Fuente: Jacobin
Link de origen:
https://jacobinlat.com/2025/04/en-defensa-de-la-multitud/
Traducción: Florencia Oroz
La izquierda de hoy tiende a celebrar
a la multitud solo de manera limitada y bajo ciertas condiciones. Debemos
recuperar a las muchedumbres para la tercera década del siglo XXI.
El artículo que sigue es una reseña
de Multitudes: How Crowds Made the Modern World, de Dan Hancox (Verso
Books, 2024).
En su poema en prosa de mediados del
siglo XIX Las muchedumbres, el ensayista francés Charles Baudelaire
declaró: «No a todos les es dado tomar un baño de multitud; gozar de la
muchedumbre es un arte, y solo puede darse a expensas del género humano un
atracón de vitalidad aquel a quien un hada insufló en la cuna el gusto del
disfraz y la careta, el odio del domicilio y la pasión del viaje».
El enredado resumen lírico de Baudelaire sobre las multitudes y cómo apreciarlas subraya lo diabólicamente complejo que es este fenómeno. ¿Cómo deberíamos considerar algo tan variado y esquivo como la multitud moderna desde un punto de vista moral y político?
¿Son
las multitudes expresión de una conciencia de masas positiva o, como parece
sugerir Baudelaire en su poema, simplemente una excusa para sentimientos
paradójicos de anonimato y misantropía, el refugio ideal para flâneurs y flâneuses privilegiados
que deambulan por el paisaje urbano moderno en busca de emociones estéticas?
La mayoría de nosotros, desde la
izquierda, tenderíamos a dar a las multitudes el beneficio de la duda y
celebrar su potencial emancipador. Pero para ser brutalmente honestos, a menudo
hay un matiz de perversión baudelairiana en el hábito izquierdista de valorar
cierto tipo de reunión masiva (la protesta radical, la hinchada de fútbol, un
concierto de algún grupo progresista) mientras se minimizan otros ejemplos
bastante menos sabrosos, como las concentraciones de la extrema derecha, los
disturbios contra los inmigrantes, o los cánticos racistas y homófobos en
cualquier partido de fútbol profesional.
Quizá, de hecho, nuestra idealización
de la experiencia colectiva se deba más al distanciamiento que a la
familiaridad, dado que muchos de nosotros mantenemos una existencia
mayoritariamente atomizada durante gran parte de nuestra vida cotidiana. Para
decirlo sin rodeos, en nuestro solitario e hiperindividualizado siglo XXI,
¿merecemos realmente adorar a las multitudes?
Multitudes: How Crowds Made the Modern World, de Dan
Hancox, responde a esta oportuna pregunta con un «sí» elocuente y conmovedor.
Escritor de gran pasión y versatilidad, Hancox ha sido un decidido cronista de
diversas experiencias del populismo de izquierda durante la última década,
desde el experimento de gobierno socialista en el municipio andaluz de
Marinaleda (explorado en su libro de 2013 The Village Against the World)
hasta la escena grime londinense que fue el foco principal de su
estudio de 2018 Inner City Pressure, uno de los pocos libros que abordan
la música mainstream de nuestro siglo sin caer en la nostalgia.
Ahora, Hancox amplía su interés por
lo extático y lo utópico para abarcar el asunto más abstracto de las
multitudes. Pero aunque su tema es amplio y potencialmente etéreo, el estudio
de Hancox no es una obra esotérica de alta teoría al estilo de Agamben, sino
todo lo contrario. En una serie de capítulos eruditos y bien documentados,
Hancox sigue el desarrollo de la multitud moderna desde el momento ampliamente
baudelairiano de finales del siglo XIX (la época tanto de la Comuna de París
como de una respuesta reaccionaria a ella en forma de la influyente polémica
anticolectivista de Gustave Le Bon Psicología de las masas) hasta un telón
de fondo más contemporáneo de festivales de música, protestas urbanas y, en
última instancia, el controvertido panorama social de la pandemia.
Este enfoque cronológico significa
que Multitudes es, ante todo, un manual de fácil lectura sobre la
historia y la teoría de las multitudes. Pero también existe un hilo polémico
que lo recorre. Aunque se cuida de reconocer que las multitudes no son para
todos (especialmente para las personas no neurotípicas y las que tienen
condiciones de salud específicas), Hancox deja claro desde el principio que él
es, con una o dos sutiles salvedades, un entusiasta partidario de las
multitudes.
Al adoptar esta postura, Hancox se ha
visto claramente influenciado por ciertos acontecimientos clave de la historia
reciente británica y europea, a pesar de las valiosas digresiones sobre la
modernidad en el tiempo largo que encontramos en su estudio. Como muchas
polémicas de la década de 2020, el punto de partida de Multitudes es
el confinamiento y su experiencia de privación social extrema. Hancox describe
cómo la cuarentena le hizo anhelar la «mezcla de hormigueo de ansiedad y
vértigo en el momento en que sales por primera vez a una multitud de carnaval,
fútbol o protesta, la sensación de sobreestimulación con los ojos como platos,
las ondulantes ondas de ruido y color saltando y compitiendo por tu atención».
En manos más crédulas, esta tensión
eufórica podría haber degenerado en un onanismo aceleracionista. Pero Hancox es
muy bueno en pasar rápidamente de los placeres epicúreos de la colectividad a
contextos políticos más realistas. Como él mismo dice, «darme cuenta de lo
vitales que han sido para mí las experiencias multitudinarias también ha
significado darme cuenta de cuánto están en peligro y de lo crucial que es
defenderlas».
Si nos remontamos al período anterior
a la pandemia, descubrimos que Hancox es un veterano de las protestas radicales
de principios de la década de 2010 y, antes de eso, de las innumerables grime
raves de la década de 2000 perseguidas por la vigilancia policial racista.
Su visión de una cultura de masas política contemporánea en peligro (más que
puramente estética) y la necesidad de defenderla ha sido evidentemente
provocada por el recuerdo de los encuentros con lo que fue esencialmente una
campaña del establishment sostenida, siniestra y, lamentablemente,
bastante efectiva para sofocar el auge del izquierdismo millenial como
fuerza social entre 2008 y 2019. Como tal, existe la sensación de que Multitudes debería
verse como un grito oblicuo de ira ante lo que podría haber sido si todas
esas raves clausuradas, protestas estudiantiles acorraladas y
ridiculizados mítines izquierdistas hubieran sido capaces de alcanzar todo su
potencial.
Pero, al final, esta es una obra de
optimismo benjaminiano sobre el potencial del populismo de masas y la epifanía
colectiva para enriquecer y expandir el futuro radical, no una elegía por un
pseudoactivista perdido. Aunque Hancox no es capaz de predecir qué tipo de
secuela de la cultura de protesta de la larga década de 2010 descubrirá la
Generación Z con el tiempo, es persuasivo e inspirador al argumentar que las
mareas de la historia moderna trazan cierto pronóstico para los próximos años.
Como dice de manera simple y poderosa en un gran momento de su libro, «este es
el momento de la multitud». Pocos de nosotros sabremos exactamente cómo hacer
realidad esta idea ahora mismo, pero este libro optimista y escrito de forma
brillante hace un trabajo maravilloso animándonos a querer averiguarlo.
Alex Niven es Profesor de literatura
inglesa en la Universidad de Newcastle y editor en jefe de Repeater Books. Su
primer libro, «Folk Opposition», fue publicado por Zero Books en 2011.
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