decir, por el hecho de que estamos, en
virtud de nuestra existencia corporal, siempre ya fuera de nosotros mismos,
entregados a otros, implicados en vidas que no son las nuestras». Para Butler,
«el cuerpo siempre tiene una dimensión pública. Constituido como fenómeno
social en la esfera pública, mi cuerpo es y no es mío. Desde el principio se da
en el mundo de los otros, lleva su impronta, se forma en la crisol de la vida
social…». «La individuación no es un supuesto, sino un logro que no está
garantizado». «El “yo”, que no puede llegar a ser sin un “tú”, depende también,
y de manera fundamental, de un conjunto de normas de reconocimiento que no
tienen su origen ni en el “yo” ni en el “tú”». «Una parte de lo que soy está
hecha de huellas enigmáticas de otros».
§
¿Cuáles son los puntos en común entre
esta precariedad vital, «natural»(23), común a todos los humanos, las
precariedades parciales, y la precariedad totalitaria o «traumática, en la
medida en que ataca, debilita e incluso destruye aquello que permite al sujeto
mantener su lugar en el mundo(24)»? ¿Será que pensar la precariedad vital puede
ayudarnos a pensar los efectos de las precariedades socio-económicas y
políticas, y sobre todo los efectos de la precariedad «totalitaria» o
«traumática»? Pensarlos no en términos abstractos, sino de manera situada.
Pensarlas, pero sobre todo acoger, recibir y trabajar en los márgenes con
personas «en gran precariedad». «Al margen del margen -donde debe estar
infinitamente, la verdadera lucha»(25). Un margen que no puede ser el objeto de
ninguna moda.
¿Y cómo hacerlo cuando los propios
profesionales están atrapados en la precariedad de sus propias vidas y de su
trabajo, en instituciones que se caen a pedazos, en equipos que se reducen por
falta de puestos o de candidatos para cubrirlos debido a las condiciones de trabajo
o a la falta de recursos?
¿Qué comunidades negativas de
profesionales sin comunidades podemos inventar?(26) Porque, como decía Roland
Léthier: «practicar lo inhabitable es un ejercicio colectivo, porque practicar
lo inhabitable en solitario es fatal».
¿Cuál sería el límite de una
precariedad tolerable, aceptable, vivible?
Notas:
*Título original: «Arpenter la
précarité».
1. Una ley reciente no permite más
que los jóvenes bajo el cuidado de la ASE (Protección de la Infancia) vivan en
hoteles. El dispositivo de Visa-Vie no puede pensarse sin esa posibilidad, ante
lo cual el dispositivo Kairn no va a continuar a partir del 30 junio 2025.
2. Adam Philipp, Trois
capacités négatives, Ed de l’Olivier, 2009.
3. Como mencionamos
anteriormente, hace dos años que Sonia Weber viene indagando sobre la cuestión
de la impotencia promoviendo dos Seminarios consecutivos con esta temática.
Consultada al respecto, agrega que se trataba de: «pensar la impotencia y el
sentimiento de impotencia que absorbe los discursos, las posibilidades de hacer
y trabajar en las instituciones “fracasadas”. Se trata de cómo pensar para
“salir de la impotencia”, recuperando la potencia del hacer y del estar-ahí»
[Nota de edición].
4. Geneviève Rail paru
« La violence de l’impératif du bien-être » dans la revue Cairn 2016/2
n° 112.
5. Loïc Nicolas, en Le
Fragile et le flou, de la précarité en rhétorique. Ed Garnier 2018.
6. El dispositivo KAIRN propone
formas específicas de atención y acompañamiento «extramuros» para niños o
adolescentes – habitados por la ruptura- cuya atención o permanencia en
instituciones resulta muy difícil, cuando no imposible, debido a su
comportamiento explosivo y violento y a su incapacidad para adaptarse a lo
colectivo. El dispositivo previsto ofrece condiciones que favorecen el injerto
de otra vida, aliviada de acontecimientos pasados que siguen siendo difíciles
de verbalizar y permite así a los jóvenes acogidos acceder a un mínimo de
socialidad. Para más información: www//visa-vie.com (sitio
en francés).
7. La figura del equilibrista o
funámbulo remite a que estos jóvenes a veces nos hacen pasar mal rato, con sus
historias raídas que nos hacen perder la pista. Estar en un cable / Estar en el
filo de la navaja / Colgando de un hilo / Estar en la cuerda floja. El
equilibrio siempre es frágil, siempre precario… porque siempre muy rápidamente
es demasiado, muy rápidamente es insuficiente, muy rápidamente se rompe…
8. La imagen del culbuto
(juguete infantil de balanceo) nos dirige a la idea de caída: se trata de
acoger, recibir los gritos, las heridas, los gritos de angustia. Ser y aceptar
ser abrumados, pero poder volver rápidamente para garantizar una presencia
tranquilizadora y contenedora a pesar de la violencia que a veces los habita.
9. Por último, la metáfora del mojón
da cuenta de la presencia del analista. Cómo estar presente, cuando ellos no están.
Cuando la presencia corporal del otro es muchas veces demasiado masiva para
ellos (a veces incluso respirar es demasiado). Los mojones aseguran una
presencia en la ausencia, una presencia sostenida pero muy real, una presencia
que llama a los desolados.
10. Laurent Ott, Philosophie de
la Précarité, Sortir de l’Impuissance, éd. Chronique sociale, 2019.
11. Guillaume Le Blanc, L’invisibilité
sociale, PUF, 2009.
12. Guillaume Heuguet, in Savoirs
de la précarité, éd des archives contemporaines, 2020.
13. Inés Crespo, « Quelques
idées autour de la place et le rôle de la précarité dans le dispositif
analytique », intervention du 8 février 2025, cf. site https://www.visa-vie.com/
14. Sonia Weber, séance du 30 mai 2015
et du 8 février 2025, cf. site https://www.visa-vie.com/
15. Agostina Taruschio, «Hacer lugar
a lo que no tiene lugar. Notas para pensar una clínica del arrasamiento». En
el margen. Revista de Psicoanálisis, 2024.
16. «Al comienzo del análisis,
como al comienzo de toda dialéctica, ese ser existe implícitamente, de modo
virtual, no está realizado. Para el inocente, para quien nunca penetró en
dialéctica alguna y sencillamente se cree en lo real, el ser no tiene ninguna
presencia. La palabra incluida en el discurso se revela gracias a la ley de
asociación libre que lo pone en duda, entre paréntesis, suspendiendo la ley de
no-contradicción. Esta revelación de la palabra es la realización del ser».
Lacan, J. Seminario Los escritos Técnicos de Freud. Sesión del 30-06-54. Buenos
Aires : Paidós, 1995. Pág. 394.
17. Se refiere a la homofonía
entre TU ES (eres), TUÉ(TUÉE) (matado/a), TUER (matar). En francés las tres
expresiones suenan igual [Nota de traducción].
18. Jacques Lacan, séminaire Les
écrits techniques de Freud, séance du 7 juillet 1954. [ Lacan, J. Seminario Los
escritos Técnicos de Freud. Sesión del 7 de julio de 1954].
19. Sur le site de
Visa-Vie, https://www.visa-vie.com/,
page franco-argentine, en espagnol.
20. Juguetes Perdidos,
en: Jornada, Movimientos minoritarios, insistencias-resistencias
locales. Cielo Invertido Ediciones : Córdoba 2019, p 127.
21. Laurent Ott, Philosophie
de la Précarité, Sortir de l’Impuissance, éd Chronique sociale, 2019.
22. Laurent Ott, op. cit.
23. Paolo Virno habla del animal
humano como una especie caracterizada por la neotenia, o por la ausencia de
orientación instintiva del comportamiento en su nicho ecológico, y debe por
ende adaptarse a tales condiciones. La adaptación a tales condiciones tiene,
según Virno, un fundamento principal y quizás único: la facultad del lenguaje,
que tiene la característica notable de siempre tener un efecto retroactivo
sobre tales condiciones. Cf. Avoir, Sur la nature de l’animal
parlant, ed éclat 2021.
24. Reine Cohen, Les Nouveaux
Cahiers pour la Folie, No. 14 / Octubre de 2024.
25. Roland Barthes, en Lo
Neutro (principio de la delicatessa).
26. Se refiere a la noción comunidad
negativa trabajada por Georges Bataille [Nota de edición].
Sonia Weber, es psicoanalista en
Estrasburgo, miembro de la École lacanienne de psychanalyse. Directora de la
Asociación VISA-VIE (Violencia Individual Sufrida y/o Actuada en la Vida). En
2009, con su colega y amigo Roland Léthier, inventó el dispositivo Kairn de acogida
de jóvenes menores en situación de marginación, para el cual el seminario
sirvió de base y de apoyo teórico-clínico.
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